Líbano en Crisis: un enfoque sobre Hizbullah

Fuente: https://frenteantiimperialista.org/blog/2020/09/22/libano-en-crisis-un-enfoque-sobre-hizbullah/                                                Wafica Ibrahim                                                                                22 septiembre, 2020

CONVERSATORIO DIGITAL con el analista y profesor universitario, especialista en asuntos políticos de la Resistencia, Dr. Habib Fayyad, quien dialogó sobre la crisis que enfrenta El Líbano, en su modelo político y económico, así como el rechazo transversal hacia la casta política tradicional y las élites económicas y financieras cuya corrupción llevó al país al abismo.

Entrevista realizada por Wafica Ibrahim (Asesora de Al Mayadeen y Especialista en América Latina) y Yerko Ortega (Analista político internacional) para Al Mayadeen, publicada el 20 de septiembre de 2020.


En medio de ese contexto, conversamos con el Dr. Habib Fayyad, analista político y profesor universitario, especialista en asuntos políticos de la Resistencia.

Hizbullah no es un partido clásico, o tradicional. “Hizbullah se considera un movimiento de resistencia contra la ocupación y la arrogancia y no un partido de poder, por eso le gusta clasificarse como una resistencia que se ocupa de asuntos políticos y no como un partido político que se ocupa de la resistencia”, afirma  Fayyad.

Un movimiento popular de resistencia cuya fuerza militar logró mantener a raya al poderoso ejército israelí, también jugó un rol fundamental en la victoria del gobierno y del pueblo de la República Árabe Siria frente a Daesh. Sin duda el partido de Dios se ha convertido en obstáculo mayor para los planes imperialistas y sionistas para la región, un componente fundamental del Eje de la Resistencia liderado por Teherán y un férreo defensor de la soberanía de la República Libanesa.

Sin embargo, pese a su estatus de actor regional y su enorme popularidad, ese partido atípico no revindica una participación política directa en los asuntos del Estado ni exige cuotas de poder.

Fayyad explica al respecto que “el hecho de que el partido permanezca como resistencia sin asumir plena responsabilidad en el poder le permite un gran margen para luchar contra “Israel” y evadir los controles tradicionales a los que las autoridades y las regulaciones acostumbran a adherirse”.

Sin embargo, Hizbullah ha venido apoyando a diversos gobiernos desde el 2005 y una coalición de partidos de inspiración nacionalista y soberanista conocida como la alianza “8 de Marzo” que sostiene al Presidente  Michel Aoun. Este apoyo y esta coalición han sido muy atacadas por Occidente.

Los EE.UU. han decretado sanciones económicas en contra del país, y la trágica explosión que voló medio Beirut ha desatado la ira acumulada de la población que sufre desde hace varios años, la descomposición avanzada del Estado libanés y la corrupción descarada de las élites económicas del país.

Hoy día, el gobierno del presidente Aoun es un gobierno bajo presión desde la ciudadanía que exige el fin de la corrupción y de la desidia, pero también desde sectores que desean neutralizar la capacidad de la Resistencia de Hizbullah y mantener a toda costa al Líbano bajo dominación occidental.

¿Cuáles son los fundamentos de la crisis que atraviesa el Líbano?

Hizbullah cree que la estructura actual del Líbano, producto de la voluntad colonial que data de hace cien años, es la razón principal de la decadencia del Estado y del sistema; el maridaje entre el sectarismo interno y la hegemonía externa es el principal causante de la corrupción, en el sentido de que no hay en el Líbano corruptos con poder sin que estos gocen de protección sectaria o tutela externa; de ahí viene la solución según opina Hizbullah, a través del establecimiento de un estado fuerte y ecuánime, tal como lo expresó el secretario general de Hizbullah, Sayyed Hassan Nasrallah; un Estado que debe ser justo en aras de la coherencia de su estructura interna y también fuerte para impedir la hegemonía externa, sea esta hegemonía una ocupación de la tierra, tutela o dependencia en cuanto a la decisión política nacional; sin embargo, el problema en este sentido es que alcanzar dicho objetivo requiere de un consenso nacional, hecho que no se puede lograr e imponer por la fuerza porque conduciría a la sedición y guerra civil; pero el colapso del sistema bajo la presión de la corrupción y la insolvencia puede producir, en determinado momento, una voluntad favorable que impulse a todos a sentarse alrededor de la mesa y acordar una fórmula de rescate con el fin de impedir que el barco se hunda con todos los que se encuentran a bordo.

En el marco de la necesaria lucha contra la corrupción: ¿Está maniobrando ahora Hizbullah? ¿Cómo? ¿Y qué espacio tiene para la maniobra? ¿Está preparado para ello, y para enfrentar a los sectores  más cercanos a él? 

Hizbullah no puede hacer de la lucha contra la corrupción una prioridad en la etapa actual, primero, porque el partido no quiere que ninguna otra prioridad afecte negativamente su primera prioridad que se expresa en la Resistencia y la confrontación contra “Israel”. Hay consideraciones básicas que impiden que el partido se dirija decididamente a combatir la corrupción y construir el Estado, entre las que destaca, su red interna de alianzas, mantener la unidad de las filas chiitas, el temor a las luchas sectarias y el peligro de la guerra civil.

Basado en lo anterior, Hizbullah no maniobra cuando se trata del tema interno (corrupción y economía), sino que cree que el cambio interno puede llegar de manera paulatina y en el mediano y largo plazo y no de manera intempestiva a corto plazo.

Y esto, como lo percibe, es para proteger al país y a la sociedad, y no para defender la autoridad y el régimen, especialmente porque el cambio en el Líbano podría tomar la forma de un colapso forzado y repentino que conduciría al caos, o podría ser de manera estudiada sometiendo el cambio a través del esfuerzo a una fase de transición que permita alcanzar una alternativa con el menor porcentaje de reveses y pérdidas. Está claro que el partido es seguidor del segundo método. Además de lo mencionado anteriormente, Hizbullah, en sus inicios y fundación y en su  estructura organizativa, ha estado más cerca de la estructura de la Resistencia que la de un partido político. Es un movimiento de Resistencia contra “Israel” que se ocupa de asuntos políticos y no un partido político que se ocupa del tema de la Resistencia, por lo que el partido puede no tener la capacidad por sí mismo de enfrentar la corrupción en virtud de la filosofía de su propia existencia, independientemente de su objeción al tema de la corrupción y sus intentos de limitarla y del alcance de la interdependencia orgánica entre la ocupación y la corrupción y su impacto directo en el debilitamiento del Estado y de la sociedad.

Ante el estado de colapso de la nación, el desmoronamiento y caída del modelo que resultó del Acuerdo de al Taif, ¿Acaso no es momento para proponer o asumir la lógica de un proceso constituyente para refundar y reconstruir el proyecto nacional libanés?

El Estado libanés se encuentra colapsado y en bancarrota, no porque el Acuerdo de Taif haya perdido vigencia… o sea que el problema en el Líbano no se debe a los marcos constitucionales y legislativos, sino a la dirigencia que tiene el país, la cual controla la toma de decisiones.

Cualquiera que sea la forma de gobierno en el Líbano, se puede afirmar que se mantendrá la crisis mientras continúe la camarilla gobernante controlando el destino del país, saqueando sus recursos y adoptando a menudo el principio de cuotas en la repartición de los cargos estatales, sobre la base de dar prioridad a la subyugación  sobre la competencia y la honestidad. Basado en ello, no es suficiente que el Líbano tenga un nuevo contrato social o un nuevo régimen; independientemente de la denominación, esto debe ir acompañado de un cambio de la clase dominante, especialmente aquella que es la responsable de conducir al país al colapso, dando cabida a personas nuevas competentes que puedan manejar el país lejos de la lógica del sectarismo confesional y del sistema de cuotas, lo cual significa que la abolición del sectarismo confesional en el sistema es un requisito fundamental para el cambio y el logro de un avance, pero no es suficiente, esto debe ir acompañado de otros pasos indispensables.

En el Líbano no existe una crisis de ideas para la reforma, sino una crisis de herramientas y de actores que implementen la reforma, que se comprometan y luchen por ella.

Hizbullah no objeta ningún nuevo contrato fundacional que permita a los libaneses salir de la crisis, pero no quiere ser el que tome la iniciativa de realizar tal convocatoria, por temor a ser acusado de querer privilegiar a los musulmanes chiítas en el Estado y pasar de un sistema basado en la paridad por igual entre todas las sectas cristianas por un lado y todas las sectas musulmanas por otro lado, a un otro sistema de repartición triangular o entre tres partes y son: Cristianos, Chiitas y sunnitas, por eso plantea el tema sobre la base de la no objeción y no de la insistencia y también exige para ello el logro de la unanimidad de los libaneses, porque si cualquier componente del tejido socio-confesional libanés se opone al establecimiento de un proceso constituyente, eso llevaría obligatoriamente a frustrarlo; y esto es lo que expresó explícitamente el secretario general de Hizbullah, Sayyed Hassan Nasrallah, en uno de sus discursos en la celebración de Ashura.

¿Justamente, entonces ha llegado la hora de consultar al pueblo?  Sayyed Nasrallah ha lanzado la propuesta de una consulta popular, un referendo.

Hizbullah, está con cualquier resultado que se derive de cualquier  referendo popular; y de hecho el secretario general de Hizbullah lo ha reclamado, pero ir a referendo en el Líbano sigue siendo difícil de lograr debido a que numéricamente hay una diferencia entre  musulmanes y cristianos. Aquí cabe señalar que el Líbano se rige por la democracia consensuada y que los referendos no cumplen su función y las consideraciones numéricas no tienen la última palabra.

Basado en lo anteriormente expuesto, Hizbullah está consciente de que no se puede hablar de la reconstrucción del Líbano salvo abandonando las frases huecas que hablan de la reforma, y que ya no son efectivas en el contexto de este régimen  erosionado, y dirigiéndose hacia medidas de cambio real que requieren de una voluntad excepcional y efectiva por parte de las fuerzas interesadas e la salvación del Líbano, lejos de las consignas huecas y las declaraciones pomposas que los libaneses se acostumbraron a escuchar.

El partido cree que el factor principal del cambio deseado debe basarse en la erradicación de los elementos que provocan directamente la crisis en el Líbano, me refiero específicamente a la ecuación que abarca al sectarismo y la corrupción, ya que esta ecuación binaria supera esta dualidad e incluso alcanza el nivel de la identificación y la simetría en cuanto al confesionalismo y la corrupción.  Pues el sectarismo es un artificio que impide una rendición de cuentas seria y da legitimidad al saqueo bajo el parapeto de cuotas y equilibrio entre las sectas religiosas. A su vez,  la corrupción no se habría extendido de manera tan evidente si el Estado no se hubiera consumido y erosionado bajo la sombra del sectarismo camuflado por los llamados derechos de las confesiones y sectas religiosas y el equilibrio entre las mismas; y en todos los casos, la regla sigue siendo que no hay corrupción lejos del sectarismo que la cobije y ningún sectarismo que no acabe en corrupción.

El presidente Aoun planteó la idea de un Estado civil para el Líbano. ¿La respaldará Hizbullah? 

Hizbullah no se opone el establecimiento de un estado civil si es que eso significa que la ciudadanía es la unidad básica que conforma la sociedad sobre la base de la igualdad entre todos sin discriminación religiosa, sectaria, étnica o racial, siempre que mantenga las particularidades religiosas y las creencias de cada individuo o grupo; incluso la idea de un estado laico, si es que este significa preservar los derechos de los religiosos y la igualdad entre ellos y los demás, entonces no hay problema para Hizbullah con este tipo de secularismo, pero si el secularismo tiene como objetivo excluir a los creyentes o practicantes de participar en el poder, entonces el partido no lo aprobaría.

Es cierto que Hizbullah es un partido religioso, pero no adopta una agenda religiosa que busca implementar en el Estado, más bien, las creencias religiosas del partido las conserva para sí mismo y no la impone sobre otros, así como respeta las otras creencias y de la misma forma no acepta que se le impongan.

En general, el partido está con un Estado en pro del ser humano, sea cual fuese su forma, porque lo importante para él, es el respeto a la dignidad humana, la justicia, la igualdad, la libertad de opinión, la prosperidad y la liberación nacional, independientemente de la forma de gobierno que conduzca al logro de estos objetivos.

Es de notoriedad pública la participación plena de  los sectores opuestos a la Resistencia y de fuerzas de extrema derecha  en las movilizaciones y violencias en las calles de Beirut y otras regiones del país. ¿Puede Hizbullah, sus bases y su entorno liderar un movimiento que exija una consulta popular o reformas? Y en caso de no hacerlo, ¿no dejaría la Resistencia esta iniciativa en manos de otros actores cumpliendo agendas externas?

No se puede decir que todo el movimiento de la calle busca atentar contra la Resistencia; hay suficientes razones y motivaciones para que la gente salga a la calle; la corrupción en el Estado y entre la clase de poder ha llegado a un punto en el que los libaneses ya no tienen la capacidad de tolerar o hacer de la vista gorda sobre lo que está sucediendo, pero con la salida de la gente a la calle el 17 de octubre del 2019, el movimiento popular de protestas fue explotado por embajadas, partidos políticos, servicios de inteligencia y medios de comunicación, con el fin de manipular  el movimiento de la calle contra la Resistencia, y esto contribuyó a la retirada de los partidarios de la Resistencia de las calles, hecho que dejó un gran vacío que los enemigos de Hizbullah pudieron llenar mostrando el asunto como si fuera entre dos bandos: por un lado, el movimiento popular de protestas y los que lo acompañan y por el otro Hizbullah y sus aliados, a sabiendas de que el partido simpatizaba y sigue simpatizando con las demandas de la calle, pero prioriza la preservación de la estabilidad interna del país por encima de cualquier otra consideración, por lo que el partido no ve que le concierne defender la supervivencia de la autoridad, sino más bien le importa defender la estabilidad de la sociedad e impedir la sedición.

En cuanto a la posibilidad de que el partido lidere un movimiento popular para exigir una consulta popular o reformas, pues no está obligado a hacerlo y considera que llegar a ello pudiera ser a través del diálogo y el entendimiento con las otras partes y no por medio de la calle, dado lo sensible y peligroso que es salir a la calle en un país como El Líbano. Por lo general, el partido deja el papel de la calle como última opción para lograr sus demandas, y no acepta lidiar con ese asunto como una maniobra y ya Sayyed Nasrallah lo dijo antes, que la salida de Hizbullah a la calle no es como la salida de los otros, y en caso de salir a la calle un día no la abandonará antes de lograr sus objetivos.

La iniciativa del presidente francés hacia el Líbano le ahorra a Hizbullah la posibilidad de recurrir a decisiones difíciles en el proceso de reforma, porque en definitiva el planteó en ese sentido lo que el partido quería propiamente, en términos de combatir la corrupción y lograr la transformación y el cambio, pero no lo pudo lograr por temor a la sedición, la intriga, la guerra civil o el chantaje. Macron llegó a exigirlo a la clase de poder y a requerir su implementación sin un costo elevado, un hecho que Hizbullah  considera positivo si se logra, y esto es independientemente de si la segunda etapa de la iniciativa de Macron apuntara al papel de Hizbullah y sus armas, ya que el partido cree que es lo suficientemente fuerte para hacer frente a tales desafíos, pero lo importante en esta etapa es abordar el tema del colapso económico del Estado y limitar sus repercusiones y el ingreso a una fase de transición preparatoria para un nuevo sistema y en eso Hizbullah concuerda con la iniciativa francesa.

La crisis del Líbano no comenzó con la explosión del puerto, ya que el modelo económico ya había caído por su ineficiencia, a causa de la corrupción y la presión externa por medio de las sanciones, bloqueos y extorsiones. En cierto modo, Hizbullah ha sido parte de gobiernos recientes hasta el actual gobierno en funciones y por lo tanto, es políticamente responsable conjuntamente con los otros de la crítica situación actual. ¿En qué medida se ha reflejado la visión económica de Hizbullah en el desempeño de los sucesivos gobiernos durante su permanencia en el poder a través del equipo del 8 de marzo? ¿Realmente no hay alternativa al estado débil, la privatización de los servicios básicos y el control de la economía por parte del sector privado y la dominación externa? 

La participación de Hizbullah en los sucesivos gobiernos no tenía como objetivo salvaguardar la situación económica o proporcionar un modelo económico alternativo al actual modelo endeble; considerando que, el partido prácticamente formó parte del gobierno en 2005 para llenar un vacío garantizando con ello la protección de la Resistencia a nivel de la autoridad libanesa como resultado de la retirada siria del Líbano, además, este compromiso tenía como objetivo reunir a los aliados en un frente único para enfrentar las repercusiones de esta retirada poco después del asesinato de al Hariri, lo cual se cristalizó en el grupo “8 de Marzo” versus el grupo del “14 de Marzo” anti-sirio y adverso a la Resistencia; lo anterior no quiere decir que el partido no estuviera interesado en asuntos económicos y de reforma, pero el asunto no estaba en su lista de máxima prioridad estando comprometido en un enfrentamiento abierto con “Israel” y posteriormente enfrentando la amenaza “takfiri” contra el Líbano y Siria, más aún cuando el partido tiene una visión integral de la economía y la reforma que fue preparada por su principal centro de estudios, sin embargo, ni una sola vez trató de imponer esta visión, sabiendo que él solo no podría implementarla, y que tampoco ha sido posible lograr una visión conjunta con los otros.

Tomemos como ejemplo, el tema de la electricidad, que tan obvia y necesaria es, pero las partes libanesas, debido a la corrupción y el sistema de cuotas, no pudieron llegar a un consenso para salvar al Líbano de la oscuridad total. Quizás el problema en el Líbano es que la reforma requiere de consentimiento sobre la base de la democracia consensuada, mientras que la corrupción es diferente, ya que basta para que cualquier proyecto de reforma fracase que una las ocho partes se oponga, mientras es suficiente que una de las partes insista en la implementación de la corrupción para que se haga efectiva para las demás partes también, por lo tanto, el partido no tuvo ni tiene la intención de imponer sus puntos de vista sobre los demás componentes o partidos, y al mismo tiempo, no hay intenciones serias de parte de los demás para hacer mejorar la situación económica y financiera, ya sea por fricciones políticas y sectarias o por cálculos vinculados al sistema de corrupción y cuotas. Sumado a lo anterior, el partido se dio cuenta desde muy temprano de que no tiene sentido ningún intento de reforma política y económica bajo el techo del sistema actual, ya que alcanzó un clímax en cuanto al desgaste y podredumbre, por lo que el asunto parece en cuanto a los proyectos viables de reforma bajo este sistema, como quien quiere poner comida sana en un recipiente sucio!

Por eso, el problema de la economía libanesa en su esencia está ligado a los custodios del sistema y su intención de proteger sus propios intereses y su constante disposición de dar prioridad al interés privado por encima del bien público.

El problema no es el resultado de un sistema económico liberal, la privatización o el carácter del régimen; la cuestión en resumen es que la mala y corrupta gestión del mejor sistema económico conduce a la perdición.

Además, una buena y sabia gestión de cualquier sistema económico, no importa lo malo que sea, puede aminorar sus males y aspectos negativos, entonces, ¿cómo sería el drama nuestro en el Líbano si estamos combinando un mal sistema con una peor gestión?

Hasta qué punto la coalición del “8 de Marzo” sigue siendo una opción soberana y antiimperialista eficaz para Hizbullah? 

La división política en el Líbano ya no se limita al binomio del 8 y el 14; el desarrollo de los acontecimientos ha superado esto y ha barajado las cartas entre estas dos agrupaciones. Con respecto al 14 de marzo, sus componentes se encuentran en estado de división y en conflicto, que oscilan entre lo público y lo privado; la Corriente  Futuro se ubica en un lugar, mientras que el Partido Socialista Progresista (PSP) y las Fuerzas Libanesas están en otro lugar.

Por otro lado, Hizbullah y el Movimiento Amal, los dos componentes principales del 8 de marzo, querían firmemente que Hariri, presidente de la Corriente Futuro, retornara a la jefatura del gobierno, mientras que las Fuerzas Libanesas y el PSP, dos componentes principales del 14 de marzo, lo rechazaron de manera categórica; la cuestión que se plantea es si  se puede aún, a estas alturas, clasificar las fuerzas políticas activas en el país como 8 y 14 de marzo.

En cuanto al 8 de Marzo, Hizbullah se encuentra entre dos aliados opuestos, que conviven pero no se entienden y la relación entre ellos es como la brasa bajo las cenizas y en cualquier momento puede ser dispersada ​​por el viento ya que si la relación de Hizbullah con el movimiento (Amal) es considerada firme por muchas consideraciones, es probable que se presenten diferencias en la relación de la Corriente Patriótica Libre con Hizbullah, según lo ha expresado su presidente Gebran Bassil, cuando señaló que existe la posibilidad de que hayan diferencias con Hizbullah sobre un conjunto de asuntos internos, sin embargo, es poco probable que esto afecte la esencia de la relación bilateral, representada por el Memorando de Entendimiento firmados entre ambos en la Iglesia de Mar Mikhael – Beirut en el 2006, siendo la presencia del presidente Aoun una garantía para su preservación.

En general, los grupos del 8 y 14 de marzo nacieron en el contexto de la división entre los libaneses sobre dos temas: la relación con Siria y las armas de la Resistencia, y ambos temas ya no se proponen con fuerza a la luz de la corrupción desenfrenada en el Estado, la tiranía de ambos factores: el financiero y el económico en el escenario libanés y el miedo al hambre y el colapso del Estado como tal.

¿En el marco de la disputa geopolítica a nivel global, cómo encarna Hizbullah el estatus de Líbano en el proyecto de la nueva Ruta de la Seda de China?

El Líbano está clasificado oficial, cultural y económicamente dentro del marco del campo occidental; cualquier intento de transferir al Líbano de esta categoría se encontrará con una oposición bien seria, tanto interna como externa. Hasta ahora por  ejemplo, no se le permite al Ejército libanés obtener armamento que no sea del campo occidental. Asimismo, el Líbano, que sufre bajo el peso del colapso y del hambre, no pudo durante el gobierno de Hassan Diab abrirse seriamente hacia el Este, específicamente hacia China, a pesar de que este gobierno es un gobierno de un solo color, es decir, Hizbullah y sus aliados. Basado en ello, no creo que Hizbullah vea que sea de interés nacional entablar una nueva batalla con la otra parte dentro del Líbano para alinear al Líbano con el nuevo proyecto de la Ruta de la Seda. Pero sí, es posible que Hizbullah y algunos de sus aliados, no todos, trabajen para abrir el Líbano gradualmente hacia el Este en el tema económico, de una manera que no conduzca a un cambio en la identidad económica del país; al mismo tiempo, hacerlo de una manera que permita al Líbano beneficiarse de las oportunidades que se le ofrecen a través de esta apertura, pero es claro que existe una gran dificultad para que Líbano se vincule orgánicamente a un sistema económico que reúna a China, Rusia, Irán y otros países adversos a Estados Unidos y la alternativa a este vínculo o adhesión es solo la apertura.

En resumen, hay algunos libaneses que creen que la nueva Ruta de la Seda tiene como objetivo hacer de China un eje de las relaciones y actividades económicas a nivel mundial; y esos son un grupo de libaneses que se auto-consideran como un eje para servir a Estados Unidos y estar bajo su influencia, y por lo tanto no permitirán que el Líbano vaya en dirección a China, y es más, se aprovechan del pacifismo de Hizbullah para abordar cuestiones problemáticas, ya que saben que el partido no presionará ni provocará una escalada en esta y otras cuestiones.

Si la nueva Ruta de la Seda se llevará a cabo en cooperación de China con 123 países dentro de una estrategia llamada la Franja y la Ruta, entonces no es fácil para el Líbano ser un país influyente entre estos países a menos que el régimen en el Líbano sea cambiado y reconstruido sobre nuevas bases económicas, políticas y culturales que tomen en cuenta la realidad crítica del Líbano y lo rescaten de la misma.

Pese a ser el partido más votado del Líbano, Hizbullah parece estar por encima de la casta política y de sus disputas por cuotas de poder, al tiempo que cumple importantísimas tareas en el marco de la defensa del país frente a las agresiones sionistas y vimos también, frente al peligro takfiris. ¿Existe algún tipo de escenario en el que Hizbullah encabezaría abiertamente un movimiento de cambio político en el Líbano?

Hizbullah está en el poder, pero no es un partido de poder, no le incumben las cuotas y las ganancias y no exige cargos excepto en la medida en que esto beneficie al pueblo y a los asuntos públicos. Esta visión emana de la ideología religiosa del partido, así como del rechazo a ser como los demás partidos que persiguen el poder; pero todo esto no impidió que Hizbullah tratara con el Estado sobre la base de la asistencia para resolver sus problemas y, al mismo tiempo, que se mantuviera plenamente preparado para afrontar ambos peligros el israelí y el takfiri, en eso el partido pudo a lo largo de muchos años alcanzar logros excepcionales, demostrando con su resistencia que puede obtener el mayor número de logros con el menor cúmulo de poderes.

En fin, dada la peculiaridad de la estructura social y política del Líbano, vemos que es extremadamente difícil que Hizbullah por sí solo lidere el movimiento por el cambio social; en caso de que el partido quiera movilizarse en ese sentido, sus oponentes lo enfrentarán, lo que podría provocar una guerra civil, también se le opondrán los aliados lo cual podría conducir a conflictos internos; si Hizbullah decidiera dirigirse en esta dirección, se encontraría con una fuerte resistencia de parte de chiítas corruptos y también de parte de los corruptos sunitas, drusos y cristianos, así como de todos sus opositores políticos independientemente de que sean corruptos o no y también de parte de fuerzas externas que profesan sentimientos de enemistad y odio hacia la Resistencia.

Lamentablemente, las consideraciones sectarias, incluso entre los no corruptos, siguen siendo mucho más fuertes que su voluntad de conseguir reformas; por eso Hizbullah busca en la etapa actual limitar la corrupción dentro de sus posibilidades sin intentar impulsar un cambio radical.

El partido intentó combinar las dos prioridades, es decir, la Resistencia al sionismo y la necesidad de las reformas, pero fracasó porque aquellos que no quieren reformas son fuertes dentro del Líbano y algunos son aliados de Hizbullah en el marco de la Resistencia y estos están dispuestos a asestarle una puñalada por la espalda a Hizbullah, en caso de que este quiera poner fin a su corruptela, lo cual afectaría negativamente al proyecto de al Resistencia.  Por eso el partido finalmente admitió que enfrentar  a “Israel” es mucho más fácil que enfrentar a los corruptos; esto requiere que el partido busque en el mediano y largo plazo, planes y estrategias para reformar el Estado y enfrentar la corrupción, en el sentido de que todos los obstáculos que enfrentan los esfuerzos del partido para lograr la reforma, no le impidan señalar que no dudará en liderar el proyecto de cambio en el Líbano hacia la reforma, el surgimiento y la construcción del Estado, en caso de que pueda crear las condiciones adecuadas y si las condiciones futuras son propicias para eso.

¿Cuál es la relación de Hizbullah con la izquierda libanesa y en particular con el Partido Comunista Libanés?

Entre Hizbullah y el Partido Comunista hay un largo trayecto de lucha común; ambos concuerdan con el principio de la Resistencia contra “Israel” y la liberación de la tierra, y ambos formaron parte de la vanguardia de la Resistencia en el Líbano; así como ambos trabajan para apoyar a los pobres, las clases vulnerables y desfavorecidas, y  aclaman por un Estado justo y luchan contra lo que Hizbullah llama prepotencia y arrogancia global y lo que los comunistas llaman imperialismo. Esto se suma al hecho de que sus mártires cayeron sobre la misma tierra y regaron con su sangre el mismo suelo y juntos pasaron años de su vida en los mismos calabozos del enemigo israelí y sus agentes; y no es ningún secreto que Hizbullah, en todos los acuerdos de canje  de prisioneros con el enemigo israelí, se aseguraba de que los prisioneros comunistas estuvieran entre los prisioneros liberados; aquí es necesario señalar que prevaleció una tensión entre ambos partidos en la década de los ochenta y fue menor de lo que algunos intentan presentar, sobre todo que El Líbano en aquel entonces estaba en plena guerra civil y bajo caos total.

¿Qué piensa de la izquierda, que se unió a fuerzas que defienden intereses extranjeros y atentan contra la Resistencia con el pretexto de luchar contra la corrupción?

No toda la izquierda que se incorporó al movimiento popular de protestas en la calle tiene una agenda externa; el Partido Comunista y sus amigos salieron a las calles, exigiendo los derechos del pueblo y el derrocamiento del regimen de corrupción y ellos se basaban en una agenda puramente patriótica y nacionalista; Pero sí, hay una izquierda en el Líbano que puede estar vinculada con el exterior y tiene un fuerte antagonismo con la Resistencia, estos se han desviado del proceso tradicional de la izquierda antiimperialista con la llegada de Rafik Hariri al Líbano quien los compró con dinero y posiciones, alcanzando la cúspide de su hostilidad hacia la Resistencia con el asesinato de Hariri padre en 2005 e incorporándose a las filas del 14 de marzo; al frente de estos están quienes se autodenominaron la Izquierda Democrática; en resumen, se puede decir que a la luz del movimiento popular de protestas el 17 de octubre 2019, la izquierda fue representada por dos frentes: el primero explotó la calle para ajustar cuentas políticas y servir proyectos sospechosos, y el segundo adoptó las demandas populares y la lucha para derrocar al régimen corrupto, independientemente de que este último no logró liderar el movimiento honesta y serio, hecho que decepcionó  a muchos.

¿Existen actualmente diálogos y conversaciones de parte de Hizbullah con las distintas fuerzas de izquierda libanesas?

Que yo sepa hay contactos y coordinación constante entre Hizbullah y sus amigos por un lado y las fuerzas de izquierda locales e internacionales por el otro; esto no es nuevo, sino que se ha realizado a lo largo de las últimas tres décadas; la idea central que se maneja actualmente es convertir esto en un programa de acción para dar forma a un proyecto de Resistencia global a nivel político, económico y social, con el fin de hacer frente al imperialismo y la prepotencia a nivel global y en apoyo a los desposeídos, vulnerables y pobres. Aquí cabe señalar que teniendo siempre en cuenta los puntos de convergencia basados ​​en la lucha contra la corrupción, la reforma del sistema político, la Resistencia contra “Israel”, la lucha contra la normalización  con “Israel” y el apoyo a los pobres, sin que esto impida la existencia de puntos de divergencia y diferencias entre ambas partes, que siempre se están resolviendo a través de diálogo.

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