Autor brasileño de “Latifundio Midiota” y “A CIA contra a Guatemala” lanza libro-informe en el que demuestra la participación del sionismo en la limpieza étnica y los crímenes más horrendos cometidos por la dictadura militar guatemalteca en las décadas de 1970 y 1980
Por Amyra El Khalili entrevista especial para el periódico Pravda.Ru
Reportero internacional del periódico Hora do Povo, donde ha trabajado durante más de tres décadas, y miembro de la Agencia ComunicaSul y del Sindicato de Escritores del Estado de São Paulo, Leonardo Wexell Severo ha seguido las luchas en Palestina y Guatemala, países donde colabora en el movimiento popular contra el imperialismo y el sionismo. En esta entrevista exclusiva con Pravda, el autor de «Latifundio Midiota: Crímenes, Crisis y Estafas» y «La CIA contra Guatemala» habla sobre el lanzamiento de su nuevo libro, «Guatemala y Palestina bajo el yugo genocida de Israel: Una historia silenciada por los medios hegemónicos» (Editora Papiro, 126 páginas). Con énfasis, y con abundantes fuentes y testimonios, el autor denuncia “el carácter manipulador de los grandes conglomerados mediáticos, servidores de Estados Unidos e Israel, y la forma en que distorsionan descaradamente la realidad y la silencian para intentar absolver a los criminales y convertir a las víctimas en culpables”.
PRAVDA: ¿De dónde surgió la idea de su nuevo libro, tan oportuno para el momento actual?
Leonardo Wexell Severo: Estuve en Palestina —en 2000 y 2015— y en Guatemala —en 2013 y 2024—, países con los que siempre he tenido una relación muy estrecha, pero que entonces vivían situaciones muy diferentes. Mientras Guatemala atravesaba un proceso de redemocratización con la elección del presidente Bernardo Arévalo, presenciábamos un resurgimiento del fascismo en Israel bajo el liderazgo de Benjamín Netanyahu.
En Guatemala, realizamos varias entrevistas e informes en la capital y sus ricas zonas rurales con víctimas y familiares de los crímenes más bárbaros. Las horribles acusaciones abarcaban desde descripciones de testigos que vieron a bebés arrojados vivos a brasas para morir, hasta niños violados que sobrevivieron para testificar su trauma, mujeres agredidas por 20 soldados y niños y niñas que, tras ser secuestrados, fueron esclavizados durante años. Todo ello, resultado del «entrenamiento» nazi-israelí de profesionales de la muerte.
A la luz de esto, seguí el juicio del ex Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Benedicto Lucas García, quien, luego de ser condenado a 2.860 años de prisión por el Tribunal de Mayor Riesgo A, fue ridículamente liberado por el Tribunal B, lo que invalidó todas las actuaciones del juicio, poniendo en evidencia las cartas amañadas en el poder judicial.
Cabe destacar que, ahora con 92 años, el general retirado es uno de los comandantes carniceros responsables del asesinato en masa cometido junto a su hermano, el presidente Fernando Romeo Lucas García, quien gobernó el país para extranjeros del 1 de julio de 1978 al 23 de marzo de 1982, y murió sin recibir condena alguna. También es importante destacar que fue de la escuela sionista de donde Benedicto trajo el término «palestinización», la práctica de usurpar territorios, imponer aldeas modelo, campos de concentración y trabajos forzados a los pueblos indígenas. Fue entonces cuando surgió la idea del libro. Espero que dé en el clavo. Y que se mantenga vigente. PRAVDA: ¿Cómo contribuyeron los israelíes de manera tan decisiva al sostenimiento de las dictaduras militares en Guatemala?
Leonardo Wexell Severo: Cuando la opinión pública estadounidense presionó al gobierno para que retirara su apoyo a la masacre, Israel se sumó de inmediato. Los generales guatemaltecos también acogieron la idea de inmediato. Después de todo, los sionistas existían desde principios de la década de 1970. En total, había unos 300 asesores de diversos rangos y especialidades, desde militares hasta tecnológicos, prácticos y racistas.
En las ciudades, si el consumo energético de una vivienda variaba significativamente, los israelíes la consideraban un refugio guerrillero y la casa era rodeada de inmediato. Una vez confirmada la oposición, todos eran ejecutados. La situación con los residentes rurales era aún peor, ya que los sionistas siempre consideraron a los árabes seres inferiores, al igual que la tropa de élite Kaibile, formada en 1974 por guatemaltecos extremadamente prejuiciosos que despreciaban a los mayas y los trataban como basura. Por eso asesinaron a mujeres, ancianos y niños de las formas más perversas, con una crueldad exquisita.
Hay un capítulo que informa que el centro de exterminio más grande de Guatemala se encuentra junto a la fábrica de municiones construida por Israel. Cuéntanos un poco sobre eso.
Organizaciones de derechos humanos recibieron información de que cerca de la fábrica de municiones de Cobán, ubicada en el centro clandestino de detención y ejecución de Alta Vera Paz, donde operaba una base militar, «dos personas fueron posiblemente enterradas». Desde entonces, entre 2012 y 2015, las exhumaciones realizadas por la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG) encontraron 565 esqueletos en cuatro fosas. Se trataba de personas que habían sido torturadas y enterradas allí entre 1981 y 1988. Al menos 90 eran niños, niñas y adolescentes. La evidencia es indiscutible.
Entrevistamos a Paulo Estrada, coordinador de la Asociación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos de Guatemala (Famdegua), quien siguió de cerca todo el proceso y es un hombre de gran responsabilidad. Hijo de Otto René y sobrino de Julio Alberto Estrada, ambos «capturados y desaparecidos» por el Estado guatemalteco en 1984, Paulo sobrevive sin residencia fija por razones de seguridad y para mantener vivas las denuncias de crímenes de lesa humanidad, tras los procesos en tribunales internacionales. Arqueólogo comprometido con la lucha por la justicia para las víctimas y sus familias, busca esclarecer no solo las pruebas de los crímenes, sino también a quienes los financiaron, aquellos que, para entregar su país a las transnacionales, se beneficiaron y siguen lucrando con el dolor y la sangre de otros. Es en este contexto que el nombre del estado terrorista de Israel aparece en una gigantesca y reluciente valla publicitaria. PRAVDA: Y nos vamos a más de 12.000 kilómetros de distancia. ¿Cuál es su recuerdo más preciado de Palestina?
Leonardo Wexell Severo: Hay tantos recuerdos intensos de Gaza y Cisjordania que es difícil cuantificarlos, pero sin duda, fue el encuentro con el presidente Yasser Arafat, fundador de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Conservo esta foto en dos lugares de mi casa y me aseguro de incluirla en mis libros, por la sonrisa característica de ese generoso líder. Creo que percibió lo mucho que significaba para mi pasado y lo mucho que seguiría inspirando mi presente y mi futuro. Sin palabras.
Pero también hay cosas extremadamente dolorosas, como los niños palestinos que lanzaron piedras a los tanques israelíes y fueron alcanzados por balas de acero recubiertas de goma. Disparos de rifles con miras telescópicas «no destinadas a matar, sino solo a cegar». Un nivel de inhumanidad sionista que surge de la oscuridad. También recuerdo la tristeza de la esposa que enviudó el primer día después de su boda, cuando un tanque invadió su pueblo y el soldado ejecutó a su esposo, que protestaba lanzando piedras. La invitación de boda, colorida y vibrante, permaneció allí, pintada en la pared exterior de la casa, invitando a los vecinos. Fue puro dolor.
También llevo conmigo una foto del pequeño Tarek, de tan solo 11 años, haciendo la señal de la victoria con el brazo destrozado por las balas de fusil. Al fin y al cabo, ¿cómo se atrevía a levantar la mano y lanzar piedras a un tanque? A su lado, en el hospital, su padre observaba con admiración la determinación de su hijo de continuar con el acto simbólico de expulsar al invasor. Un gesto de orgullo, tan repetido como odiado y temido por los agresores israelíes, que revelaba la persistencia de la insubordinación. PRAVDA: ¿Cuál es su mensaje al pueblo palestino?
Leonardo Wexell Severo: En medio de tanta muerte y destrucción, ustedes, los palestinos, son un ejemplo para nuestras generaciones presentes y futuras, porque la humanidad está en juego. Nadie olvidará jamás los horrores de Gaza, que, a diferencia del campo de concentración de Auschwitz, está siendo televisado y sometido a interpretaciones inverosímiles por parte de los «profesionales de los medios», verdaderos lacayos del imperio y de los nazis israelíes cuando justifican y aplauden el genocidio.
Tengo en cuenta, me inspiro e incluso cito en mi libro la canción «Pedrada» del artista brasileño Chico César: «Los perros rabiosos del fascismo babean y enseñan los dientes, la serpiente sale del huevo, fruto podrido del cinismo, para oprimir al pueblo, para mantenernos esclavizados, para empujarnos al abismo y aplastarnos con sus dientes. Pero tenemos la piedra que tirar, la bala incendiaria está en el aire (volará), ¡fuego a los fascistas! ¡Fuego, ya!»
Que permanezcamos siempre unidos, unidos en la causa palestina, para construir un mundo nuevo, del tamaño de nuestros sueños. ¡Hasta la victoria! ¡Siempre!
Amyra El Khalili es una economista palestino-brasileña y editora del Movimiento de Mujeres por la Paz en Palestina y de la Alianza RECOs – Alianza de Redes de Cooperación Comunitaria del Sur Global.
Ver más en https://port.pravda.ru/mundo/59049-leonardo_severo/