La Vuelta que sí importa: la humanidad

La cancelación de la Vuelta Ciclística en Madrid ha despertado una oleada de reacciones, muchas de ellas cargadas de indignación desde sectores de la derecha. Pero más allá de la ideología, hay algo que no puede olvidarse: los derechos humanos son el fundamento mínimo de cualquier sociedad que quiera llamarse democrática.

Madrid Sept. 14, 2025. (AP Photo/Manu Fernández)

Toda medida, todo gesto, todo esfuerzo que sirva para salvar vidas humanas, merece ser apoyado. Y la cancelación de un evento deportivo puede parecer pequeña frente a la magnitud del genocidio en Palestina, pero precisamente por eso es tan importante. Es un recordatorio de que el mundo no puede seguir mirando hacia otro lado mientras miles de personas —en su mayoría niños y niñas— son asesinadas impunemente.

En los tiempos del apartheid sudafricano, fue la presión internacional, los boicots, la movilización de la sociedad civil en distintos países, lo que abrió grietas en un sistema que parecía inamovible. Hoy nos enfrentamos a algo aún más brutal: no es solo segregación, es exterminio.

Olvidar esto es renunciar a nuestra propia humanidad. Y resulta doloroso ver cómo incluso personas que se proclaman defensoras de valores religiosos terminan justificando lo injustificable.

La cancelación de la Vuelta no es un ataque al deporte, ni un capricho ideológico. Es un acto de conciencia. Es el eco de esa presión mundial que, en el pasado, ayudó a derrotar el apartheid. Es la prueba de que aún hay esperanza en la capacidad de reacción colectiva.

Porque, al final, la única vuelta que realmente importa es la vuelta a la humanidad

Antoinette Torres Soler

Directora y Fundadora de Afroféminas
Lic. Filosofía. Máster en Comunicación de Empresa y Publicidad.
Cubana y española


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