La visita de Zelenski a Berlín en plena guerra y el nuevo “empuje hacia el este” de Alemania

Fuente: https://www.wsws.org/es/articles/2023/05/17/pers-m17.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws                       Johannes Stern

El domingo por la mañana, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski fue recibido con honores militares frente a la Cancillería alemana en Berlín como parte de su gira europea. El escenario compuesto por docenas de soldados uniformados y armados fue militarista. Después de una conversación y una rueda de prensa con el canciller alemán Olaf Scholz, ambos jefes de Estado tomaron un vuelo juntos, bajo las máximas precauciones de seguridad, a Aquisgrán, donde Zelenski recibió el Premio Carlomagno.

El canciller alemán Olaf Scholz camina junto al presidente ucraniano Volodímir Zelenski durante una recepción militar oficial en la Cancillería alemana en Berlín, 14 de mayo de 2023 [AP Photo/Matthias Schrader]

La visita de Zelenski a Berlín inicia una nueva etapa en la intervención del imperialismo alemán en la guerra en Ucrania. Alemania está de facto en guerra nuevamente con Rusia, siguiendo una sombría tradición. En el siglo veinte, el imperialismo alemán ya intentó dos veces subyugar Rusia militarmente, perpetrando crímenes espantosos. Ahora la burguesía lo intenta por tercera vez. Como en las dos guerras anteriores, Ucrania es un campo de batalla central. Y nuevamente el imperialismo alemán está dependiendo de los nacionalistas ucranianos de derecha.

Las frases oficiales sobre defender la “libertad” y la “democracia” no son más que propaganda. Cualquiera que no sea completamente ignorante de la historia sabe que se trata de las mismas cuestiones de antes: un nuevo “empuje hacia el este” ( Drang nach Osten ) y una tercera “pugna por el poder mundial” ( Griff nach der Weltmacht ) por parte del imperialismo alemán. Nadie debe hacerse ilusiones. Los tanques alemanes serán seguidos por soldados alemanes y no se detendrán en la frontera rusa.

La movilización de la máquina militar alemana ya es la más completa desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El sábado, el día anterior a la llegada de Zelenski, el Gobierno alemán anunció un aumento masivo en la asistencia militar al ejército ucraniano. “Alemania está preparando el paquete militar más grande hasta la fecha para Ucrania”, tuiteó la Oficina de Relaciones Exteriores en Twitter.

“Esto incluye artillería, defensa antiaérea, vehículos blindados de combate y herramientas de ingeniería militar, con un coste superior a los 2,7 mil millones de euros”. Específicamente, incluye 30 tanques de batalla Leopard 1 A5, 20 vehículos de infantería Marder, 18 obuses Howitzer, 100 vehículos blindados de combate, 4 sistemas antiaéreos IRIS-T SLM, y 12 lanzacohetes IRIS-T SLS, así como misiles y municiones de artillería compatibles.

Además, la industria militar alemana planea la construcción de tanques y otros sistemas de armas en suelo ucraniano. “Ya se firmaron los contratos”, dijo el director ejecutivo de Rheinmetall, Armin Papperger, quien estableció una inversión conjunta para la reparación y construcción de tanques con la empresa estatal ucraniana Ukroboronprom. La cooperación en materia de tanques “es tan solo el primer paso hacia una cooperación exhaustiva”, escribió el diario Handelsblatt. En los próximos días, “se firmarán los contratos para dos inversiones conjuntas más en materia de municiones y defensa antiaérea”.

En la rueda de prensa conjunta con Zelenski, Scholz llamó a formar una alianza militar con Kiev. “La relación estrecha definirá la relación entre ambos países en las próximas décadas”, dijo. “Ante el horror, la injusticia que se lamenta ante los cielos, nos estamos acercando aún más. No solo apoyamos Ucrania en términos humanitarios, sino también políticos, financieros y, por supuesto, con armamento”.

Scholz presumió de la magnitud de la ayuda militar hasta ahora y dejó en claro que apenas es el principio. “Desde el comienzo de la guerra, solo nuestro apoyo bilateral a Ucrania ha sido de 17 mil millones de euros, y hemos fijado el rumbo para garantizar que esta ayuda continúe en los próximos años… Alemania es ahora el segundo país que más ayuda presta a Ucrania, después de Estados Unidos, y seguiremos haciéndolo…”. Esto deja “claro el tamaño del paquete”. Y añadió: “Seguiremos apoyando a Ucrania por el tiempo que sea necesario”.

El objetivo declarado de Berlín es la derrota completa del ejército ruso en Ucrania. Kiev “exige con razón, y con nuestro pleno apoyo, que [la paz] no puede significar simplemente congelar la guerra o que se formule una paz dictada por la parte rusa”, dijo Scholz.

Por su parte, para lograr una “paz victoriosa”, las potencias imperialistas están librando una guerra cada vez más directa contra la potencia nuclear de Rusia. Es “completamente normal” en una contienda militar de este tipo “que el atacante se adentre también en territorio contrario, por ejemplo, para bloquear las rutas de suministro”, declaró recientemente el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius. Esto es un cheque en blanco para los ataques ucranianos contra Rusia y se acerca a una declaración directa de guerra.

La ofensiva bélica de Alemania, que aumenta cada vez más el peligro de una guerra mundial nuclear, se justifica públicamente con afirmaciones sobre la defensa de Ucrania contra la “guerra agresiva” de Rusia. Esto no es más que propaganda. Moscú no es el principal agresor en Ucrania, sino las potencias imperialistas. Con su prolongado cerco militar a Rusia, la OTAN ha provocado deliberadamente la intervención reaccionaria del régimen de Putin. Ahora está intensificando el conflicto para subyugar a una Rusia rica en recursos naturales y también para cimentar su control sobre Ucrania.

De esta manera, el imperialismo alemán, en particular, continúa con sus planes históricos de obtener el estatus de gran potencia. Ya en la Primera Guerra Mundial, el control de Ucrania, que es una gran fuente de materias primas y es geoestratégicamente importante, además del establecimiento de la hegemonía alemana sobre “Europa Central” (Mitteleuropa), era uno de los objetivos de guerra declarados del Imperio Alemán. El historiador Oleh S. Fedyshyn escribe sobre esto en su libro Germany’s Drive to the East and the Ukrainian Revolution 1917-1918 [El “Empuje hacia el este” de Alemania y la Revolución ucraniana de 1917-1918]:

Al principio, los alemanes no tenían intención de ir más allá de Kiev. Luego decidieron avanzar hacia el este hasta Járkov. Poco después, el conocimiento de que el carbón de la cuenca del Donets era absolutamente necesario para el funcionamiento de la industria y el transporte ucranianos convenció a los alemanes de que tenían que avanzar también hacia esta zona para salvar la región carbonífera de los bolcheviques. Finalmente, los alemanes extendieron su dominio aún más hacia el este ocupando aproximadamente un tercio de la región del Don, y finalmente se establecieron en Georgia… Aunque los acuerdos políticos y legales en Ucrania seguían sin estar claros, una cosa estaba fuera de toda duda: Alemania estaba firmemente decidida a intensificar su explotación de la economía ucraniana. Esto profundizaría la injerencia política del Reich tanto en Ucrania como en oriente en su conjunto.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Hitler siguió aplicando esta política. En particular, el historiador alemán Fritz Fischer señaló que existía una línea directa entre la ocupación alemana de Ucrania en la Primera Guerra Mundial y los nazis. Uno de los cofundadores del periódico del partido nazi Völkischer Beobachter, cuyas ideas políticas aparecieron en Mein Kampf de Hitler, fue el antiguo jefe de Gobierno nombrado por Alemania en Kiev, Hetman Skoropadsky. En la guerra de aniquilación contra la Unión Soviética, que condujo al Holocausto y costó la vida de al menos 27 millones de ciudadanos soviéticos, la conquista de Ucrania desempeñó un papel central. “Los objetivos geopolíticos, estratégicos y económicos (“¡Queremos cabalgar hasta Ostland!”) están en continuidad con el expansionismo wilhelmiano de toda Alemania”, explicó Fischer en su libro Hitler war kein Betriebsunfall (“Hitler no fue un accidente”).

Ahora, el imperialismo alemán persigue de nuevo el objetivo de sacar a Ucrania y a otros países que pertenecieron a la Unión Soviética y al Imperio Ruso de la esfera de influencia de Moscú y ponerlos bajo el control de la Unión Europea, dominada por Alemania. “La entrega del Premio Carlomagno a Zelenski marca un nuevo comienzo: el comienzo de nuestra mayor convergencia en Europa, junto con Ucrania, con los Estados de los Balcanes occidentales, con Moldavia y, en el futuro, también con Georgia”, declaró Scholz.

En otras palabras, detrás de la ofensiva bélica alemana están, en última instancia, los mismos apetitos imperialistas de antes. Desde la reunificación alemana, la clase dominante se ha dedicado sistemáticamente a organizar Europa bajo el liderazgo alemán, con el fin de perseguir sus intereses geoestratégicos y económicos globales. Esto se ha llevado a cabo cada vez más por medios militares. El imperialismo alemán ya desempeñó un papel protagónico en la sangrienta desintegración de Yugoslavia y en el bombardeo de Serbia por parte la OTAN. A esto siguieron misiones de guerra de la Bundeswehr en Afganistán, Oriente Próximo y África. Con respecto a Rusia, Berlín no solo ansía los vastos recursos del país, sino también el deseo de venganza por las pasadas derrotas militares.

Mientras que todos los partidos parlamentarios, especialmente los partidos nominalmente de izquierda, están impulsando la guerra y el rearme, el Sozialistische Gleichheitspartei (Partido Socialista por la Igualdad de Alemania; SGP) ha luchado contra el retorno del militarismo alemán desde el principio. Lo advertimos en una resolución en 2014, poco después del golpe antirruso en Ucrania:

La historia vuelve con fuerza. Casi 70 años después de los crímenes de los nazis y de su derrota en la Segunda Guerra Mundial, la clase dominante alemana está adoptando de nuevo la política imperialista de gran potencia del Imperio del Káiser y de Hitler. La velocidad de la escalada de la propaganda de guerra contra Rusia recuerda las vísperas de la Primera y la Segunda Guerra Mundial. En Ucrania, el Gobierno alemán está cooperando con los fascistas de Svoboda y el Sector Derecho, que siguen la tradición de los colaboradores nazis en la Segunda Guerra Mundial. Está utilizando el país que fue ocupado por Alemania en ambas guerras mundiales como escenario contra Rusia.

Este proceso ya está muy avanzado. Alemania y las demás potencias imperialistas compiten por armar al ejército ucraniano y a las fuerzas fascistas que operan dentro de él para librar una guerra contra Rusia. En este proceso, está claro que el retorno de Alemania como potencia militar agresiva aumentará también las tensiones entre las potencias europeas y, sobre todo, entre Alemania y Estados Unidos. Desde el punto de vista de la burguesía alemana, la lucha por la supremacía en Europa y sobre Ucrania y Rusia es, en última instancia, la preparación de un nuevo enfrentamiento con Estados Unidos.

La única manera de evitar la catástrofe de una tercera guerra mundial destructiva es construir un movimiento socialista de la clase obrera internacional, incluyendo a los trabajadores de Ucrania y Rusia, contra la guerra y su causa: el capitalismo. Instamos a nuestros lectores a que se unan hoy al SGP y a sus partidos hermanos internacionales en el Comité Internacional de la Cuarta Internacional y participen en esta lucha.

(Publicado originalmente en inglés el 15 de mayo de 2023)

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