mpr21 Redacción
Una nueva directiva de la Unión Europea sobre los bancos extranjeros está causando serias preocupaciones en el Magreb, particularmente en Marruecos. Inicialmente diseñada para regular la actividad de los bancos británicos tras el Brexit, también se aplica a las instituciones financieras no europeas que operan en la Unión Europea. Los bancos marroquíes, presentes en siete países europeos y que facilitan las transferencias de dinero de los emigrantes, están en el punto de mira de esta medida.
El gobierno marroquí teme un impacto negativo en los flujos financieros procedentes de Europa, que constituyen un pilar de su economía. Abdellatif Jouahri, gobernador del Banco Central, expresó recientemente su preocupación durante una conferencia de prensa. Teme que la aplicación de esta directiva ralentice significativamente las transferencias de dinero de los emigrantes marroquíes, con repercusiones potencialmente devastadoras para la economía.
Ante la amenaza, Marruecos negocia con Bruselas. El Ministerio de Asuntos Exteriores, el de Economía y Finanzas, así como el Banco Central están intensificando las conversaciones con la Comisión Europea y su Dirección General de Estabilidad Financiera. El objetivo es lograr una excepción de la normativa, que preservaría los intereses de Marruecos respetando al mismo tiempo el marco jurídico europeo.
Las negociaciones se extienden a los países donde la emigración marroquí está fuertemente arraigada: Francia, España, Italia, Bélgica y Países Bajos. Está prevista una nueva ronda de negociaciones para el último trimestre del año, lo que demuestra la urgencia de la situación. Marruecos espera lograr acuerdos que permitan a los bancos continuar sus actividades en Europa sin mayores obstáculos.
No se puede subestimar la importancia de estas transferencias para la economía marroquí. Entre 2020 y 2023, los flujos financieros experimentaron un crecimiento medio anual del 19 por cien, alcanzando 115.300 millones de dírhams el año pasado. Durante los primeros siete meses de este año, ya han superado los 68.000 millones de dírhams, un aumento del 3,3 por cien con respecto al mismo periodo del año anterior. Las proyecciones para 2025 cuentan con un importe de 121.800 millones de dírhams.
Francia sigue siendo el principal país de origen de estas transferencias, seguida de España, Arabia saudí e Italia. Esta diversidad geográfica subraya el alcance de la diáspora marroquí y su papel como puente económico con el resto del mundo. Sin embargo, también expone al país a las fluctuaciones políticas y económicas de los países anfitriones.
La diáspora africana desempeña un papel económico crucial para muchos países del continente. Cada año, millones de trabajadores expatriados envían una parte sustancial de sus ingresos a sus familias en sus países de origen. Estas transferencias financieras representan una entradas considerables para las economías locales, que a menudo superan la ayuda al desarrollo y la inversión extranjera directa. Ayudan a paliar la pobreza, financiar la educación y la salud y estimular el consumo y la inversión. Para algunos estados, estos fondos constituyen una fuente vital de divisas, fortaleciendo sus reservas y estabilizando su balanza de pagos.
La Unión Europea obstaculiza las remesas de los emigrantes norteafricanos