La táctica israelí de ‘tierra quemada’ vuelve a Líbano

mpr21                                                                                                                             Redacción

Como ya expusimos, la Doctrina Dahyé, que es la táctica característica israelí de “tierra quemada”, regresa a su punto de partida, a Líbano, donde surgió en la guerra de 2006. Arrasar barrios enteros y matar a la población civil indiscriminadamente es el objetivo que el ejército israelí se ha impuesto en Líbano, mientras el número de muertos ya se acerca a los tres mil.

Tras un año de fracasos en Gaza, el 26 de septiembre Israel amplió el escenario de la guerra a Líbano y optando por la misma táctica masiva e indiscriminada: destruir no sólo la infraestructura militar, sino también todo lo que pudiera sostener el esfuerzo bélico de Hezbollah y hacer la zona accesible a sus combatientes y residentes de la región.

Como en Gaza, Israel combina ataques aéreos, bombardeos de artillería e incursiones terrestres. Esta táctica implica la destrucción sistemática de toda la infraestructura en las zonas afectadas, incluidas carreteras, puentes, edificios residenciales, centrales eléctricas y centros de comunicaciones. El objetivo es aislar a Hezbollah de sus recursos logísticos, desorganizar sus redes y debilitar el apoyo local privando a la población civil de condiciones de vida básicas.

Israel justifica esta táctica afirmando que la milicia libanesa utiliza infraestructura civil para ocultar armas y combatientes, transformando así aldeas y ciudades del sur de Líbano en bases operativas.

Los israelíes están arrasando todas las zonas a una profundidad que supera los tres kilómetros después de cruzar la frontera, para hacer el sur inhabitable y peligroso para las bases populares de Hezbollah. Además, bombardean localidades más alejadas de la frontera.

Actualmente los israelíes han logrado penetrar (sin permanecer) en ocho aldeas, entre ellas Marun el-Rass, Yarun, Odaissé, Rubb Al Thalathin y Blida, aunque Hassan Fadlallah, diputado del grupo parlamentario Hezbollah, niega que Israel haya logrado tomar el control de las aldeas.

Las tropas israelíes presionan sobre la aldea de Qaouzah. Una estrategia adoptada pocos días después de que iniciaran una ofensiva en la zona de Chebaa-Kfarchuba, desde el Golán sirio ocupado, con la 210 división. Tiene su sede allí desde su creación en 1973 y tiene como objetivo proteger los Altos del Golán, el Monte Hermón, el Monte Dov y la frontera entre Israel y Siria.

El objetivo israelí es aislar a Hezbollah y destruir sus capacidades operativas impidiéndole reabastecerse y lanzar ataques con misiles o infiltrarse en sus combatientes a través de la frontera. De ahí la petición inicial de una retirada de Hezbolá de 5 a 10 kilómetros de la frontera. La razón es la incapacidad de los dispositivos antimisiles israelíes para derribar los misiles antitanques de fuego directo de Hezbollah.

Sin embargo, la peticion sólo se mantuvo hasta el 17 de septiembre. Desde entonces, y tras los ataques de los buscas y los múltiples asesinatos que han cometido, en particular el de Hassan Nasrallah el 27 de septiembre, la ofensiva aire-tierra se ha vuelto extremadamente intensa.

Más allá de su aspecto militar, la estrategia de tierra quemada pretende crear un ambiente hostil para Hezbollah y despertar el descontento de la población libanesa que constituye la base de apoyo del movimiento. La infraestructura vital, incluidos hospitales, escuelas e instalaciones de agua y electricidad, ha resultado gravemente dañada, dejando a ciudades enteras sin acceso a los servicios básicos.

Organizaciones internacionales, incluidas las ONU y la Cruz Roja, han expresado serias preocupaciones por la situación de los civiles atrapados en las zonas de combate. A esto se suman los bombardeos y ataques aéreos masivos que han devastado barrios populares y provocado un considerable desplazamiento de la población hacia Beirut y otras zonas más seguras de Líbano y Siria.

La táctica israelí de ‘tierra quemada’ vuelve a Líbano

 

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