Editorial de la Unión Palestina de América Latina – UPAL 09/10/25
La jornada del 7 de octubre ha sido reveladora. A dos años del Tufán Al-Aqsa, el mundo volvió a mirar hacia Palestina, y fueron los pueblos —no los gobiernos— quienes hicieron temblar las plazas con su voz. Desde América Latina hasta Sudáfrica, desde Europa hasta Asia, millones de hombres y mujeres se manifestaron en solidaridad con la resistencia palestina, exigiendo el fin del genocidio y el respeto a los derechos de un pueblo que lleva más de siete décadas bajo ocupación.
Pero esa marea humana de conciencia contrastó con un silencio que duele: el de los países árabes y musulmanes. No el de sus pueblos, muchos de los cuales también sienten la causa palestina como propia, sino el de sus gobiernos, que se han refugiado en la indiferencia, el cálculo político o la sumisión ante las potencias occidentales.
Resulta doloroso constatar cómo aquellos que comparten lengua, cultura, historia y fe con Palestina han elegido callar o mirar hacia otro lado, mientras niños son masacrados, ciudades reducidas a escombros y familias enteras borradas del mapa. En lugar de actuar con firmeza, muchos gobiernos árabes prefieren mantener relaciones con el ocupante, firmar acuerdos económicos y callar ante el crimen más documentado de nuestro tiempo.
La causa palestina no necesita discursos vacíos ni gestos simbólicos. Necesita acciones, dignidad y coherencia. Si los gobiernos árabes y musulmanes hubieran actuado con un mínimo de valentía, Israel no podría mantener su maquinaria de muerte impunemente durante tanto tiempo.
Este 7 de octubre demostró que la verdadera solidaridad no tiene pasaporte ni religión. Los pueblos del mundo —desde Caracas hasta Johannesburgo, desde Buenos Aires hasta Estambul— comprendieron que defender a Palestina es defender la humanidad misma.
Mientras tanto, el silencio cómplice de quienes deberían ser los primeros en alzar la voz quedará grabado en la memoria colectiva como una vergüenza histórica.
La historia juzgará con claridad: los pueblos estuvieron con Palestina; muchos de sus gobernantes, no.
Unión Palestina de América Latina – UPAL
9 de octubre de 2025