Revista SABC
Reflexiones del ciclo de debates «Los derechos básicos fuera del capitalismo»
Mercantilización es una palabra que usamos y practicamos habitualmente. Pero ¿tenemos claro su significado? Si buscamos en los diccionarios, la cuestión es diáfana: «proceso de transformación de bienes en mercancías con fines de lucro». Entonces, si los alimentos son un producto mercantilizado e incluso especulativo, en tanto que están presentes en las principales bolsas de valores, ¿estamos asumiendo que sí, que a los alimentos se les puede poner precio y comercializarlos con fines de lucro?
Primer encuentro de cajas alimentarias comunitarias (Arcachon, noviembre 2024). Foto: Collectif Acclimat’action
Derechos discriminados
Quien ya hace décadas respondió a esta pregunta fue La Vía Campesina con su primer lema: «los alimentos no son una mercancía». Consideraban que darles este tratamiento, es decir, asumir que la alimentación puede funcionar en el marco capitalista, constituye la base de las injusticias y problemáticas sufridas por el campesinado. Para quienes no tienen opciones de producir su comida, acceder a ella solo por la vía de su mercantilización conlleva que una parte de nuestro tiempo, con total seguridad, debe estar dedicada a un trabajo remunerado, tanto si este enriquece la trama de la vida como si no, tanto si supone explotación como si no. Y para quienes producen los alimentos, recíprocamente, su meta poco a poco deja de reconocerse en alimentar a la población para centrarse exclusivamente en que salgan las cuentas, en la búsqueda de los máximos rendimientos y en la competencia, lo que supone intensificar la producción con más insumos químicos, más monocultivos, salarios más bajos para quienes trabajan la tierra, etc.