Esta resolución nace y muere ahí”, asegura, y explica que es otro más de los «teatrillos» anticubanos. Significa darle otra “percha” -expone- a la Contrarrevolución cubana y “a los odiadores”, para que puedan solicitar más sanciones e incluso una intervención en la Isla. En todo caso, el Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperacion UE-Cuba, aprobado en 2017, no está en peligro y es potestad de la Comisión Europea, no del Parlamento.

En este sentido, habla acerca del papel de Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, del que “conocemos lo bueno y lo malo” y, en el caso de Cuba, reconoce su “posición firme” en defensa de dicho Acuerdo y su actuación positiva con respecto a la Isla.

Comentamos al entrevistado que Cuba ha denunciado cierto dirigismo y falta de transparencia en el Foro de la Sociedad Civil previo a la Cumbre UE-CELAC. Nos responde que esta “es una actitud muy `amable´ por parte de Cuba”, porque realmente en dicho Foro, la Unión Europea “ha decidido quiénes son los representantes de la sociedad civil de Cuba y de América Latina”, mostrando su “arrogancia y prepotencia con los que considera `los débiles´ y siendo sumisa con `los fuertes´”.

En todo caso, en la Cumbre de los Pueblos, a celebrar el 17 y 18 de julio de forma paralela a la Cumbre oficial Unión Europea-CELAC, en cuya organización participa Pineda de manera intensa, «se dará la voz a la sociedad civil de Cuba y de otros países de América Latina».

En “un ataque de optimismo, estamos esperando que la Unión Europea rebaje su arrogancia y comience a relacionarse de manera horizontal con la CELAC, sin imponer desde Europa lo que deben hacer”. Por eso, a días del inicio, “aún seguimos en ese sueño” y planteamos la Cumbre de los Pueblos no como “alternativa o antagónica”, sino como “complementaria” a la oficial de gobiernos.

Fotos: Izquierda Unida, Cumbre de los Pueblos.