Fuente: https://mpr21.info/la-reorganizacion-militar-de-la-otan-en-el-norte-de-europa/mpr21
La ampliación de la OTAN para incluir a Suecia y Finlandia ya ha sido descrita como la conversión del Mar Báltico en aguas interiores de la OTAN. Esta afirmación no es del todo cierta. Pues una parte del mar Báltico pertenece a Rusia y las islas Aland, que forman parte de Finlandia, tienen un estatuto especial. Pero este es otro tema, el de la integración de las capacidades militares, ya que además de la OTAN existe una cooperación en materia de defensa entre los países nórdicos.
La cooperación nórdica en materia de defensa está formada por cinco miembros: Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia. El objetivo de la organización es reforzar las capacidades de defensa de los países participantes identificando áreas de cooperación y promoviendo soluciones eficaces.
La pertenencia de Suecia y Finlandia a la OTAN no es sólo un valor añadido. La perspectiva de la integración de la defensa nórdica ofrece la oportunidad de un cambio radical que podría transformar la defensa del Atlántico Norte. No se trata sólo de cómo gobierna Estados Unidos, sino de cómo los países nórdicos trabajan ahora juntos para dar forma a las reglas y determinar lo que Estados Unidos puede proporcionar para la defensa del norte de Europa. Es decir, Washington podría ser el probable patrocinador de la acción. Dado que el vecino más cercano y potencialmente considerado como una amenaza por los países de la OTAN es Rusia, se emprenderían hipotéticas acciones contra ese país.
En términos de geografía política, Noruega y Finlandia formarán ahora una larga frontera terrestre con Rusia. Suecia y Dinamarca (incluidas Groenlandia y las Islas Feroe) no tienen esa frontera y, por tanto, pueden pasar de la proyección del poder militar terrestre al desarrollo de las capacidades aéreas y navales.
Si se produjera una profunda transformación de la estrategia militar, los aliados de la OTAN fuera de Europa del Norte, especialmente Estados Unidos y Canadá, tendrían que reconsiderar su planteamiento a la hora de planificar operaciones en las que participen países del norte de Europa. Al hacerlo, estos mismos países tendrán un incentivo para desarrollar capacidades militares contra Rusia.
Es probable que los países nórdicos comiencen a alejarse gradualmente de las plataformas tradicionales y se centren en la integración de las capacidades de combate y la interoperabilidad para las operaciones militares. En la actualidad, los Estados nórdicos que aspiran a la cooperación en materia de defensa están considerando la creación de un mando nórdico que se integraría plenamente en la OTAN. Si esto ocurriera, no sólo se produciría un salto en las capacidades de defensa globales, sino que la OTAN podría proyectar su fuerza militar hacia el Ártico y el Atlántico.
Es probable que la Segunda Flota de la Armada estadounidense, con sede en Norfolk, asuma este papel, con sus buques desplazándose por el Atlántico y el Ártico. Hay que tener en cuenta las capacidades del espectro electromagnético y la nueva doctrina militar estadounidense de operaciones integradas de espectro completo.
También hay que tener en cuenta las capacidades de Canadá, que tendrá que aumentar su contribución con el nuevo planteamiento, especialmente para contrarrestar a Rusia en el Ártico.
El caso de Finlandia es especialmente interesante. Como puente en la Guerra Fría entre la Unión Soviética y Occidente (así como campo de batalla para la inteligencia), tras el colapso de la Unión Soviética, Helsinki respondió a la nueva era a su manera. Finlandia apoya ahora activamente a Ucrania, proporcionando sistemas de artillería. Pero en el caso de la reorganización militar del norte de Europa, la atención debe centrarse en el poder aéreo, ya que la OTAN hace hincapié en el uso de estas fuerzas en tiempos de conflicto.
Además, unos meses después de la desaparición de la Unión Soviética, los finlandeses firmaron un acuerdo de 3.000 millones de dólares con Estados Unidos para la compra de 64 cazas F-18. Esta decisión no sólo reforzó el poder militar de Finlandia, sino que también creó una base para la interoperabilidad con la OTAN. El 10 de diciembre de 2021, Finlandia anunció su decisión de comprar aviones F-35, y Suecia también ofreció comprar aviones de su propia producción. Esto indica el deseo de Helsinki de cooperar más estrechamente con aliados como Estados Unidos.
Aunque el ingreso formal de Finlandia en la OTAN todavía está lejos, los miembros de la alianza ya han empezado a planificar cómo integrar la fuerza aérea finlandesa en sus estrategias de lucha contra Rusia. Desde hace varios años, Finlandia lleva a cabo un entrenamiento transfronterizo de sus fuerzas aéreas con Noruega y Suecia. Ahora Finlandia estará totalmente integrada con los demás socios del F-35 en la región -Noruega, Dinamarca, Polonia, Países Bajos y Bélgica-, así como con otros operadores del F-35 en Estados Unidos, Reino Unido y Alemania.
Esto significa que cuando los finlandeses desplieguen los F-35, formarán parte de un cinturón regional de inteligencia, vigilancia y reconocimiento que penetrará en territorio ruso y proporcionará comunicaciones integradas con él para una respuesta de fuerza. Como el F-35 no es un caza tradicional, es un sistema de combate volante cuyas capacidades aumentan con el número de F-35 en el aire. Los expertos de la OTAN ya están recomendando que se actúe lo más rápidamente posible para utilizar el F-35 como fuerza de ataque integrada capaz de atacar objetivos rusos a larga distancia en caso de conflicto.
Por lo tanto, Rusia se enfrenta a una amenaza más seria que otro miembro de la OTAN. Dada su posición, Finlandia se convierte en un Estado clave para influir en el comportamiento de Rusia en la región.
—https://www.geopolitika.ru/it/article/riorganizzazione-militare-delleuropa-settentrionale