La Renta Básica Universal: ahora y para siempre.

Fuente: https://attac.es/la-renta-basica-universal-ahora-y-para-siempre/?utm_source=feedly&utm_medium=rss&utm_campaign=la-renta-basica-universal-ahora-y-para-siempre   26 DICIEMBRE, 2022

ATTAC España

Julia Alvaro. Alianza Verde. Publicado en El Salto el 17.12.2022

Se quiera o no la Transición Ecológica supone ir a un nuevo modelo económico que cambie la persecución del crecimiento infinito por la búsqueda de la prosperidad compartida y, por tanto, implica también la definición de un nuevo modelo social. Las fuerzas progresistas debemos aprovechar la ocasión. Si no lo hacemos, el espacio lo ocuparan los fascismos actualizados.

Competir ha sido el concepto clave del modelo económico capitalista depredador, cruel e injusto que nos ha traído hasta aquí. Por el contrario, cuidar es la palabra que ha de presidir el nuevo escenario al que nos dirigimos y al que, por el bien de todos y todas, deberíamos llegar más temprano que tarde. Cuidar la naturaleza de la que formamos parte, cuidarnos a nosotros mismos. Donde hoy hay miedo e incertidumbre hay que garantizar certezas, seguridad, acompañamiento y protección.

Profundizar en la democracia, ampliarla de manera efectiva y real, es el único marco posible para un cambio como el que necesitamos. Para ello es preciso revertir el actual reparto de rentas, porque si la desigualdad campa a sus anchas no puede haber democracia; cuando la primera entra por la puerta, la segunda sale por la ventana. Contra esta realidad no hay recetas mágicas pero si hay medidas muy potentes: la Renta Básica Universal (RBU) es, sin duda, una de las que más efecto puede tener en menos tiempo.

Un pago fijo, mensual, incondicional. Pongamos 800 euros mensuales para cada uno de los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país con distintos porcentajes de reducción para menores de edad dentro de la misma unidad de convivencia.

La puesta en marcha de la RBU significa erradicar la pobreza, facilitar la independencia económica de los más jóvenes, mejorar la capacidad de negociación de los contratos por parte del trabajador, repartir mejor el trabajo, acabar con el empleo basura, facilitar la disponibilidad de tiempo libre, potenciar el desempeño de actividades no remuneradas, fomentar que cada cual emprenda aquella actividad que le motive sabiéndose protegido, favorecer modelos de vida alejados de la ciudad y que vertebren mejor el territorio o poder ser más selectivos en nuestro consumo.

En definitiva, la RBU es empoderamiento social por la base. Quien es pobre no es libre y sin seres libres no hay democracia que valga. La RBU es libertad en el sentido republicano de no estar sometidos, de no depender de otros. Dicho de otra forma, más democracia y evitar que sean los grandes poderes económicos, esos que ven en la Transición Ecológica un peligro para sus cuentas de resultados, los que nos obligar a seguir con el modelo económico depredador que nos ha llevado a la emergencia climática. Emergencia ya sea con colapso a la vista o sin él.

Una Renta Básica Universal es cuidar a las personas, representa lanzar el mensaje de que la humanidad está por delante de los intereses del capital. Así las cosas, será posible ubicarnos en ese espacio que Kate Ratworth fija como deseable y que sitúa la acción humana justo por encima de la garantía de las necesidades básicas de la gente pero sin traspasar los límites biofísicos del planeta.

Más allá de esto, en lo estrictamente económico, el Estado se ahorra un sin fin de tramites. Se acaba el laberinto burocrático de ayudas, prestaciones, trámites, valoraciones, dictámenes, idas y venidas y papeleo de toda índole. No es caridad, son derechos. Téngase en cuenta además que si bien la RBU cuesta una determinada cantidad de dinero, no tenerla no sale gratis. La pobreza tiene un altísimo coste, no solo humano, sino también en gasto corriente en temas de salud, de dependencia, de seguridad o de vivienda.

Claro que, en lo particular, no todo el mundo sale ganando con la RBU pero conste que con lo que se acaba es con la pobreza, no con la riqueza. Los ricos seguirán siendo ricos pero los pobres dejarán la miseria. Casi un 40% de la población española vive hoy entre lo que se conoce como carencia material severa (vivir al día y no tener capacidad para afrontar ningún imprevisto) y el riesgo de pobreza o pobreza extrema.

La financiación de la renta básica necesita que alrededor del 25% más rico de nuestro país contribuya para que mejore el otro 75%. No parece ser demasiado pedir. No acaba con la economía. No genera inflación porque no crea dinero, solo lo reparte un poco mejor. No es una llamada a la revolución. Sabemos que si la participación del 10% más rico de España se hubiera mantenido estable en lo recaudado por impuestos en los últimos 30 años irían a las arcas públicas anualmente del orden de 80.000 millones de euros más. Una cantidad que, por cierto, apenas llega al 3% de la riqueza acumulada por el mencionado 10%.

Ciertamente, las políticas para hacer frente a la emergencia climática son una gran oportunidad. La gran oportunidad de crear miles de puestos de trabajo verdes, de racionalizar nuestros horarios y métodos de trabajo, de tranquilizar nuestro modelo productivo, de moderar el consumo, de pensar en los intereses de las personas antes que en los resultados de la Bolsa y ese camino, inexorablemente, lleva a la superación del capitalismo como lo hemos entendido los últimos 200 años.

Las políticas que pueden salvar la presencia humana en la tierra son liberadoras de los más vulnerables. Esa es la oportunidad que no se puede desperdiciar. Poner en marcha la RBU sería, ha de ser, un paso adelante fundamental en ese camino. Los poderosos, esos acostumbrados a mandar gobierne quien gobierne no lo pondrán fácil pero pregunten y verán: la gente lo quiere y aplaudirá a quien lo defienda e instaure. Ser pionero de iniciativas dignas, justas y hermosas reconcilia con el genero humano y genera orgullo de país. Recuerden si no la ley de los matrimonios del mismo sexo. Y lo mejor, son avances que no tienen marcha atrás.

 ATTAC no se identifica necesariamente con las opiniones expresadas en los artículos, que son responsabilidad de los autores de los mismos.

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