EEUU/Israel. Propaganda sobre violaciones masivas, a falta de evidencia creíble, se utiliza para justificar el genocidio en Gaza

Fuente: https://www.wsws.org/es/articles/2023/12/08/pers-d08.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws                         Patrick Martin                                                                          08.12.23

La máquina propagandística de EE.UU. e Israel ha lanzado un nuevo argumento en defensa de la masacre masiva israelí en Gaza: su acusación de que Hamás, que llevó a cabo un ataque cruzando la frontera con Israel el 7 de octubre que precedió la guerra actual, llevó a cabo la violación masiva de mujeres israelíes durante el levantamiento.

El hecho de que no haya ninguna evidencia creíble que corrobore estas acusaciones es irrelevante para los perpetradores y defensores del genocidio en Gaza. La acusación, que repentinamente comenzó a aparecer en los medios de comunicaciones, sirve para distraer al público de la escalada catastrófica de las operaciones militares israelíes contra la población en Gaza desde que finalizó la “pausa” limitada, que estuvo acompañada por un intercambio de rehenes de Hamás y palestinos encarcelados por Israel.

Más de 1.000 palestinos fueron asesinados el fin de semana por las bombas y misiles israelíes. Aproximadamente 2 millones de palestinos han sido concentrados en una diminuta esquina de Gaza, que a su vez es un enclave más pequeño que las ciudades de Filadelfia o Detroit, pero con muchas personas más. El propósito de las operaciones militares israelíes se ha vuelto cada vez más evidente: expulsar a toda la población de Gaza por la frontera con Egipto y hacia el desierto del Sinaí, vaciando Gaza y poniéndola a disposición de colonos judíos.

Palestinos buscan sobrevivientes entre los escombros después del bombardeo israelí del campamento de refugiados de Nuseirat en la Franja de Gaza, 31 de octubre de 2023 [AP Photo/Doaa AlBaz]

El lunes, coincidiendo con el asalto terrestre a gran escala de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) contra Jan Yunis, la mayor ciudad del sur de Gaza, un grupo de 150 ricos e influyentes partidarios de Israel celebraron una concentración en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York para promover las acusaciones de que Hamás cometió violaciones masivas. La excandidata presidencial demócrata Hillary Clinton se dirigió al grupo a distancia, mientras que la multimillonaria exejecutiva de Facebook Sheryl Sandberg también prestó su apoyo, junto con la senadora demócrata por Nueva York Kirsten Gillibrand.

En su declaración pregrabada, Clinton, que como secretaria de Estado en el Gobierno de Obama encabezó la brutal guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Libia, afirmó: “Es indignante que algunos que dicen defender la justicia cierren los ojos y el corazón ante las víctimas de Hamás”. No dijo nada de las decenas de miles de víctimas de la guerra estadounidense en Libia, entre ellas miles de mujeres vendidas como esclavas sexuales bajo las juntas reaccionarias rivales que se han disputado el poder desde la guerra. Tampoco mencionó a las decenas de miles de víctimas del ataque de Israel contra Gaza, con bombas y misiles suministrados por Estados Unidos.

El acto fue patrocinado por la Misión Permanente de Israel ante la ONU y reunió supuestos testimonios y documentos, todos ellos facilitados por el Gobierno israelí y las FDI. Aunque una comisión de investigación de la ONU que investiga los crímenes de guerra en Gaza afirmó que transmitiría cualquier prueba de violencia sexual a la Corte Penal Internacional, el Gobierno estadounidense no reconoce dicho tribunal, por temor a ser procesado por crímenes de guerra estadounidenses. Israel no coopera con ella, alegando que tiene un sesgo antiisraelí porque la CPI se ha mostrado abierta a las pruebas de crímenes de guerra israelíes en la Cisjordania ocupada.

Al día siguiente, el presidente Joe Biden retomó las acusaciones de violación en un acto de recaudación de fondos en Boston. “En las últimas semanas, supervivientes y testigos de los ataques han compartido los horribles relatos de una crueldad inimaginable”, dijo Biden a sus millonarios patrocinadores reunidos en el Hotel Westin. Anteriormente, el presidente estadounidense había desestimado los testimonios de “supervivientes y testigos” palestinos en Gaza, incluyendo a docenas de médicos, sobre víctimas masivas de los bombardeos israelíes, alegando que no eran fiables porque procedían de Hamás.

Esa noche, NBC News emitió un reportaje de cinco minutos sobre las acusaciones de violación como noticia principal de su programa “Nightly News”, y se produjo una avalancha mediática, con reportajes en las portadas del New York Times y el Washington Post e informes en otras cadenas de televisión. Como dijo un historiador de las operaciones mediáticas de la CIA, se trataba del “poderoso Wurlitzer” de la propaganda gubernamental estadounidense a todo volumen.

¿Cuáles son las pruebas reales que respaldan este aluvión de acusaciones contra Hamás tan orquestado? Todas proceden del Gobierno israelí y de las FDI; ninguna tiene confirmación independiente; no se ha presentado ningún testimonio de víctimas o testigos presenciales. Según funcionarios israelíes, las pocas víctimas de violación que sobrevivieron al ataque del 7 de octubre estaban demasiado traumatizadas para hablar de ello. El jefe de la policía israelí, Yaakov Shabtai, declaró a la BBC que “a muchos supervivientes de los atentados les costaba hablar y que pensaba que algunos de ellos nunca testificarían sobre lo que vieron o vivieron”.

Las mujeres rehenes liberadas por Hamás la semana pasada se encontraban en buen estado físico, salvo las que ya eran ancianas y frágiles. Ninguna de ellas denunció agresiones sexuales durante su cautiverio. Varias de ellas, sin embargo, declararon haber escapado por poco de ataques israelíes con bombas y misiles, lo que llevó a los funcionarios israelíes a desestimar sus recuerdos como “poco fiables”. Así pues, solo hay que creer a los testigos que sirven a los intereses propagandísticos del Gobierno de Netanyahu.

Según el sitio web propalestino Mondoweiss, una rueda de prensa de la policía israelí celebrada el 13 de noviembre, supuestamente convocada para aportar nuevas pruebas de violencia sexual, desembocó en un enfrentamiento entre funcionarios policiales y periodistas debido a “la ausencia de nueva información y de pruebas claras”. El jefe de policía se negó a responder a ninguna pregunta, y la encargada de prensa de la policía, Merit Ben Meir, se enzarzó en una acalorada discusión con los periodistas cuando éstos dejaron claro el mensaje que se pretendía transmitir, declarando: “Basándonos en las circunstancias de los cadáveres, se produjo una violación, y no hay lugar para cuestionar estos hechos”.

Las acusaciones de violaciones masivas siguen el patrón de las anteriores “grandes mentiras” del Gobierno estadounidense para manipular a la opinión pública en condiciones de creciente oposición de las masas a la guerra imperialista. El Gobierno de Bush afirmó la existencia de “armas de destrucción masiva” en Irak para justificar su decisión de invadir y destruir ese país. Obama y Hillary Clinton promovieron acusaciones de una inminente matanza masiva en Bengasi como pretexto para el bombardeo de Libia por parte de EE.UU. y la OTAN. Los líderes de los países en la mira del imperialismo estadounidense —el panameño Noriega, el libio Muamar Gadafi, el iraquí Sadam Huseín, el sirio Asad y ahora el ruso Putin— han sido invariablemente retratados en los medios estadounidenses como monstruos merecedores de lo peor.

Las acusaciones de violación están siendo promovidas por fuerzas fascistas dentro del Estado israelí y retomadas por partidarios frenéticos del militarismo imperialista en Estados Unidos. Su único propósito es intimidar a cualquiera que intente expresar su más sincera oposición al genocidio israelí en Gaza. No tienen ninguna credibilidad.

E incluso si fuera cierto que algunos combatientes de Hamás cometieron actos de violencia sexual en el curso del ataque del 7 de octubre, ¿cómo justificaría esto la matanza de miles de mujeres y niños en Gaza por parte del ejército israelí? La afirmación de violaciones masivas por parte de Hamás es especialmente cínica dado el hecho indiscutible de que, como declaró el WSWS en una declaración del consejo editorial el lunes, Israel está inmerso en una “guerra contra las mujeres y los niños”.

Las afirmaciones de Biden, Clinton y compañía de estar “horrorizados” por los acontecimientos del 7 de octubre tampoco tienen credibilidad. Desde la derrota de la Alemania nazi en 1945, ningún país ha masacrado a más hombres, mujeres y niños en la guerra que Estados Unidos. En cuanto a las denuncias de violaciones, las violaciones en masa fueron una característica indeleble de atrocidades como la masacre de My Lai en Vietnam. La guerra en Irak produjo imágenes memorables de violencia sexual en la prisión de Abu Grhraib, pero miles de estas acciones, similares o incluso peores, no fueron registradas, excepto en las memorias de las víctimas y los perpetradores.

Un detenido encarcelado en Abu Ghraib. Está sobre una mesa con cables conectados a sus manos; le informaron que lo electrocutarían si se caía de la caja [Photo: US Government]

El más reciente intento del Gobierno de Biden y la prensa corporativa para encubrir la realidad del genocidio israelí en Gaza será un fracaso total. No podrá contener el enfado cada vez mayor a nivel global por los crímenes de Israel, que actúa como punta de lanza del imperialismo estadounidense y europeo en Oriente Próximo. La tarea política principal del movimiento contra la guerra sigue siendo un giro hacia la clase obrera internacional, la única fuerza social que puede frenar la guerra en Gaza y poner fin al sistema capitalista, que es la causa de las guerras imperialistas.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 7 de diciembre de 2023)

 

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