mpr21 Josep Consola
En enero de 1986 Carlos Bunge Investigador del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México, publicaba en la revista Ciencias un largo análisis que tenía por título “La guerra de las galaxias”, el cual empezaba así: “El 23 de marzo de 1983, en un mensaje transmitido por la Red Nacional de Televisión de los Estados Unidos, el Presidente Ronald Reagan anunció su Iniciativa de Defensa Estratégica (IDE), la cual fue denominada por la prensa norteamericana como “Guerra de las Estrellas” o “Guerra de las Galaxias”. La Guerra de las Galaxias es el proyecto tecnológico más ambicioso de todos los tiempos. Sus objetivos son hacer las armas nucleares soviéticas impotentes y obsoletas. Sus metas son desarrollar e implementar un sistema anticoheteril para destruir misiles soviéticos inmediatamente después de su lanzamiento, y dos sistemas de interceptores de proyectiles: uno para actuar a distancias de miles de kilómetros cuando el cohete o las bombas siguen trayectorias más o menos identificables, y otro para operar justo por encima de ciudades sometidas a un ataque nuclear, cuando las ojivas agresoras y centenares de señuelos fueran cayendo a una velocidad de 8000 metros por segundo” (1).
A pesar de que se invirtieron miles de millones de dólares en la IDE para desarrollar armas láser espaciales o de haces de partículas, la idea no pudo llevarse a cabo, debido a la falta de una tecnología que lo permitiera.
En 1983 los satélites eran grandes y muy caros: solo había unos 360 en órbita. Actualmente, en 2024 nos sobrevuelan 9.312, según la oficina de las Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior, de los cuales alrededor de 2.700 fueron puestos en órbita el año pasado, según Euroconsult. Cientos, si no miles, tienen usos militares y de inteligencia. Algunos se lanzan como redes de mini satélites para alertar sobre el lanzamiento de misiles balísticos (2).
Cuarenta y un años después de la propuesta de Ronald Reagan, el Presupuesto de Defensa estadounidense para 2025 se sitúa en 849.800 millones de dólares, de los cuales 61.200 millones están dedicados a la aviación, 25.200 a los sistemas basados en el espacio, 48.100 a temas marítimos y astilleros, 21.100 a equipos C4I, 13.000 a sistemas terrestres, 13.300 a programas de defensa con misiles, 29.500 a misiles y municiones, 17.200 a ciencia y tecnología, y 81.500 es para las actividades de apoyo (3).
Dicha cifra de gasto principal del Departamento de Defensa no incluye funciones relacionadas, como los programas de armas nucleares del Departamento de Energía. Tampoco incluye la solicitud adicional de John F. Plumb, primer Subsecretario de Defensa para la política espacial, que el 1 de mayo de 2024 presentó ante el Subcomité de Defensa una financiación adicional de 33.700 millones de dólares para “desarrollar nuevas capacidades para superar a nuestros adversarios potenciales”. Dichos adversarios los define detalladamente: Rusia, China, República Democrática de Corea e Irán.
Realiza una exposición de lo que denomina Arquitectura Satelital de la Agencia de Desarrollo Espacial concretando que “en abril de 2023, el Departamento lanzó los primeros 10 satélites de la Arquitectura Espacial de Guerra Proliferada, seguidos de 13 satélites adicionales cinco meses después”. Añadiendo que “La red estadounidense de aliados y socios es una ventaja asimétrica que nuestros competidores nunca podrán igualar. A través de la cooperación espacial con nuestros aliados, ampliamos la cantidad de sistemas disponibles colectivamente para operaciones espaciales, tanto en órbita como en tierra”.
Concluye con: “Las capacidades espaciales son esenciales para la eficacia militar general y fundamentales para la estrategia de disuasión integrada del Departamento. Mientras nos enfrentamos a un entorno de seguridad dinámico, el Departamento sigue comprometido a realizar inversiones espaciales críticas para disuadir a nuestros competidores y prevalecer en el conflicto” (4).
En septiembre de 2023 Estados Unidos lanzó “con éxito” la misión Victud Nox mediante la empresa Firefly Aerospace, la cual a través de su director Bill Weber declaraba: “Nuestro equipo comercial y gubernamental combinado ejecutó la misión con velocidad, agilidad y flexibilidad record, agregando una capacidad crítica para abordar las necesidades de seguridad nacional”.
Dirigida por la Oficina del Programa Safari Espacial del Comando de Sistemas Espaciales (SSC) de la Fuerza Espacial de Estados Unidos y en estrecha colaboración con el Programa de Lanzamiento de Sistemas de Cohetes, la misión promueve la capacidad de la nación para responder rápidamente a las necesidades en órbita. “El éxito de la misión Victud Nox no sólo demuestra un aspecto clave de la capacidad TacRS (Fuerza Espacial de Respuesta Táctica) de Estados Unidos, sino que también proporciona una verdadera utilidad al combatiente”, dijo el coronel Bryon McClain, director ejecutivo del programa de la dirección de poder de combate del dominio espacial del programa Space Safari (5).
En abril de este año 2024 se realizó otra operación, denominada “Victus Haze”, mediante una nave construida y lanzada por Rocket Lab que perseguirá a otro satélite fabricado por la startup True Anomaly. Según informó el Comando de Sistemas Espaciales de la Fuerza Espacial, está planteada como una respuesta a amenazas en un demostrativo del dominio espacial en órbita. El objetivo es demostrar con “Victus Haze” la capacidad de la Fuerza Espacial para realizar reconocimientos en el espacio ante posibles amenazas de naciones rivales (6).
Mientras todo esto se está poniendo en práctica, mayormente se nos habla de los obuses de 155 mm que pueden configurarse de diversas formas: se les puede poner material altamente explosivo, pueden usar sistemas guiados de precisión, perforar blindaje o producir alta fragmentación. Desarrollado por Francia durante la Primera Guerra Mundial, el obús de 155 milímetros es una de las municiones de artillería más solicitadas en la guerra de Ucrania. Para la Guerra de Corea, el cartucho había sido modificado por Estados Unidos con una variante de municiones de racimo: “El cartucho contenía 88 submuniciones, que se dispersaban sobre un área amplia para destruir vehículos, equipo y personal”.
En Ucrania, los cartuchos de 155 mm están siendo disparados a un ritmo de entre 6.000 y 8.000 diarios, dijo Oleksandra Ustinova, integrante del Parlamento ucraniano que se desempeña en la comisión de supervisión de guerra. El Pentágono dice que ha enviado más de 160 obuses de 155 mm, más de 1,5 millones de cartuchos de 155 mm, más de 6.500 cartuchos de 155 mm guiados de precisión, y más de 14.000 Sistemas Remotos de Minas Antiblindaje (RAAM, por sus siglas en inglés), proyectil de 155 mm cargado con cuatro minas que se desperdigan por el terreno, las cuales pueden desbaratar un tanque ruso si pasa encima de ellas (7).
Para no ser menos, España se suma a la carrera para enviar proyectiles de 155 mm a Ucrania, y el Ejército de Tierra ha invertido 208 millones de euros en la compra de estos proyectiles de artillería. La munición será fabricada en España por la empresa Expal, propiedad de la alemana Rheinmetall (8).
Pero detrás de esta contienda militar convencional, mejorada con la aparición de los drones de ataque, misiles de alta precisión y velocidad, efectos electromagnéticos, etc., se desarrolla a marchas forzadas lo que encabeza este artículo: la preparación de una guerra dirigida y puesta en práctica por los proyectos mencionados Victus Nox y Victus Haze, desde el espacio cósmico, cuyas consecuencias pueden ser más devastadoras que las que pudieran ocasionar las armas nucleares tácticas o estratégicas. Mientras tanto el periodismo oportunista caracterizado por Karl Kraus en La Tercera Noche de Walpurgis (1933) de la forma siguiente: “El nacionalsocialismo no aniquiló la prensa, sino que la prensa creó el nacionalsocialismo”, nos entretiene con noticias “of the record” para consumir y tirar al día siguiente, no fuera el caso que retuviéramos en la memoria las masacres cotidianas desde hace decenas de años por parte del conglomerado OTAN, Industria militar, Fondos de inversión, y las recetas de Foro Económico Mundial.
(1) https://www.revistacienciasunam.com/en/152-revistas/revista-ciencias-9/1298-la-guerra-de-las-galaxias.html
(2) https://www.elnuevosiglo.com.co/internacional/batalla-de-satelites-muy-distinta-la-que-imagino-reagan
(3) https://www.defensa.com/otan-y-europa/presupuesto-defensa-2025-estados-unidos-destina-310-000-millones
(4) https://docs.house.gov/meetings/AS/AS29/20240501/117236/HHRG-118-AS29-Wstate-PlumbJ-20240501.pdf
(5) https://actualidadaeroespacial.com/firefly-aerospace-lanza-con-exito-la-mision-espacial-victus-nox-de-la-fuerza-espacial-de-eeuu/
(6) https://www.robotitus.com/la-fuerza-espacial-estadounidense-esta-planeando-un-ejercicio-militar-en-orbita
(7) https://www.latimes.com/espanol/internacional/articulo/2023-04-25/por-que-el-obus-de-155-mm-es-crucial-en-la-guerra-de-ucrania
(8) https://www.infobae.com/espana/2024/02/18/espana-se-suma-a-la-carrera-por-proyectiles-de-155-mm-asi-es-la-municion-mas-demandada-y-escasa-tras-la-guerra-de-ucrania/