La nueva estrategia de Alemania: preparar la guerra contra China

Fuente: https://www.wsws.org/es/articles/2023/07/23/chin-j23.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws                     Peter Schwarz                                                                      23.07.23

Un tanque Leopard 2 durante un evento de demostración realizado para los medios por la Bundeswehr alemana en Munster, cerca de Hannover, Alemania, el miércoles 28 de septiembre de 2011[AP Photo/Michael Sohn]

El Gobierno alemán adoptó el jueves por primera vez una estrategia para China. El objetivo del documento, de 64 páginas, es reducir la dependencia de la economía alemana de China, como preparación para la guerra contra la creciente potencia económica asiática.

En el acuerdo de coalición entre socialdemócratas (SPD), liberaldemócratas (FDP) y Verdes, antes de tomar posesión del cargo, todavía se describía a China como ‘socio, competidor y rival sistémico’. Desde entonces, según la estrategia para China, ‘los elementos de rivalidad y competencia en nuestra relación han aumentado’. Envuelto en una retórica engañosa sobre los ‘valores occidentales’, la ‘democracia liberal’ y los ‘derechos humanos’, el documento estratégico desarrolla todo un conjunto de medidas económicas y políticas contra China.

Para reducir la dependencia de China, las cadenas de suministro y de valor deben ‘diversificarse’ y ‘asegurarse a largo plazo mediante una diversificación de riesgos más amplia’; el Gobierno alemán apoya ‘a la economía alemana en el desarrollo de fuentes de suministro diversificadas y sostenidas’ en otros países.

Para no depender de las tecnologías chinas en ‘áreas clave’, ‘las tecnologías clave deben identificarse en una fase temprana’. El Gobierno alemán quiere invertir más dinero en su propia ‘investigación, desarrollo e innovación’ y retirar la financiación de ‘proyectos con China en los que sea probable la transferencia de conocimientos’. Los riesgos a los que se enfrentan las empresas alemanas activas en China ya no estarán cubiertos como antes.

Se desarrollarán aún más los ‘instrumentos de política comercial’ de la UE para restringir el comercio con China. Las inversiones directas de empresas europeas en China se revisarán y, en caso necesario, se detendrán. ‘Con la revisión de las inversiones, protegemos la independencia en áreas críticas para la seguridad y áreas relevantes para el abastecimiento de la población, protegemos la capacidad de defensa de Alemania y sus aliados, y reforzamos la soberanía tecnológica de Alemania y la UE’, dice el documento.

También se restringirán las exportaciones a China. ‘Para evitar riesgos de seguridad a largo plazo para Alemania, la UE y sus aliados mediante la exportación de nuevas tecnologías clave, el Gobierno federal se compromete a seguir desarrollando las listas de mercancías de los regímenes internacionales de control de las exportaciones’. Esto se aplicará, en particular, a las áreas de ‘ciberseguridad y tecnología de vigilancia’.

Se utilizarán menos componentes chinos en ‘infraestructuras críticas’, como las redes de telefonía móvil. También deberán elaborarse reglamentos correspondientes para los ‘productos no informáticos’.

Hay que aumentar la ‘resistencia frente a las amenazas híbridas en la política, la empresa, la ciencia y la sociedad’. Las ‘campañas chinas de desinformación’ —por ejemplo, ‘en relación con la política de China sobre Hong Kong y Taiwán’ y ‘la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania en violación del derecho internacional’— deben combatirse a todos los niveles.

La publicación de la estrategia sobre China estuvo precedida de meses de disputas en el seno de la coalición. Con un volumen comercial (importaciones y exportaciones) de 299.000 millones de euros el año pasado, China es el socio comercial más importante de Alemania. Especialmente para la industria automovilística alemana, que emplea a unas 800.000 personas, China es el mayor mercado de ventas. Una ruptura brusca de las relaciones económicas tendría, por tanto, consecuencias económicas devastadoras.

Las asociaciones patronales, en particular, advirtieron contra una vía demasiado confrontativa y encontraron oídos en el canciller Olaf Scholz (SPD) y el ministro de Finanzas Christian Lindner (FDP). El Presidente de la patronal, Rainer Dulger, se quejó de la ‘política moral’ de Alemania en sus relaciones con China. En cambio, la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, y el ministro de Economía, Robert Habeck (ambos Verdes), abogaron por una línea más dura.

Los Verdes son pioneros de la llamada política exterior ‘basada en valores’, que utiliza cuestiones de derechos humanos para justificar medidas de guerra comercial y guerras. Sin embargo, los ‘valores’ proclamados solo se aplican a rivales y oponentes, no a aliados como el carnicero egipcio Abdel Fatah El-Sisi, el gobernante saudí Mohammed bin Salman o el primer ministro indio Narendra Modi, responsable de sangrientos pogromos. La alfombra roja se extiende para ellos en Berlín. Las guerras criminales tampoco entran en esta categoría, si las dirigen la OTAN, Estados Unidos u otros aliados.

La estrategia para China publicada ahora es un compromiso. Este es el significado de la fórmula constantemente repetida de que se trata de reducir riesgos, no de desacoplar.

Las asociaciones empresariales manifestaron su acuerdo. El presidente de la BDI, Siegfried Russwurm, dijo que compartían la valoración del Gobierno, pero que, como segundo mayor mercado del mundo, China seguía siendo un socio económico absolutamente central. El presidente de la DIHK, Peter Adrian, calificó la estrategia de buen planteamiento y pidió fondos públicos adicionales para abrir nuevos mercados de venta, contratación o inversión.

China condenó enérgicamente la estrategia. Sólo conseguirá ‘lo contrario de lo que se pretendía’ y ‘creará riesgos artificiales’, declaró el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin. ‘Clamar por la llamada competencia de sistemas, intereses y valores va en contra de la tendencia de los tiempos y sólo exacerbará las divisiones en el mundo’.

La fórmula de la disminución del riesgo en lugar de la disociación es, en última instancia, sólo una cuestión de ritmo. El enfrentamiento con China sigue una lógica ineludible. Tras alinearse sin reservas con Estados Unidos en la guerra por poderes contra Rusia y asumir un papel protagonista en el despliegue de la OTAN en Europa del Este y el rearme de Ucrania, el Gobierno alemán se pasa también a la línea estadounidense contra China, a la que ha declarado su adversario estratégico más importante y prepara sistemáticamente una guerra contra China.

‘La seguridad alemana se basa en la capacidad de actuación de la UE y en su cohesión interna, en la consolidación de la alianza transatlántica, en nuestra profunda amistad con Francia y en la estrecha y confiada asociación con Estados Unidos’, afirma la estrategia contra China. ‘La relación antagónica de China con EE.UU. es contraria a estos intereses’.

No sólo EEUU y Alemania, sino también todos los demás países imperialistas están virando hacia una política nacionalista de guerra y guerra económica ante la crisis más profunda del capitalismo mundial.

En 1933, cuando se estaba produciendo un desarrollo similar en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, León Trotsky escribió en Nacionalismo y vida económica:

‘Hace sólo 20 años todos los libros de texto enseñaban que el factor más poderoso en la producción de riqueza y cultura es la división mundial del trabajo alojada en las condiciones naturales e históricas del desarrollo de la humanidad. Ahora resulta que el intercambio mundial es la fuente de todas las desgracias y todos los peligros’.

Y advertía: ‘El nacionalismo… que prepara explosiones volcánicas y enfrentamientos grandiosos en la arena mundial, no lleva más que a la ruina’. Esto se confirmó sólo seis años después con el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Hoy vuelve a acechar el mismo peligro. La guerra comercial y la guerra se libran sobre las espaldas de la clase obrera y de la juventud, que lo pagan con sus empleos, sus ingresos, sus conquistas sociales… y como soldados con sus vidas. Sólo ellos pueden detener esta peligrosa evolución uniéndose internacionalmente y vinculando la lucha por la defensa de sus conquistas y derechos con la lucha contra la guerra y el capitalismo.

(Publicado originalmente en inglés el 18 de julio de 2023)

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