UPAL. La historia oculta de los falsos hebreos: los jázaros

Editorial de la Unión Palestina de América Latina –

UPAL                                                                                                                        18/10/25

Durante siglos, la historia oficial ha narrado una línea continua entre los antiguos hebreos de Palestina y los judíos modernos del mundo occidental. Sin embargo, diversas investigaciones, testimonios históricos y hasta estudios genéticos recientes han reabierto una vieja pregunta: ¿de dónde proviene realmente la mayoría de quienes hoy se presentan como herederos del antiguo Israel?
El caso de los jázaros, un pueblo túrquico asentado entre el mar Negro y el Caspio hacia los siglos VII al X, resulta clave para comprender este debate. Fuentes árabes, bizantinas y judías coinciden en que el reino jázaro adoptó oficialmente el judaísmo, no por linaje sino por conversión política y cultural.

Aquel reino, conocido como Jazaria, prosperó durante más de dos siglos como una potencia comercial y militar, hasta desaparecer ante la expansión rusa y mongola. Lo que quedó de él, según algunos historiadores, se dispersó hacia Europa oriental, fundando comunidades que con el tiempo serían la base de los llamados “judíos asquenazíes”.
Autores como Benjamin Freedman y varios historiadores independientes sostienen que la mayoría de los judíos modernos no descienden de los antiguos israelitas, sino de los jázaros convertidos. De ser cierto, la narrativa sionista que reclama un derecho bíblico sobre la tierra palestina se derrumbaría, porque ese derecho se basa precisamente en la continuidad histórica y étnica con los antiguos hebreos.
Aunque muchos académicos cuestionan esta teoría y señalan que los estudios genéticos muestran una mezcla de linajes tanto del Medio Oriente como de Europa, el hecho de que una gran parte de los judíos actuales tenga un origen ajeno a Palestina sigue siendo un tema que incomoda al poder sionista. Por eso se le teme tanto a esta discusión: porque revela que el proyecto colonial israelí no se funda en una continuidad histórica, sino en una construcción política moderna.
No se trata de negar la historia judía ni las conversiones al judaísmo, sino de exigir que no se use una narrativa mítica para justificar el despojo, el exilio y el genocidio de otro pueblo. La verdad histórica, por incómoda que sea, debe abrir paso a la justicia.
La historia de los jázaros no es solo una curiosidad medieval: es una llave para desmontar una de las mayores manipulaciones ideológicas del siglo XX.
Unión Palestina de América Latina – UPAL
Editorial UPAL – 18 de octubre de 2025

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