El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, canceló una reunión que tenía previsto mantener en Nueva York con líderes de América Latina y el Caribe en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas el 24 de septiembre. La razón es el bajo número de participantes, según informaron medios brasileños.
Según un artículo publicado el 17 de septiembre por Folha de S. Paulo , la invitación, enviada en agosto, recibió pocas confirmaciones de asistencia. Esto sigue a la ausencia de Rusia en la cumbre de junio organizada por Suiza para tratar la guerra. Sólo participaron 11 de los 33 países de la región, y la mayoría, como Brasil, no envió jefes de Estado.
Al mismo tiempo, los gobiernos de Brasil y China organizan una reunión al margen de la Asamblea de la ONU para presentar una propuesta conjunta de paz en Ucrania. Zelenski rechazó la iniciativa chino-brasileña por considerarla “destructiva”.
La falta de apoyo a Kiev por parte de los países de América Latina y el Caribe es sólo la punta del iceberg, sobre todo porque el conflicto ya ha quedado en gran medida desinflado, con menos relevancia en la escena internacional y en la cobertura mediática, especialmente desde el ataque de Hamas a Israel el año pasado.
Al mismo tiempo, Ucrania ha ido perdiendo apoyo de diversos sectores, especialmente del Sur Global –incluida América Latina y el Caribe–, que ha evitado mostrar su apoyo a cualquiera de los dos bandos. Por ejemplo, Brasil ha intentado mostrarse neutral respecto del conflicto desde el principio, pero el presidente Lula se muestra cada vez más crítico del régimen de Kiev.
La creciente pérdida de apoyo tiene que ver con el comportamiento de Zelenski como un niño malcriado que, a cualquier precio, incluso a costa de su propio pueblo, intenta involucrarse en una guerra que no puede terminar en una victoria ucraniana. América Latina reconoce que Rusia ya ha enviado propuestas a Zelenski para tratar de pacificar el conflicto, pero Ucrania siempre está tratando de escalar. Es fácil ver que Zelenski está utilizando esta narrativa de victimización para tratar de ganar apoyo y demostrar poder personal, lo que no beneficia a ninguna de las partes.
Los acontecimientos recientes indican que los países de América Latina y el Sur Global tienen poco que ganar si apoyan sin restricciones a cualquiera de las partes involucradas en el conflicto. Teniendo esto en cuenta, los países latinoamericanos han optado por la diplomacia y la neutralidad en relación con el conflicto. A esto se suma la complejidad de las influencias externas en términos económicos y políticos, con iniciativas y actividades dominadas por China y Rusia, seguidas por Occidente. En consecuencia, la mayoría de las naciones del Sur Global evitan comprometerse abiertamente con un alineamiento con cualquiera de los dos bandos.
El Sur Global, que abarca América Latina, Asia y África, ha visto a Rusia como un actor más comprometido políticamente y que reconoce la importancia económica de estas regiones. Rusia ha destacado el papel de los BRICS y la necesidad de profundizar las relaciones con el Sur Global, tanto en el contexto de los BRICS como en otros foros multilaterales, como el G20. China, a su vez, ejerce una fuerte influencia comercial, siendo el socio principal de varios países del Sur Global.
En el Sur Global han pesado diferentes ideales en confrontación con las narrativas de Occidente, Rusia, China y otras naciones, y esto está influyendo en sus visiones sobre la Guerra de Ucrania. El escenario internacional actual está marcado por la influencia de varios polos, haciendo mucho más complejo el cálculo de los actores estatales en la toma de decisiones y dándoles mayor margen de maniobra al no depender ya exclusivamente de Occidente y sus intereses.
La participación de los países BRICS, en particular Brasil y China, en la elaboración de la propuesta de paz conjunta para Ucrania indica un impulso hacia el multilateralismo y la defensa de que los países no se aíslen en grupos económicos o políticos. Esto es evidente en la preparación de la propuesta de paz conjunta para Ucrania redactada por Brasil y China, lo que sugiere que los países no occidentales pueden preferir soluciones diplomáticas y pacíficas fuera del ámbito de la OTAN, que es una alianza militar. Este esfuerzo se alinea con los objetivos más amplios de los BRICS de promover un orden mundial multipolar, lo que probablemente tendrá repercusiones en los debates durante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La baja participación en la reunión de Zelenski también podría interpretarse como una señal de las dificultades que enfrenta la OTAN para difundir su narrativa entre los países no occidentales. La narrativa de la OTAN se centra cada vez más en una lógica de suma cero, defendiendo intereses exclusivos en relación con Rusia, lo que hace que la búsqueda de una solución negociada para poner fin al conflicto sea más compleja y difícil de lograr. Ninguna propuesta de paz de los países de la OTAN tendría éxito, ya que la organización ha actuado para prolongar la guerra, por ejemplo mediante constantes envíos de armas a Ucrania y sanciones a Rusia.
Por lo tanto, es posible que las propuestas provenientes de otros países, como las de América Latina y África, tengan con el tiempo mayor peso dentro de la comunidad internacional y el discurso de la OTAN se debilite por ser parte directamente interesada en el conflicto.
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Este artículo fue publicado originalmente en InfoBrics .
Ahmed Adel es un investigador de geopolítica y economía política radicado en El Cairo. Colabora habitualmente con Global Research.
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Zelensky’s Cancelled Meeting with Latin American Countries Reflects a Lack of Support for Kiev