La caída tendencial de la tasa de ganancia y medidas de ajuste por Adara Cifre Eberhardt

Fuente: https://elsudamericano.wordpress.com/2022/05/30/la-caida-tendencial-de-la-tasa-de-ganancia-y-las-medidas-de-ajuste-por-adara-cifre-eberhardt/                                                          MAYO 30, 2022

LA CAÍDA TENDENCIAL DE LA TASA DE GANANCIA Y LAS MEDIDAS DE AJUSTE por Adara Cifre Eberhardt

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Índice

Introducción

1. La ganancia
2. Ley de la caída tendencial de la tasa de ganancia
3. Las contratendencias
4. La caída de la tasa de ganancia y las crisis
5. Los ajustes
6. La creencia en la solución a los problemas del capitalismo

Bibliografía

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Introducción

En este trabajo se intenta poner de manifiesto a través de los textos de Marx una determinada interpretación de la ley de la caída tendencial de la tasa de ganancia y su relación con las medidas de ajustes o causas contrarrestantes. A su vez, la relación intrínseca que tiene dicha ley con las crisis saca a la luz su carácter necesario en el modo de producción capitalista, provocando de forma necesaria el deterioro de las condiciones de vida de la gran mayoría de la población.

La recomposición de las condiciones de rentabilidad, fundamentada por el paradigma predominante neoliberal tiene a su vez una consecuencia que desvela el intrínseco modo de ser del capital: la (re)constitución del poder de clase.

“Una parte de la genialidad de la teoría neoliberal ha sido proporcionar una máscara benévola sembrada de deleitosas palabras como libertad, capacidad de elección o derechos, para ocultar la terrible realidad de la restauración o reconstitución de un desnudo poder de clase tanto a escala local como transnacional, pero más particularmente en los principales centros del capitalismo global”2.

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1. La Ganancia

“…el excedente, cuando, para decirlo a la manera de Hegel, se retrorrefleja en sí mismo a partir de la tasa de ganancia o de otro modo, el excedente, caracterizado más exactamente por la tasa de ganancia, se presenta como un excedente que el capital produce en forma anual o en un periodo de circulación determinado, más allá de su propio valor”3.

Para dar cuenta de en qué consiste la tasa de ganancia es necesario establecer en primer lugar qué es la plusvalía y luego, qué es la ganancia (o beneficio).

En el modo de producción capitalista lo que se busca es la valorización del capital, esto es, aumentar el capital inicial y producir un excedente. Este excedente es la plusvalía, la capitalización de la plusvalía consiste en comenzar un nuevo ciclo del capital con ella, lo suficientemente alto como para que la compra de medios de producción pero en especial la compra de fuerza de trabajo pueda realizarse. La plusvalía es el elemento fundamental del capital, siendo su producción la finalidad por ser precisamente la condición sine que non del Capital. La fuerza de trabajo resulta ser la única mercancía capaz de crear valor, por ello mismo la plusvalía es el objetivo de la producción capitalista, por ser la única capacitada para reconstituir la capacidad productiva periódicamente permitiendo un crecimiento progresivo del valor adelantado, permitiendo por tanto la acumulación ilimitada de capital.

La tasa de plusvalía indica la proporción en la cual el capital variable ( v ) se ha valorizado: p/v. “Denomino a esta valorización proporcional del capital variable, o a la magnitud proporcional del plusvalor, tasa de plusvalor (…) La tasa de plusvalor, por consiguiente, es la expresión exacta del grado de explotación de la fuera de trabajo por el capital o del obrero por el capitalista”4.

Si bien todo esto ha sido puesto de manifiesto a partir del análisis de Marx, el capitalista para calcular el excedente tiene en cuenta el “coste de producción” o “precio de coste” de la mercancía, es decir, tanto el capital variable como el constante (que no crea valor, simplemente lo transfiere). Esto es así porque, tal y como se dice en las primeras páginas del Libro III de El Capital, no es lo mismo lo que le cuesta la mercancía al capitalista que lo que cuesta la producción de la mercancía. Al capitalista la mercancía le cuesta c + v, es decir, los medios de producción y el pago del salario, mientras que el plusvalor (pv) al que realmente le cuesta es al obrero por su trabajo no pagado. La producción le cuesta al obrero, siendo el capitalista aquel que es propietario del valor contenido en la mercancía producida.

De la misma forma que el salario no es el pago por el trabajo de la fuerza de trabajo, el capital tampoco es causa del beneficio, en primer lugar porque la causa del plusvalor es el trabajo vivo, y el plusvalor es la causa de lo que el capitalista llama beneficio. El beneficio a fin de cuenta es una visión distorsionada de lo que es el excedente capitalista. Estamos otra vez ante el fetichismo de la mercancía, ante la mistificación de las relaciones reales:

“El plusvalor como resultado del capital total adelantado es el beneficio. En el beneficio se refiere la misma magnitud al valor del capital total adelantado, en vez de referirla al valor de la fuerza de trabajo. Pero el beneficio no es sólo otra expresión para el plusvalor, lo relevante es que al beneficio va unida una representación totalmente diferente, que “mistifica” las relaciones reales (…) El beneficio es el excedente del valor de la mercancía sobre la parte del capital adelantado consumido en su producción”5.

De tal forma que, como dijimos antes, el capital aparece como causa del beneficio, se mistifica la relación real. Tal y como dice Marx lo que ocurre es que se crea un espejismo que deforma la relación entre trabajo y capital, haciendo aparecer al capital como engendrador de su valorización, es decir, por si mismo.

Se presenta el capital como relación consigo mismo (…) Que el capital engendra este valor nuevo durante su movimiento a través del proceso de la producción y del proceso de circulación, es algo que se halla en la conciencia6.

Todo esto puede resumirse en que tanto la ganancia como la tasa de ganancia son formas a partir de las cuales se esconde la verdadera relación entre capital y trabajo, entre capital y fuerza de trabajo y por tanto la categoría más importante, a saber, la de plusvalía o explotación7.

Si la tasa de plusvalor era la relación entre el plusvalor y el capital variable, la tasa de ganancia es la proporción en la cual se ha valorizado la plusvalía (pv) en relación al capital global ( C ), esto es, c + v . La valorización para el capitalista se mide en relación al total del capital invertido, y no sólo a la parte “valorizadora” (v).

“La tasa de beneficio depende pues (…) de la proporción entre la parte del capital que se intercambia por trabajo vivo y la parte que existe bajo la firma de materias primas y medios de producción. Cuanto menor sea, pues, la parte intercambiada por trabajo vivo, tanto menor será la tasa de beneficio8.

Aunque esbozada la ley, conviene, antes de una exposición detallada de la caída tendencial de la tasa de ganancia, poner de manifiesto el concepto de “productividad” y lo que este implica.

La productividad del trabajo permite que en una menor cantidad de tiempo se produzca una determinada cantidad de mercancía que anteriormente se producía en el doble de tiempo. Es decir, se reduce el tiempo de trabajo necesario para la producción de una mercancía gracias a nueva técnica. Puesto que el valor de una mercancía está determinado por su duración, por el tiempo de trabajo socialmente necesario (abstracto y simple), si en una misma cantidad de horas se produce el doble de mercancías, el valor total producido será el mismo, el valor unitario, esto es, contenido en cada mercancía será menor, puesto que el valor total se reparte en más unidades que son producidas en mayor cantidad gracias al avance técnico. Lo que es un aumento en capacidad productiva (material) lo es para valores de uso, en bienes, sin embargo este aumento limita la capacidad social de creación de valor, por lo que se evidencia que en el modo de producción capitalista lo que interesa no es la producción de bienes, sino producción de plusvalía. A fin de cuentas lo que se busca es la constante y cada vez más aguda explotación.

El valor de cada mercancía producida será menor que lo que era antes del avance técnico, de tal forma que, reducido el valor de las mercancías, reducido el valor de todas las mercancías, incluida la mercancía fuerza de trabajo, puesto que su valor no es más que el tiempo requerido para su reproducción. El abaratamiento de las mercancías, gracias a un desarrollo de las fuerzas productivas, produce al abaratamiento de la fuerza de trabajo y por tanto ante una situación capitalista, si no se modifica la jornada laboral en magnitud, el plusvalor se incrementa porque el gasto en capital variable es menor, de tal forma que el trabajo no pagado aumenta. “La reducción del tiempo de trabajo necesario y del consiguiente cambio en la proporción de magnitud que media entre ambas partes componentes de la jornada laboral, lo denomino plusvalor relativo9.

Consecuentemente con el modo de ser del capitalismo y contrariamente a lo que el sentido común nos indica, un progreso técnico o lo que es lo mismo, el desarrollo de las fuerzas productivas, no sólo no constituye mejoras laborales, mejor calidad de vida, sino más bien todo lo contrario, mayor explotación. En la sociedad capitalista lo que ocurre es que resultados materiales esencialmente positivos gracias al progreso técnico, a la ciencia, etc. son resultados sociales cada vez más perjudiciales para la población en este modo de producción. “…la economización de trabajo mediante el desarrollo de la fuerza productiva del trabajo de ningún modo tiene por objeto, en la economía capitalista, la reducción de la jornada laboral10.

Si bien parece que el capital ha encontrado la clave para valorizarse ilimitadamente y sin obstáculos, lo cierto es que ocurre todo lo contrario, siendo por tanto el desarrollo de las fuerzas productivas la causa de las crecientes dificultades de valorización.

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2. Ley de la caída tendencial de la tasa de ganancia

“Estando dado el valor de la fuerza de trabajo y siendo igualmente grande el grado de explotación de la misma, las masas de valor y plusvalor producidas por diversos capitales estarán en razón directa a las magnitudes de las partes variables de esos capitales, esto es, a sus partes convertidas en fuerza de trabajo viva”11.

El aumento de productividad se traduce a fin de cuentas en un descenso de la tasa de ganancia, esto se debe a que la mecanización, la introducción de tecnología, provoca un aumento de inversión en capital constante en relación al capital variable, es decir, aumenta el peso relativo de los medios de producción por lo que de a poco el capital tendrá cada vez más dificultades para valorizarse. La parte de capital invertida en capital variable disminuye relativamente, de tal forma que disminuye a su vez la creación de valor y por tanto la valorización.

Esto ocurre de forma generalizada en la sociedad capitalista por la competencia entre los distintos capitales. La presión competitiva acelera la tecnificación y la reducción de gasto que contradictoriamente lo que produce no es pérdida pero sí desaceleración progresiva, a no ser que factores contrarrestantes se pongan en marcha.

Antes de exponer las fuerzas contrarrestantes de la caída de la tasa de ganancia, hace falta profundizar en la formulación de la ley.

Veamos un ejemplo de aumento de Productividad (por aumento composición orgánica de capital y descenso de Plustrabajo, lo que supondrá descenso de tasa de ganancia. Vamos a verlo con un ejemplo numérico:

Supongamos en primer lugar una jornada laboral de 8 horas, 40 hora semanales, en la cual la tasa de plusvalía es del 100%, esto es 4 horas de trabajo necesario y 4 horas de trabajo no pagado. Si aumenta la productividad pueden ocurrir materialmente dos cosas: (I) que la jornada laboral se reduzca, sin reducción de salario real y sin reducción de plusvalía, o (II) –que es lo que conviene al capitalista por ser capitalista– que la jornada laboral se mantenga y que se repartan los frutos de la producción entre salario y plusvalía en una determinada proporción que depende de la relación de fuerzas entre asalariados y capitalistas. El capitalista intentará apropiarse de más trabajo no pagado, esto es, de plustrabajo, cuyo resultado no supondría una disminución del salario real.

a) – Se duplica la productividad = Disminuye el valor de las mercancías, disminuye el valor de la fuerza de trabajo por lo que el capitalista puede apropiarse de más plustrabajo sin que esto suponga “un problema evidente” para el trabajor que trabaja la misma cantidad de tiempo y cobra un salario acorde a valor.

– Plustrabajo: 6

– trabajo necesario: 2

– Aumento de productividad= 100%

– Aumento de plustrabajo= 50%

– Tasa de plusvalor = 6 / 2 = 3 = 300%. Ha habido un aumento del 200%

b) – Se vuelve a duplicar la productividad = El plustrabajo consiste en 7 horas mientras que el trabajo pagado en 1.

– Aumento de productividad= 100%

– Aumento de plustrabajo= 17% (7-6/6)

– Tasa de plusvalor: 700%, cuyo aumento es de 133%

c) – Se vuelve a duplicar la productividad un 100%. El plustrabajo es de 7.5 mientras que el trabajo necesario es del 0.5.

– Aumento de plustrabajo= 7%

– Tasa de plusvalor 500%, cuyo aumento es de un 114% (15-7/7)

Como vemos, la productividad y el plusvalor y la tasa de plusvalor no aumentan a un mismo ritmo, sino que estas últimas lo hace a un ritmo decreciente. La valorización determinada por la relación entre trabajo pagado y trabajo no pagado es cada vez más difícil a medida que: (I) aumenta la productividad y (II) se llega al límite inferior del trabajo necesario.

“Por consiguiente, cuanto más desarrollado sea ya el capital, cuanto más plustrabajo haya creado, tanto más formidablemente tendrá que desarrollar la fuerza productiva para valorizarse a sí mismo en ínfima proporción, vale decir, para agregar plusvalía, porque su barrera es siempre la proporción entre la fracción del día que expresa el trabajo necesario – y la jornada entera de trabajo. Únicamente puede moverse dentro de este límite. Cuanto menor sea ya la fracción que corresponde al trabajo necesario, cuanto mayor sea el plusvalor, tanto menos puede cualquier incremento de la fuerza productiva reducir sensibly el trabajo necesario (…). La autovalorización del capital se vuelve más difícil en la medida en que ya esté valorizado”12.

Si la tasa de plusvalía aumenta, aunque a un ritmo cada vez más decreciente, a medida que la productividad aumenta y el trabajo necesario disminuye, existe una relación directa entre el desarrollo de las fuerzas productivas y el aumento con cada vez más dificultades de la tasa de plusvalía. Ahora bien, ¿Qué relación hay con la Tasa de Ganancia? La relación es directa al considerar la productividad con el capital total invertido y su composición orgánica. El aumento de plusvalía ahora será evaluado en términos no absolutos sino relativos (al capital invertido).

“La tasa de beneficio, por ende, está en proporción inversa al incremento de la plusvalía relativa o del plustrabajo relativo, al desarrollo de las fuerzas productivas y, asimismo, a la magnitud del capital empleado en la producción como capital (constante). En otras palabras, la segunda ley es la tendencia de la tasa de beneficio a descender con el desarrollo capitalista”13.

La productividad se consigue sólo por el recurso a medios de producción más eficaces, lo que provoca el incremento de la composición orgánica del capital, de tal forma que, ante una tasa de plusvalía constante, la tasa de ganancia sigue disminuyendo precisamente por ser la disminución de fuerza de trabajo en el capital total lo que lo produce. Cierto es que la subida de la tasa de plusvalía puede contrarrestar la caída de la ganancia, pero no puede hacerlo infinitamente. Hay un límite material y se dificulta igualmente la valorización, ralentizándose el ritmo de acumulación.

La Caída Tendencial de la Tasa de Ganancia es una teoría, en la realidad no se ve la tasa de ganancia bajando constantemente precisamente porque en la realidad constantemente esta tendencia se ve contrarrestada por fuerzas que actúan en sentido inverso. En palabras de Marx:

“Esta progresiva disminución relativa del capital variable en proporción con el constante, y por ende con el capital global, es idéntica a la composición orgánica progresivamente más alta del capital social en su promedio. Asimismo es sólo otra expresión del desarrollo progresivo de la fuerza productiva social del trabajo…”14.

Marx postula esta ley independientemente del reparto de plusvalía15 entre los diferentes capitales (financiero, renta, etc.).

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3. Las contratendencias

La tendencia a la caída de la rentabilidad producida por un aumento de la composición orgánica del capital puede contrarrestarse mediante distintos factores que al fin y al cabo aumentan la tasa de plusvalía. La ley de la caída de la tasa de ganancia indica una tendencia, lo que quiere decir que en ningún caso Marx supone que la caída es gradual y sistemática en un único sentido. Las influencias contrarias son las que modifican su curso y hacen que la caída sea tendencial, por ello dice Marx que las contratendencias hacen que “actúe más como una tendencia, es decir como una ley cuyo cumplimiento absoluto resulta contenido, enlentecido y debilitado por circunstancias contrarrestantes”16. Ante una bajada de rentabilidad, la tasa de plusvalía ha de ser incrementada.

Así pues, podemos decir que existe una relación directamente proporcional que se expresa así:

Si la tasa de ganancia es pv/ (c+v)

Si dividimos todo por v: g` = pv` / o’ + 1

siendo 0′ el símbolo de la composición orgánica del capital c/v (relación que define la tendencia creciente a ser sustituida la fuerza de trabajo por el capital constante y 1 el aumento). Si la composición orgánica sube 0′ ↑, la g’ ↓ baja. Si la tasa de plusvalía pv’ ↑, la tasa de ganancia g’ ↑ también.

Los capitalistas ante la amenaza de un descenso pronunciado de la rentabilidad llevan a medidas para incrementar el rendimiento del trabajo como son la reorganización del trabajo, aumento de los ritmos, vigilancia más estrecha, disminución de los tiempos de descanso, también la reclamación y presión hacia el Estado para aprobar una legislación más favorable a la acumulación mediante medidas como congelación de salarios, reducción de reglamentación laboral, del derecho a huelga y del salario mínimo, etc.

Marx enumera todas las tendencias en seis categorías, a saber: 1) Elevación del grado de explotación del trabajo, 2) Reducción del salario por debajo de su valor, 3) Abaratamiento de los elementos del capital constante, 4) La sobrepoblación relativa, 5) El comercio exterior y 6) El aumento del capital accionario.

1) La elevación del grado de explotación del trabajo

Es lo mismo que el incremento de plusvalor o plustrabajo en virtud de la ampliación de la jornada laboral y la intensificación del trabajo. Esto puede dar lugar a un aumento de capital constante y por lo tanto disminución de masa de plusvalor o todo lo contrario. Son dos casos distintos, en el caso el cual la tasa de plusvalor aumenta, suele venir dado no gracias al incremento de la plusvalía relativa, sino a la plusvalía absoluta. Marx resalta la importancia que tiene la influencia negativa en la tasa de ganancia un incremento de plusvalor relativo:

“…ya está demostrado –y ello constituye el verdadero secreto de la baja tendencial de la tasa de ganancia– que los procedimientos para la generación de plusvalor relativo desembocan, en general, en lo siguiente: por un lado, convertir en plusvalor la mayor cantidad posible de una masa dada de trabajo, y por el otro emplear la menor cantidad de trabajo en general, en relación con el capital adelantado; de modo que los mismos motivos que permiten incrementar el grado de explotación del trabajo, impiden que con el mismo capital global se explote tanto trabajo como antes”17.

Marx resalta que hay que tener en cuenta la relación entre la tasa de plusvalor y el capital variable, esto es, la relación entre la tasa de plusvalor y la masa de plusvalor, siendo ésta, la tasa de plusvalor multiplicada por el número de obreros que se emplean. Precisamente por esta razón el problema se encuentra en que la masa de plusvalor se ve disminuida (por una mayor inversión en el capital constante), por ello “la tendencia a la disminución de la tasa de la ganancia resulta especialmente debilitada por el aumento en la tasa del plusvalor absoluto, originado por la prolongación de la jornada laboral”18.

Así bien, el incremento del plusvalor mediante la prolongación de la jornada laboral y la intensificación del trabajo ejercen una influencia positiva para la tasa de ganancia, sin embargo, a largo plazo este proceder tiende a reducir cada vez más el peso relativo del capital variable, ya sea por un aumento de productividad o ya sea por intentar reducir costes.

2) Reducción del salario por debajo de su valor.

Se trata de la imposición de un precio de la fuerza de trabajo por debajo de su valor, es decir, la desviación del precio respecto del valor. Sin embargo, Marx señala que “nada tiene que ver con le análisis general del capital”19 y que su tratamiento se hará en la exposición de la competencia. Tratamiento que jamás realizará20.

3) Abaratamiento de los elementos del capital constante.

Es el caso en el cual el valor del capital constante no aumenta tanto como su volumen material. Esto se debe a un aumento de productividad, que además de aumentar la masa de capital que corresponde al capital constante en relación con el capital variable, lo que produce es que el valor del capital constante disminuya. Contradictoriamente la misma causa que está en el origen de la caída de la tasa de ganancia, cumple la función de causa contrarrestante.

4) La sobrepoblación relativa

La sobrepoblación relativa, el ejército industrial de reserva, es la masa de trabajadores disponibles a salarios poco elevados. Cuanto mayor sea la sobrepoblación relativa, menos elevados serán los salarios, de tal forma que la inversión en capital variable será menor, pero no una disminución de masa de capital variable, sino por una cantidad mayor de trabajadores al mismo coste y por tanto una mayor producción de plusvalía. La tasa de plusvalía aumenta gracias a los bajos salarios que sólo son posibles por la sobrepoblación relativa.

5) El comercio exterior

La adquisición a menor precio de elementos del capital constante y capital variable, es decir, materias primas y maquinaria y bienes de subsistencia, hacen elevar la tasa de plusvalor y por tanto la tasa de ganancia. Lo mismo ocurre con la exportación de capitales y la conquista de otros mercados.

Sin embargo, lo que produce que el valor de capital tanto variable como constante disminuya por su adquisición más barata en el exterior, produce que la tasa de ganancia disminuya por la menor inversión en capital variable, esto es, por el aumento relativo del capital constante.

6) El aumento del capital accionario.

Marx hace alusión al capital que deviene interés, pero sin desarrollar la cuestión. Señala que el capital accionario, capital por definición improductivo afecta a la ganancia media. La tasa de ganancia media es aquella que expresa la nivelación de las distintas tasas de beneficio.

“Y es así como, en general, se ha demostrado que las mismas causas que provocan la baja de la tasa general de ganancia, suscitan acciones de signo contrario que inhiben, retardan y en parte paralizan dicha caída. No derogan la ley, pero debilitan sus efectos. Sin ello resultaría incomprensible no la baja de la tasa general de ganancia, sino a la inversa, la relativa lentitud de esa disminución. Es así como la ley sólo obra en cuanto tendencia, cuyos efectos sólo se manifiestan en forma contundente bajo determinadas circunstancias y en el curso de periodos prolongados”21.

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4. La caída de la tasa de ganancia y las crisis

En el modo de producción capitalista el objetivo de la producción de mercancías es la valorización del capital. Si en el proceso completo no se obtiene plusvalía y por tanto ganancia, su leit motiv se ha visto socavado. La dificultad creciente de valorización, como hemos visto, ha venido de la mano del desarrollo de las fuerzas productivas, y provoca que se pongan en marcha todo tipo de mecanismos para restaurar las condiciones de rentabilidad deterioradas, estos mecanismos los hemos visto categóricamente en el apartado anterior. Sin embargo, las dificultades de valorización son cada vez más agudas hasta el punto de darse casos en los cuales la ralentización de la acumulación se ha convertido en realidad en una detención de la acumulación capitalista; en una crisis22. La crisis es la expresión utilizada para denominar la escasez de plusvalía, es el resultado de la caída de la tasa de ganancia, de tal forma que su “causa” la hallamos no en el plano del mercado (de la oferta y la demanda) sino más bien en el plano de la producción, de la producción en este caso de plusvalía.

Ahora bien, como decíamos antes, lo paradójico de este modo de producción, que podríamos denominar “de naturaleza contradictoria”, es que ante un desarrollo de la productividad que podría mejorar las condiciones de vida y de trabajo (mediante, por ejemplo, la introducción de tecnología que produjera mayor facilidad y menor desgaste físico en el trabajo o una manera más eficiente de producción de bienes de mejor calidad), lo que ocurre es que para el modo de producción capitalista estos “avances materiales” son crisis.

La sobreproducción viene de la mano del subconsumo. La sobreproducción de medios de producción y bienes de consumo es el resultado de la producción de (cada vez más) mercancías (con un valor unitario menor) cada vez más rápida y eficaz gracias al desarrollo de las fuerzas productivas que han dado lugar a un avance técnico (esto es, a una mayor productividad, y por tanto a una inversión mayor en capital constante adelantado) y a la dificultad de su validación social por la falta de poder adquisitivo del asalariado. Esto se debe a que al mismo tiempo los capitalistas intentan mantener los salarios de los obreros al nivel más bajo posible para obtener cada vez más plusvalía. Por ello indica Louis Gill “crisis de sobreproducción. Nace en la relación fundamental de la producción capitalista, el intercambio entre capital y trabajo asalariado, y en la única finalidad de este intercambio que es la extracción de plusvalía”23.

Lo que también ocurre en las crisis es la sobreproblación relativa. La cantidad cada vez mayor de paro fruto de la detención de la acumulación. Esto es al mismo tiempo una causa contrarrestante de la caída tendencial de la tasa de ganancia y el resultado.

Estas tres formas de manifestación de la crisis están estrechamente relacionadas. A modo de resumen podemos decir que: la tendencia a la baja de la tasa de ganancia provoca una aceleración de la acumulación cuyo objetivo es restablecer la rentabilidad deteriorada. Puesto que la tasa de ganancia sólo puede recomponerse mediante un aumento de la tasa de plusvalía, lo que ocurre es precisamente lo que ocurrió en un principio, que es un nuevo aumento del capital constante. La dificultad creciente de valorización se expresa en un estado cada vez más agudo de la rentabilidad y finalmente en una caída de la tasa, en una crisis que se expresa en la sobreproducción de mercancías, en la sobreacumulación de capital, en un crecimiento de la sobrepoblación relativa y en el subconsumo.

“Una sobreproducción de capital jamás significa otra cosa que una sobreproducción de medios de producción –medios de producción y medios de subsistencia– que puedan actuar como capital, es decir que puedan ser empleados para la explotación del trabajo con un grado de explotación dado; pues la disminución de ese grado de explotación por debajo de un punto dado provoca perturbaciones y paralizaciones del proceso de producción capitalista, crisis y destrucción de capital”24.

Las crisis en el sistema capitalista son necesarias. No vienen producidas por causas externas o por una “mala gestión” de la economía capitalista, sino que vienen producidas por el necesario desarrollo de las fuerzas productivas que se contradicen con una continua e ininterrumpida valorización del capital y capitalización de la plusvalía, como hemos demostrado anteriormente. Las crisis por tanto, son la expresión periódica de una valorización insuficiente del capital y tienen una función: el restablecimiento de las condiciones para una suficiente rentabilidad.

“Una destrucción periódica del capital que se ha convertido en condición necesaria para la existencia de absolutamente cualquier tasa de interés corriente y, desde este punto de vista, esos terribles flagelos que estamos habituados a aguardar con tanta inquietud y aprehensión y que tan ansiosamente deseamos evitar, pueden no ser más que el correctivo natural y necesario de abundancias excesivas y tumefactas, la fuerza medicinal mediante la cual nuestro sistema mismo, de cuando en cuando, de una plétora que siempre vuelve a amenazar su existencia, recuperando así su condición saludable y lozana”25.

Las crisis son indispensables, son necesarias porque son sistémicas. Para Louis Gill son doblemente necesarias, en dos sentidos distintos:

  1. inevitables, pues, el curso normal de la acumulación conduce a ellas. El bloqueo de la acumulación se produce necesariamente por una caída de la tasa de ganancia producida por la competitiva productividad.

  2. indispensables, son necesarias para la restauración y saneamiento de la rentabilidad mediante la destrucción de valores.

La destrucción de valores se lleva a cabo con el fin de restaurar la rentabilidad. Esto significa: la suspensión de pagos, el despido de masas de trabajadores, la eliminación de empresas por la baja rentabilidad, entre otros. El capital sale de esto más concentrado, en un menor número de empresas.

Por otro lado, no está de más decir que el papel del capital financiero, convertido en preponderante ha preparado el terreno y las condiciones para un hundimiento cada vez más violento.
El capitalismo mismo hay veces en que ante un hundimiento más profundo recurre al Estado para estimular la economía y situarla en crecimiento. El estado en el modo de producción capitalista es un Estado capitalista, está hecho para favorecer la acumulación del capital por ejemplo mediante reformas legislativas que garanticen la salida de la crisis “favorable” para el capital, es decir, para institucionalizar medidas de destrucción de valores. Se legisla la explotación en un mayor nivel.

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5. Los ajustes

“Los planes de ajuste se caracterizan por intentar aplicar, junto a determinadas políticas económicas coyunturales, transformaciones de carácter estructural. Con ellas se busca modificar el funcionamiento de la economía sobre la que se aplican (en último instancia, la economía mundial) para facilitar la valorización del capital”26.

Podemos establecer por tanto que el capitalismo lo que hace es recorrer un circuito: ajustes –crisis– ajustes. El ajuste es la respuesta a la crisis. El ajuste es el conjunto de las medidas que intentan llevar a cabo las influencias contrarrestantes a la caída tendencial de la tasa de ganancia. Son medidas destructoras de valores, pero beneficiosas y necesarias para la restauración de la rentabilidad y la acumulación del capital.

Ante la necesidad de recomposición del espacio de ganancia se llevan a cabo lo que se conoce como “medidas de ajuste” que se ubican por lo general en tres ejes: privatización, desregulación y apertura externa. Se trata por tanto de una ampliación de los espacios de acumulación mediante: la ganancia a costa del sector público (privatizaciones), la ruptura de los marcos regulatorios nacionales (apertura y desregulación externa) y por último el ensanchamiento de los márgenes de ganancia en todos los sectores (recortes sociales, desregulación laboral, disminución del salario diferido, etc).

Lo que se busca es ampliar la tasa de plusvalía para así ampliar la tasa de ganancia sobretodo mediante el abaratamiento de la fuerza de trabajo a través de la reducción del salario real, la reducción del salario diferido y el salario indirecto (sanidad, educación, transporte público – que cada vez se ven amenazados por las constantes privatizaciones-). En este sentido, tal y como veníamos diciendo, las medidas de ajustes tienen como objetivo la reducción del salario (en sus distintos sentidos) a partir de una mayor apropiación de plusvalía, gracias a una producción mayor de masa y un aumento de la tasa.

Todas estas medidas pueden encuadrarse en la teoría neoliberal, paradigma del cual surgen los dictámenes del FMI. La teoría neoliberal se basa en la libre participación en el mercado. Como indica Harvey:

“El neoliberalismo es, ante todo, una teoría de prácticas político-económicas que afirma que la mejor manera de promover el bienestar del ser humano consiste en no restringir el libre desarrollo de las capacidades y libertades empresariales del individuo dentro de un marco institucional caracterizado por derechos de propiedad privada fuertes, mercados libres y libertad de comercio”27.

Para promover esa libertad individual (garantizada sólo mediante la libertad de mercado y comercio) es necesario destruir las barreras y dirigirse hacia la privatización, desregulación y competencia, pues, estos “mejoran la calidad de las mercancías y reducen los costes, tanto de manera directa para el consumidor a través de la oferta de bienes y servicios más baratos como indirectamente mediante la reducción de las cargas fiscales”28. Estas medidas, como es evidente, inciden fundamentalmente en el restablecimiento del poder de clase, dejando por tanto, la fuerza de trabajo cada vez más sumida en la explotación cada vez más aguda.

El abaratamiento de la fuerza de trabajo es lo que permite la subida de la ganancia, para ello es necesaria la reducción de la regulación estatal en la economía, para así dar paso a la privatización de empresas y servicios públicos y a la apertura al exterior en los planos comercial y financiero.

I) La privatización: Favorece sobretodo la subida de tasa de plusvalor, la reducción de salario y el comercio exterior.

No hay que entender la privatización simplemente como un cambio de titularidad, sino como una reestructuración (a través de la transformación jurídica) que posibilita nuevos espacios de acumulación y ensanchamiento de la ganancia privada. Se privatizan los sectores más rentables o que pueden llegar a serlo (como pueden ser la sanidad, la educación29, las telecomunicaciones, las pensiones –grandes conquistas sociales–) y se reducen los salarios reales (el valor de la fuerza de trabajo) precisamente por una máxima del Capital; por la búsqueda de una mayor rentabilidad. El ejército industrial de reserva (la sobrepoblación relativa) juega un papel importantísimo a su favor (de la privatización) por presionar a la baja los niveles salariales.

“…la propia esencia de la privatización, que es la transferencia de recursos efectivos y/o potenciales del Estado al capital privado, supone en sí misma, una redistribución de la participación en el ingreso de las distintas clases sociales”30.

Esto sobretodo se ilustra con la evidente reducción de salario indirecto que son los bienes y servicios del Estado a precios inferiores al mercado y con la reducción del salario diferido, la pensión. En este sentido podemos hablar con pleno derecho de una redistribución entre capital y trabajo, redistribución claramente desfavorable para la clase trabajadora.

La lógica privatizadora además de permitir nuevos espacios de valorización, conlleva a la destrucción de valores en el sentido de que tendrá lugar la eliminación de sectores de actividad que no sean rentables (esto puede ilustrarse claramente privatizando el transporte público y eliminando recorridos con poca o nada de rentabilidad).

II) Desregulación. Teniendo en cuenta que la regulación laboral tiene que ver con las conquistas sociales y con la consolidación de dichas conquistas como pueden ser el derecho a huelga, a asociación, salario mínimo, negociación colectiva, etc. , la desregulación es la destrucción de ese marco legal.

Esto se fundamenta en el discurso fondomonetarista que insta a la mínima intervención estatal puesto que distorsiona el libre funcionamiento del mercado. Considera por ejemplo que el alto nivel de desempleo es una distorsión, más no así el subempleo. Esto es así puesto que si hay un marco legal dónde se garantiza un salario mínimo, el empleo ha de estar sujeto a dicha norma. Pero, si la norma se ve eliminada, lo que puede ocurrir es que el desempleo descienda aumentando así el subempleo, los trabajos cada vez más precarios.

“El FMI (1993, 70) sostiene que: “Un desempleo alto y en aumento no se debe a una competencia excesiva ni al ritmo vertiginoso de las innovaciones tecnológicas. Es más probable que sea obra de mercados de trabajo inflexibles de la falta de competencia y de avance tecnológico que padecen los sectores que se ponen al abrigo de las fuerzas del mercado, ya sean nacionales o internacionales”31

De ahí que la propuesta del FMI sea la desregulación y flexibilización.

Harvey, en el contexto de la flexibilización comenta “El resultado general se traduce en la disminución de los salarios, el aumento de la inseguridad laboral en muchas instancias, la pérdida de los beneficios y de las formas de protección laboral previamente existentes”32.

III) Apertura.

La internacionalización es uno de los motores que reactiva el aumento de la tasa de plusvalía. Ante el ciclo D-M-P-M’-D’ y su realización (puesto que la producción de plusvalía y la venta de mercancía no surge mecánicamente), podemos ver que lo que facilita su total recorrido, esto es, la venta de la mercancía a un precio mayor a la inversión en la producción, es:

1) la adquisición de materias primas más baratas. Pues, si M cuesta menos, hay una mayor distancia entre D y D’.

2) disponibilidad de más mercados para vender los productos

3) traslado o “deslocalización” de ciertas actividades productivas para utilizar mano de obra más barata. (Nuevamente nos hallamos con una reducción de gasto en M)

4) prestamos de capitales en países con mayores tasas de interés.

El problema que conlleva la carencia de políticas proteccionistas es el predominio o gran influencia de determinados grupos dominantes y corporaciones internacionales. La liberalización del comercio, materialización de la apertura externa tiene como fundamento nuevamente el paradigma neoliberal contra toda intervención estatal33.

En resumen, todas estas medidas, aunque beneficiosas para el capital, empeoran las condiciones de vida de la población. Por un lado la privatización, siendo la transferencia de recursos efectivos del Estado al capital, hace perder al resto de la población la participación del ingreso directa o indirectamente. Además supone una destrucción de fuerzas productivas, pues, viéndose liquidados sectores poco rentables, nos encontramos ante un cierre de empresas y sectores que no pueden no ser rentables (una vez asumidos por el capital).

La desreglamentación, por su parte, supone una ofensiva a la clase trabajadora puesto que incrementa la precariedad laboral por facilitar el abaratamiento del trabajo y la degradación de las condiciones laborales. La desregulación es el mecanismo de ampliación de la base de extracción y apropiación de plusvalía para el capital transnacional y sobre todo en el ámbito financiero. Es la forma de abaratar el costo de trabajo e impulsar la tasa de ganancia.

Todo esto tiene además como consecuencia la orientación masiva de capitales hacia la especulación, pues las políticas de ajuste impulsan las actividades de carácter especulativo parasitario, lo que produce una intensificación de las crisis al estar en total desconexión con la economía real. Este, sin embargo es un tema que no trataremos aquí puesto que implica un estudio detallado del capital crediticio y financiero.

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6. La creencia en la solución a los problemas del capitalismo.

Tal y como indica Katz, la creencia en que las fuerzas “para neutralizar el decrecimiento porcentual de la tasa de beneficio”34 son capaces de hacerlo y de sanear el problema, “ha sido categóricamente desmentida por la evolución del capitalismo”35. Es decir, la creencia en que el capitalismo mismo tiene el remedio a sus problemas es una ilusión y prueba de ello: la actual crisis económica después de un periodo de profundas medidas de ajuste (años 80).

“Las proporcionalidades que permiten el funcionamiento del sistema sólo son frecuentes en el corto plazo. En períodos más prologados predominan desequilibrios sistémicos, derivados de la anarquía mercantil y la ausencia de planificación”36.

Esa afirmación de Katz no tiene porqué sorprendernos, puesto que lo habíamos entrevisto en la exposición de las causas contrarrestrantes: predomina siempre la tendencia a reducir el peso proporcional del capital variable. Gracias a la reducción del valor de las materias primas (apertura y aumento de plusvalía relativa) hay una mayor, otra vez más, inversión en capital constante en comparación con capital variable. Si la sobrepoblación relativa aumenta, los salarios disminuyen, produciendo una menor inversión en capital variable. Agudizando el problema.

Aparte de esto, hay algo importante que resaltar: el aumento de la apropiación de ganancia en el ámbito del capital financiero produce cada vez más inestabilidad y desequilibrios37, además de extender la crisis a cada lugar del planeta, por la interdependencia de los mercados internacionales gracias a la expansión capitalista.

Ahora bien, cierto es que la tasa de ganancia en algún momento se recompondrá en proporción a la caída, pero nunca absolutamente, siempre tenderá a la baja. A fin de cuentas, de lo que se trata cuando se habla de medidas de ajustes es realmente de “una salida hacia adelante”, no de una solución que paralice de fondo el problema, pues, tal “solución” vendría de la mano de una planificación para evitar precisamente que “la mano invisible del mercado” actúe libremente. Libremente la competencia presiona a innovar, a una mayor productividad, a una disminución de gasto en el capital variable. Cierto es como decíamos anteriormente que la tasa de plusvalía sube, pero sólo puede hacerlo hasta su límite material. La fuerza de trabajo tiene un límite material de explotación más allá del cual no se puede ir. Concebir y tratar al hombre como un máquina, haciéndolo trabajar 24 horas es imposible (aun así suponiendo que se pudiera, el límite seguiría siendo 24 horas y no más).

El capitalista es intrínsecamente un sistema de clase que se aniquila así mismo, liquidando también, no sólo el mundo que lo rodea sino la propia fuerza de trabajo. Las salidas a las crisis, no son más que maneras ampliadas de profundizar la explotación.

“…el mantenimiento de una elevada tasa de explotación laboral ha sido un elemento central, y una constante, de la neoliberalización. La restauración o la formación del poder de clase se produce, como siempre a expensas de la fuerza de trabajo”38.

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Bibliografía

  • Arrizabalo X., Crisis y ajuste en la economía mundial: implicaciones y significado de las políticas del FMI y el BM, (Capítulo 3: La economía mundial actual: crisis y ajuste.), Madrid, Síntesis, 1997. (La paginación que usaremos no será la de esta edición sino la de la edición digital en pdf del capítulo 3)

  • Gill L., Fundamentos y límites del capitalismo. Madrid, Editorial Trotta, 2002.

  • Harvey David, Breve historia del neoliberalismo. Madrid, Akal 2009.

  • Heinrich M., Crítica de la economía política. Madrid, Escolar y Mayo editores s.l. 2008.

  • Katz C. , La economía marxista, seis debates teóricos hoy, Madrid, Maia Ediciones, 2010.

  • Marx K., Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Grundrisse), México, Siglo XXI Editores, 2007 y 2009 (Volumen 1 y volumen 2 respectivamente)

  • Marx K., El Capital: Libro I, Vol. 1, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2008. Libro I, vol. 2, México, Siglo XXI Editores, 2009. Libro III, vol. 1, México, Siglo XXI Editores, 2009.

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NOTAS:

1 Curso 2010-2011. “Marxismo y movimiento obrero”.
2 Harvey David, Breve historia del neoliberalismo. Madrid, Akal 2009, p. 130
3 Marx K. El Capital, Libro III, vol. 1, México, Siglo XXI Editores, 2009, pp. 55
4 Marx K., Idem. Libro I, Vol. 1, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2008, p. 262
5 Heinrich M., Crítica de la economía política. Madrid, Escolar y Mayo editores s.l. 2008, p. 148
6 Marx K., El Capital, Libro III, vol. 1, México, Siglo XXI Editores, 2009. pp 55.56
7 Antes de continuar conviene aclarar que nosotros seguiremos una interpretación determinada de la teoría del valor y del problema de la transformación en las cuales reside el problema de la relación entre valor y precio y por tanto plusvalor y ganancia. Ésta será la del economista Louis Gill.
8 Marx K., Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Grundrisse), Vol. 2, México, Siglo XXI Editores, 2009, p 279 [633]
9 Marx K., El Capital: Libro I, Vol. 2, México , Siglo XXI Editores, 2009., p. 383
10 Marx K., Idem., p. 389
11 Marx K., El Capital: Libro I, Vol. 1, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2008, p. 372
12 Marx K., Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Grundrisse), Vol. 1, México, Siglo XXI Editores, 2007, pp. 283, 284. [246]
13 Marx K., Idem. ,Vol. 2, México, Siglo XXI Editores, 2009, p. 299 [649]
14 Marx K., El Capital, Libro III, vol. 1, México, Siglo XXI Editores, 2009, p. 271
15 Aunque ya lo hemos mencionado conviene dejar claro que esta relación entre plusvalía y ganancia se basa en la interpretación de Louis Gill para el cual la ganancia en el capital global es plusvalía redistribuida.
16 Marx K., El Capital, Libro III, vol. 1, México, Siglo XXI Editores, 2009. p 300
17 Marx K., El Capital, Libro III, vol. 1, México, Siglo XXI Editores, 2009. p 298
18 Marx K., Idem., p. 299
19 Marx K., Idem., p. 301
20 Indicación de Louis Gill
21 Marx K., El Capital, Libro III, vol. 1, México, Siglo XXI Editores, 2009, pp. 305-306
22 La teoría de la crisis en Marx, o las teorías de las crisis es un asunto difícil de abordar puesto que nos hallamos otra vez ante una disparidad de interpretaciones. Nosotros seguiremos la interpretación según la cual la crisis es provocada por una detención de la acumulación por la caída de la tasa de ganancia, la cual se expresa en el mercado como crisis de subconsumo y sobreproducción. Seguiremos a Louis Gill.
23 Gill L., Fundamentos y límites del capitalismo. Madrid, Editorial Trotta, 2002. p. 539
24 Marx K., El Capital, Libro III, vol. 1, México, Siglo XXI Editores, 2009. pp 328
25 Marx K. , Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Grundrisse), Vol. 2, México, Siglo XXI Editores, 2009. p. 421 [733]
26 Arrizabalo X., Crisis y ajuste en la economía mundial : implicaciones y significado de las políticas del FMI y el BM, (Capítulo 3: La economía mundial actual: crisis y ajuste.), Madrid, Síntesis, 1997, p. 13
27 Harvey David, Opus cit. p. 6
28 Harvey David, Idem., p. 74
29 Tal y como indicaba Rubalcaba hace unos meses haciendo referencia a las nuevas reformas universitarias: “La educación ha dejado de ser un gasto para ser una inversión”. http://www.publico.es/espana/382657/rubalcaba-anuncia-un-sistema-de-eleccion-de-profesores-similar-al-mir
30 Arrizabalo X., Op. cit., p. 15
31 Arrizabalo X., Idem. p. 16
32 Harvey David, Opus cit. p.85
33 En este punto, la desregulación y la liquidación de la intervención estatal, Harvey ubica una contradicción del neoliberalismo. La teoría y la ortodoxia neoliberal insinuaría la abolición del FMI como mecanismo regulativo que impediría la libre circulación y producción de capitales. En el aspecto del capital financiero sucede lo mismo. “Las prácticas contemporáneas relativas al capital financiero y a las instituciones financieras constituyen, tal vez, el aspecto más difícil de conciliar con la ortodoxia neoliberal” Harvey David, Opus cit. p 82. “La frontera entre Estado y poder corporativo se ha tornado cada vez más porosa” Harvey David, Idem. p 87.
El ejemplo, respecto a la teoría y práctica neoliberal, que pone Arrizabalo X., es el de EE.UU., el cual propone una liberalización de las relaciones económicas internacionales mientras mantiene todo un entramado de protección interna.
34 Katz C., La economía marxista, seis debates teóricos hoy, Madrid, Maia Ediciones, 2010, p. 101.
35 Katz C., Ibidem.
36 Katz C., Ibidem.
37 “Gluckstein (1994, 30) estima en un 98% de todas las transacciones mundiales las vinculadas a la especulación, lo que en 1994 significa que: “los 1.3 billones que transitan diariamente por los mercados de cambio representan, al año, más de 15% veces el PIB conjunto de los paises miembros de la OCDE””. Arrizabalo X., Opus cit. p. 29
38 Harvey David, Opus cit. p. 85

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