El Sudamericano
ARAK (Araling Aktibista – [Formación Militante]) Departamento Nacional de Educación del Partido Comunista de Filipinas. Secretaría General. Enero, 1999. Ediciones en Lenguas Extranjeras. Colección “Clásicos en color” #22 en Español, París, 2021. pp. 64-69
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¿Cuál es la actitud correcta frente a las victorias?
Cuando nos encontramos frente a las victorias, es importante tener cuidado con el orgullo y la arrogancia. Siempre hay que ser humilde y nunca intoxicarse de las victorias. Hay que tener siempre en mente el largo camino que aún queda por recorrer y evitar la complacencia, las prisas y la indulgencia.
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¿Cuál es la visión correcta sobre las masas?
Las masas son la base necesaria para conseguir cualquier objetivo revolucionario. Es con su inherente inteligencia y fuerza con la que una sociedad avanza y progresa. Las masas son las que tienen el poder indestructible contra cualquier fuerza o enemigo que entorpezca el cambió. Para conseguir la libertad, democracia y progreso, debemos apoyarnos y confiar en las masas.
El revolucionario reconoce y tiene una gran responsabilidad con las masas. Es su deber mantener el interés de las masas, fomentar una unidad firme con las masas y animarlas hacia el cambio revolucionario.
El revolucionario mantiene las aspiraciones nacionales y democráticas de las masas mediante su diligencia y su integración responsable entre las mismas, así como su participación en su lucha. Es paciente al explicar y aumentar la conciencia de las masas. Es incansable al ayudar a las masas a organizarse y tomar partido para resolver sus problemas y luchar contra sus enemigos. El revolucionario es un conocido y genuino servidor de las masas, así como uno de ellos.
Al mantener constantemente los intereses nacionales y democráticos de las masas, el revolucionario construye una unidad fuerte e inquebrantable entre los revolucionarios y las masas a las que sirven. Siempre se esfuerza por unirse a las masas y estar cerca de ellas. Usa todas las oportunidades para estar entre las masas, para trabajar con ellas y aprender de ellas. Evita estrictamente cualquier cosa que viole el interés de las masas o cualquier abuso de su amabilidad porque dificulta la unidad entre la revolución y las masas.
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¿Cómo los revolucionarios tratan a los compañeros revolucionarios?
Un revolucionario siempre busca la unidad con los compañeros revolucionarios. Son cariñosos y atentos hacia sus camaradas. El tratamiento atento de los revolucionarios es importante en la construcción y fortalecimiento de la unidad y la fuerza de los rangos revolucionarios.
Los revolucionarios tienen una práctica impresionante uniendo y enseñando los unos a los otros. Un revolucionario siempre se unirá a sus camaradas, aunque no se conozcan demasiado bien o, aunque no compartan las mismas opiniones, o con aquellos que han cometido errores pero están dispuestos a rectificar. Un malentendido insignificante puede apartarse a un lado fácilmente o puede superarse porque el revolucionario siempre le da importancia a la unidad. Su conocimiento de las condiciones de sus camaradas y su esfuerzo por trabajar y convertirse en mejores revolucionarios es siempre una prioridad.
Un revolucionario es atento y cariñoso hacia sus camaradas. Siempre intenta ayudarles a cumplir sus deberes y tareas, ayuda a resolver sus problemas, incluso los personales. Ayudan y da apoyo a sus camaradas para que se forjen ellos mismos en la lucha. Los problemas y las alegrías de los camaradas son los problemas y las alegrías de los revolucionarios.
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¿Cuál es la visión correcta sobre la crítica y la autocrítica?
Las debilidades y defectos son ocurrencias comunes en el camino del revolucionario. Muchas veces son el resultado de la falta de experiencia o productos del pensamiento equivocado y atributos indeseados que aún están con nosotros. Aún así, el revolucionario siempre está preparado para superarlos con el objetivo de defender firmemente los intereses nacional-democráticos del pueblo.
El revolucionario siempre está listo para criticar sus propias debilidades y errores. Siempre está abierto a la crítica, y siempre pone lo que es correcto y bueno para el pueblo delante de todo lo demás. No rehuye ni duda de la necesidad de rectificar sus debilidades y errores. Siempre está preparado para remodelarse a sí mismo para continuar sirviendo al pueblo.
La crítica y autocrítica es un proceso efectivo necesario para corregir errores y superar debilidades. Es necesaria para fortalecer la unidad entre los rangos revolucionarios y entre los revolucionarios y las masas. Mediante la crítica, las debilidades y errores pueden ser identificados y erradicados. De esta forma, aprendemos de nuestros errores para evitarlos en un futuro.
La crítica siempre debe darse desde la camaradería y con el espíritu de «curar la enfermedad para salvar al paciente». La crítica no se debe utilizar para ataques personales o venganzas. La crítica debe estar centrada solo en la materia ideológica, política y organizativa.
La crítica y la autocrítica debe de llevarse a cabo regularmente. Se asegura así que nuestro trabajo está siempre analizado, se mejora continuamente, se mantiene y fortalece la unidad y que siempre estamos unidos y cerca de las masas.
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¿Qué es el internacionalismo?
En la actual etapa del imperialismo, los pueblos de varias naciones del mundo también están sufriendo sin cesar la opresión y la explotación por parte de los imperialistas. Es muy importante pues, para la unidad y la cooperación de los pueblos de diferentes países luchar contra el imperialismo y la reacción. Esto es el internacionalismo.
Es nuestro deber como revolucionarios filipinos liberar a nuestro país del imperialismo estadounidense, del feudalismo y del capitalismo burocrático. Los avances de la revolución filipina, especialmente su victoria, ayuda a debilitar al imperialismo en todo el mundo; así como ayuda a hacer avanzar en la luchas de los pueblos de otros países. Al mismo tiempo, los pueblos de otros países que también luchan contra el imperialismo y la reacción nos ayudan a nosotros.
Los revolucionarios siempre piensan en completar su trabajo revolucionario, no solo por su país, sino por los millones de masas explotadas en todo el mundo. Mediante esta perspectiva, el patriotismo y el nacionalismo -amor por el propio país- está correctamente unido al internacionalismo. Es diferente del patriotismo o el nacionalismo estrecho, donde solo dan importancia al interés de su propio país y sólo ven a los otros países y a los otros pueblos desde el punto de vista del beneficio personal y de conseguir ventaja.
Es nuestro deber internacionalista avanzar en las dos etapas de la Revolución Filipina. La destrucción del poder imperialista de EE.UU. y las clases dominantes locales serán nuestra mayor contribución para desmantelar el reino del imperialismo y de las demás clases opresoras y explotadoras del mundo.
Nuestro deber internacionalista no acaba con la victoria de nuestra revolución democrática. Por encima de tomar el poder político, está nuestro deber internacionalista de consolidarlo, del establecimiento de un estado democrático del pueblo y del relanzamiento de la revolución socialista. También necesitamos fortalecer la unidad con los pueblos de otros países y continuar con la cooperación con los movimientos revolucionarios y las organizaciones y movimientos antiimperialistas de las otras naciones.[…]