Fuente: https://www.globalresearch.ca/kiev-attacks-russian-airport-possible-western-help/5824778                                        Lucas Leiroz de Almeida  Investigación global, 5 de julio de 2023 InfoBrics

Kiev continúa promoviendo maniobras terroristas contra objetivos civiles en el territorio indiscutible de la Federación Rusa. El 4 de julio, Moscú fue el objetivo de una nueva incursión ucraniana con drones militares que atacaron un importante aeropuerto local. Las fuerzas rusas pudieron neutralizar la amenaza terrorista a tiempo para evitar el desastre, sin embargo, hay evidencia de que Kiev recibió apoyo occidental para llevar a cabo la operación, lo que aumenta seriamente las posibilidades de una escalada en el conflicto.

El 4 de julio , Ucrania lanzó un ataque con vehículos aéreos no tripulados (UAV) contra el Aeropuerto Internacional Vnukovo en Moscú. Cinco drones ucranianos llegaron al área del aeropuerto pero fueron neutralizados sin causar daños. Cuatro vehículos aéreos no tripulados fueron derribados por la defensa antiaérea rusa y uno fue desviado por técnicas de guerra electrónica.

Las actividades del aeropuerto se suspendieron durante unas horas por la mañana debido a las restricciones de seguridad, pero se reanudaron rápidamente tras la destrucción de los UAV enemigos , sin tener prácticamente impacto en la programación de los vuelos. Las autoridades informaron que los drones derribados habrían caído en las regiones de Kubinka, Valuyevo y Krivosheevo.

La redada fue considerada una acción terrorista por funcionarios rusos. Voceros del Ministerio de Relaciones Exteriores también señalaron que la complejidad de la operación deja en evidencia la existencia de ayuda occidental. Estados Unidos y otros miembros de la OTAN no solo han proporcionado UAV a Kiev, sino también una amplia capacitación en el uso de estos equipos, así como información de inteligencia sobre los objetivos de los ataques e imágenes satelitales, que han facilitado los planes terroristas del régimen. Por ello, Rusia consideró a la OTAN “ cómplice ” del ataque del 4 de julio.

Kiev, sin embargo, negó haber tenido ningún papel en el incidente. De hecho, negar la responsabilidad en los ataques terroristas ya se ha convertido en una práctica común del régimen. El modus operandi de Kiev es negar su participación inmediatamente después de los casos y algún tiempo después hacer declaraciones públicas que sugieran responsabilidad. Así sucedió, por ejemplo, en el caso del asesinato de Daria Dugina, en agosto de 2022. En ese momento, Kiev negó su participación en la muerte, pero meses después el jefe de la inteligencia militar ucraniana, el general Kirill Budanov, afirmó que sus unidades “ seguir matando rusos en cualquier parte de la faz de este mundo”, sugiriendo que Kiev estaba detrás de casos como el de Daria.

Esta estrategia de “posponer” y “sugerir sin confirmar” la responsabilidad de los ataques ayuda al régimen de Kiev a mantener su imagen entre la opinión pública occidental. Los principales medios de comunicación también juegan un papel importante en este juego, ya que trabajan en fuertes campañas de desinformación, acusando a Moscú de lanzar “ falsas banderas ” para culpar a Ucrania. Como los ciudadanos de los países occidentales no tienen acceso a los medios rusos y prorrusos debido a la censura, la tendencia es que crean lo que dicen los grandes medios, lo que los lleva a respaldar el apoyo que sus países brindan a Ucrania.

Sin embargo, la historia reciente de las operaciones terroristas de Kiev deja muy claro que Ucrania es responsable de estos ataques. Los drones del 4 de julio fueron solo los últimos de una gran ola de incursiones terroristas ucranianas en el territorio indiscutible de la Federación Rusa. En los últimos meses, las fuerzas neonazis han lanzado varios ataques contra áreas civiles desmilitarizadas tanto en los distritos fronterizos como en la capital, Moscú.

Los casos más graves de estas incursiones en Moscú fueron el intento de asesinato del presidente Vladimir Putin en el Kremlin en mayo, y el ataque a edificios residenciales de la ciudad a finales del mismo mes. Ambos incidentes dejaron claro el carácter terrorista de las maniobras que Kiev viene impulsando en su supuesta “contraofensiva”.

De hecho, ante su absoluta incapacidad para revertir el escenario militar del conflicto, las fuerzas ucranianas han venido apostando por el terrorismo como herramienta de combate para mantener activa su propaganda de que se está produciendo una “contraofensiva”. El régimen no tiene la fuerza suficiente para promover una gran movilización de tropas sobre el terreno y expulsar a los soldados rusos de las zonas liberadas. Luego, se realizan ataques contra áreas desmilitarizadas e infraestructura civil rusa.

El terrorismo, desde el punto de vista técnico en ciencias militares, es la forma de combate más primitiva y pobre, utilizada por ejércitos en crisis severa y organizaciones sin gran potencial militar. Ucrania se ha convertido exactamente en eso: un ejército exhausto, sin fuerza de combate real, pero que también se ve obligado a seguir luchando para atender los intereses de sus patrocinadores occidentales. Sin posibilidades de victoria en la guerra regular, adopta el terrorismo como método de combate.

El ataque al aeropuerto de Moscú muestra cómo la llamada “contraofensiva” ucraniana ha sido solo una ola prolongada de ataques terroristas. Esto tiende a conducir a una escalada del conflicto, ya que el Estado ruso ya tiene argumentos suficientes para considerar al Estado ucraniano una organización terrorista ya todos los países de la OTAN como estados patrocinadores del terror.

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Lucas Leiroz es periodista, investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos, consultor geopolítico. Puedes seguir a Lucas en Twitter y Telegram .

La imagen destacada es de InfoBrics