En sí, toda una falsedad. Un Alter Ego para intentar desde el Holding petrolero manejar una riqueza la cual nunca les perteneció pues la misma proviene de un bien colectivo al cual el gobierno interino ha saqueado sin límites.

Hernández hace anuncios y le firma las negociaciones a la gran mafia petrolera norteamericana a la cual pertenece y desde allí maneja una ambición desmedida tras hilos del poder secreto. A este le ha gustado desarrollar la personalidad que desde el poder norteamericano le han encomendado.

Esa mafia oculta del petróleo estadounidense necesitaba construir la imagen que les facilitará la entrega del Holding CITGO, y la formaron, y gustosamente el ex procurador José Ignacio Hernández la aceptó, ahora, falsamente es el presidente de esta corporación y desde allí, firma, ordena y ha facilitado con su oculta personalidad que otros sean los beneficiarios de algo que nunca les ha pertenecido como son los bienes del Estado Venezolano.

Un Harvard Boys. Lugarteniente de Ricardo Haussman quien adoptó la nacionalidad colombiana otorgada por Uribe Vélez. A este último cada vez que se le nombra se encienden las sirenas de cualquier comisaría. Hernández ha sido coronado como quien cumple los papeles del trabajo sucio, así, otros metan sus narices en los negocios donde sus amos se encubren.

En el 2002 adoptó el papel de destruir la industria petrolera venezolana con el sabotaje petrolero. Ahora asume el papel de salvador de los autonombrados responsables de CITGO, un sitio desde se ha convertido en millonario tras el desfalco petrolero más grande del mundo petrolero global. Él es la pieza para que intereses foráneos se adueñen del patrimonio de Venezuela en Estados Unidos de Norteamérica.

Su proyecto neo-ejecutivo le ha permitido parecerse a los dueños del emporio POLAR a quienes ha representado por intermedio del bufete Grau, García Hernández y Mónaco de quien fue su empleado. A partir de allí se descubrió cómo forjaron documentos engañando al país para tramitar divisas con dólares preferenciales para liquidar importaciones que nunca llegaron al destino venezolano.

Pero su legión de selectos amigos es amplia, selectiva y en extremo derechista: Leopoldo López y Voluntad Popular. Hernández es lo más idéntico a la personalidad de un mercenario el cual también se puso a la orden de Crystallex, vendiéndose como testigo, experto e independiente del derecho venezolano, sirviendo a quienes entregó empresas de capital cien por ciento venezolano, esto le permitió ser el escogido para ser el principal actor en el remate de CITGO.

Tras cada violación a la soberanía venezolana señala que no guarda ninguna responsabilidad tras la consumación de cada uno de estos actos. Abiertamente ha participado en cada una de las ejecuciones dadas tras demandas fraudulentas donde nunca fue citado el Estado Venezolano, esto les permitió encontrar un camino para destruir sendos activos pertenecientes en su totalidad a la nación.

Acusando al Estado venezolano tras las condenas norteamericanas ha llegado a señalar que Venezuela ha sido condenada por sus expropiaciones socialistas. Hernández cree que el país continúa siendo el Rancho al cual vienen los norteamericanos a disfrutar tomándolo de negocios donde se arriesga la soberanía nacional la cual marcó el inicio de la explotación de la industria petrolera.

Uno de sus primeras acciones estuvo concentrada en la desaparición tras órdenes de Juan Guaidó al desviar la cantidad de veinte millones de dólares y a pesar de esto nunca renunció a sus cargos, al contrario, fue a controlar la tajada de pagos de honorarios profesionales y que, para recuperar las empresas venezolanas, y al contrario lo que hicieron fue aprobar su subasta.

Bajo la trama del código Cocoon 2.0 conformado por empresarios y asesores privados busca el derrocamiento del gobierno venezolano para facilitar la entrada a los sectores de la burguesía comercial y exportadora, quienes buscan desean hacer negocios con toda la coraza financiera de Venezuela.

Bajo la personalidad de considerarse parte de los ideólogos de Juan Guaidó ha permanecido buscando el apoyo de los Estados Unidos de Norteamérica para crear un Estado Paralelo, mientras se hacen del control de activos millonarios propiedad de Venezuela, ahora subastados por el diez por ciento de su valor.

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