Amán. Jordania, aliado clave de Estados Unidos, anunció ayer el retiro de su embajador en Israel y solicitó la salida del representante israelí en esta capital en protesta por la catástrofe humanitaria en Gaza, al tiempo que el presidente Joe Biden y el rey Abdalá II de Jordania manifestaron su compromiso para evitar que los palestinos sean expulsados a la fuerza de Gaza y coincidieron en la necesidad de facilitar el suministro creciente y sostenido de la ayuda humanitaria, según un comunicado de la Casa Blanca.

De su lado, Arabia Saudita condenó el bombardeo israelí contra un campo de refugiados palestinos en Jabaliya, que calificó de inhumano, el más grande de la franja de Gaza, que dejó más de 250 fallecidos y más de 800 heridos.

La cancillería jordana señaló que rechaza los repetidos ataques por parte de las fuerzas de ocupación israelí contra zonas civiles densamente pobladas y sus continuadas violaciones del derecho internacional y el derecho humanitario, que atribuyó al fracaso de la comunidad internacional a la hora de presionar a las fuerzas de Israel para que acuerden un alto el fuego inmediato y una tregua humanitaria.

El viceprimer ministro, Ayman al-Safadi, también ministro de Exteriores, dijo que el regreso de los embajadores está vinculado a que Israel detenga su guerra contra Gaza… y la catástrofe humanitaria que está causando, así como a las medidas que privan a los palestinos de su derecho a la comida, el agua, las medicinas y a tener una vida estable y segura en su patria”.

Safadi aseveró que Amán seguirá trabajando para detener la guerra en Gaza y entregar ayuda humanitaria, proteger a los civiles de las consecuencias del impacto catastrófico (del conflicto).

Agregó que una paz justa pasa por la materialización de la solución de dos estados, incluida la creación de un Estado palestino en las fronteras de 1967 y con Jerusalén Este como capital, que representa la única manera de garantizar la seguridad de todos los países de la región.

Compromiso con Biden

Por su parte, Biden y Abdalá II mostraron su compromiso para evitar que los palestinos sean expulsados a la fuerza de la franja de Gaza. Coincidieron en la necesidad de facilitar el suministro de la ayuda humanitaria a la población civil y para reanudar servicios esenciales detenidos por la falta de suministros, informó la Casa Blanca.

Los dos mandatarios hablaron sobre los mecanismos urgentes para acabar con la violencia y reducir las tensiones regionales.