

Daniel Alberto Chiarenza
Este africano era nieto de chamanes, que lo instruyeron en una profunda comprensión filosófica y cultural de su pueblo. Quedó huérfano de padres rápidamente, aunque supo que su padre había sido el jefe de la comunidad y le llamaban Ngangi.
22 de agosto de 1978: muerte del nacionalista panafricano Jomo Kenyatta.
A los 10 años de edad, Jomo cayó enfermo gravemente, por lo que fue internado en un hospital de la Iglesia de Escocia en Thayoto. Esto dio inicio a su relación con los europeos, comenzando también un polémico fenómeno de transculturación. Recibió su primera instrucción en una escuela escocesa de Nairobi, donde estudió la Biblia, junto a nociones elementales de matemática. Con estudios en la Universidad británica de Oxford, Jomo Kenyatta –cuyo nombre significa “Lanza Ardiente”- se transformó en una de las figuras más expresivas y contradictorias del continente de los superlativos.
Es una tarea casi imposible determinar su fecha de nacimiento (se cree, de una forma poco comprobable, que fue en 1891), lo que sí se sabe es el lugar: Ichweri, un pequeño pueblo de la región de Kiambu. Pertenecía a la etnia kikuyu. Su nombre era Kamau wa Ngengi, pero al recibir el bautismo, años más tarde, pasó a ser Kamau Johnstone. Él mismo asumió el nombre de Kenyatta, en el auge de la lucha nacionalista en la década de los ´50 y así se lo conoció en el mundo entero.
En 1922 se unió a la Asociación Central Kikuyu, de tendencia nacionalista y desde donde defendía a su tribu, que fue proscripta por los británicos y que renació recién en 1944. Esto es así porque en un comienzo el “Kenyatta” luchó contra la dominación colonial británica y los abusos de los colonos blancos.
Jomo estudió en la Unión Soviética –donde viajó tres veces como invitado especial- y completó su formación intelectual y política en Londres, donde residió por 17 años (1929 a 1946) sin poder alejarse de los problemas políticos serios de su país. En 1945 Kenyatta organizó en Manchester un congreso panafricano. A fines de la década del ´40, cuando consideró terminada la etapa europea, Kenyatta decidió regresar a su patria y consideró que había llegado el momento para reclamar por la independencia.
En 1944 se había fundado el Kenyan African Union (KAU), pero –además- se proponía unificar las etnias del país. La intransigencia y la falta de comprensión política de los colonos británicos, habían exacerbado a los kenianos, quienes organizaron en la clandestinidad el grupo Mau-Mau. Éstos eran una agrupación secreta, integrada en su mayoría por jóvenes kikuyus que iniciaron una serie de homicidios y atentados contra los europeos y contra quienes colaboraban con ellos. El saldo de su accionar fueron 53 europeos y millares de africanos “colaboracionistas” muertos.
Jomo Kenyatta, públicamente, y en varias oportunidades había condenado al movimiento, por entender que ese no era el camino que los llevaría a la autodeterminación. Su discrepancia no se debía tanto a la metodología violenta por ellos emprendida, que incluso él mismo consideraba inevitable, sino a la táctica y medios utilizados en el combate.

El 20 de octubre de 1952 los británicos declararon el estado de emergencia y Jomo Kenyatta fue detenido, endilgándole la organización de la rebelión Mau-Mau, siendo condenado a siete años de trabajos forzados y posterior prisión domiciliaria de por vida.
No era cierto que Jomo Kenyatta tuviera algo que ver con el movimiento campesino de los Mau-Mau. Pero, los británicos –sin quererlo- acrecentaron su popularidad como mártir de la causa nacional.
En mayo de 1960 se creó el Kenyan African National Union (KANU) con amplia mayoría de kikuyus. Con la bandera independentista levantada, la KANU postuló a Kenyatta, aún en prisión, a la presidencia. Con la salud quebrantada por el clima inhóspito de la región donde la pasó recluido, Kenyatta fue trasladado y, ante la presión popular, fue llevado a un lugar más saludable en 1961 y, por primera vez, después de muchos años se le levantó la incomunicación.
En octubre de ese mismo año y ya en libertad, fue proclamado presidente por el Estado Unitario de Kenia por la KANU, frente a sus rivales federalistas de KADU (Unión Democrática Africana de Kenia).
Los ingleses ya estaban decididos a iniciar el proceso de la concesión de la independencia, entonces ellos mismos legalizaron y organizaron unas primeras elecciones. Una victoria electoral absoluta del KANU lo llevó al cargo de primer ministro a Jomo Kenyatta, quien obtuvo la autonomía, siendo un buen interlocutor de Gran Bretaña, en 1962, y el 12 de diciembre de 1963 nacía Kenia como Estado independiente y Jomo Kenyatta sería su primer presidente, elegido ya en elecciones independientes en 1964 y conservando el cargo hasta el día de su muerte.
Pero Kenyatta –al fin y al cabo perteneciente a la clase media, burguesa, de una comunidad agrícola tradicional- no continuó la lucha por la independencia política con intervenciones en la estructura social y política y fue condescendiente con los intereses que habían explotado su patria en el pasado.
En teoría él defendía un modelo socialista adaptado a las realidades africanas (según las propuestas de Julius Nyerere), pero, más bien, practico una política económica de corte liberal, que hizo pronunciar más las desigualdades sociales. La oposición fue reprimida y proscrita, implantándose un régimen de partido único desde 1969.
En los últimos años de su gobierno, el descontento con el régimen de Kenyatta –al que acusaban de corrupto, donde señoreaba la violencia política, además de ser arbitrario- se manifestó en huelgas y otros movimientos populares y estudiantiles de protesta. El país seguía, en gran escala, dependiente del capital y las inversiones extranjeras y el índice de desempleo aumentaba en forma creciente. Se hizo cada vez más notable el autoritarismo presidencial y el favoritismo hacia los kikuyus, que en definitiva fue la marca de caracterización de la larga presidencia del Mzee (“El Viejo”)
Kenyatta murió en Mombasa el 22 de agosto de 1978.
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