mpr21 Redacción
España ostenta el mando del sector Este, uno de los dos en los que se divide la Fuerza Provisional de Naciones Unidas en Líbano (FINUL), presente desde 1978, y encargada de controlar la frontera junto al Ejército libanés. Su objetivo formal es hacer de «interposición» entre Israel y las tropas libanesas, pero la última guerra en el sur del país ha revelado que su función era facilitar a Israel las posiciones de la resistencia.
El contingente español, compuesto por 650 soldados, se encuentra en la base Miguel de Cervantes, cerca de la localidad de Marjayún, y al mando del Cuartel General del sector Este, una especie de «sandwich» entre el territorio libanés y los altos del Golam, ocupados por Israel.
Lo cierto es que la FINUL es un mero postureo al que España contribuye activamente y que realmente no se interpone ante ninguna ofensiva sionista. De hecho, el pasado 23 de septiembre el diario libanés Al-Akhbar confirmó que el comando de la FINUL pidió a todos sus trabajadores civiles que salieran con sus familias hacia zonas seguras al norte del río Litani. Al mismo tiempo, la actividad militar de la misión fue suspendida.
El comandante de la misión de paz de la ONU en el Líbano es el general español Aroldo Lázaro, que fue designado jefe de esta misión en febrero de 2022. Desde entonces lidera un contingente de unos 10.300 cascos azules y 800 civiles procedentes de medio centenar de países, desplegados en el sur de Líbano.
La misión fue creada formalmente con el fin de garantizar el alto el fuego tras la guerra de 2006 entre el Ejército israelí y la milicia chií Hezbolá. Es la segunda vez en 16 años que España asume el mando de la FINUL, a la que se incorporó en 2006 y en la que han perdido la vida 17 militares españoles. Entre 2010 y 2012 la jefatura recayó en el general Alberto Asarta, actual diputado de Vox, partido que es el más activo en la defensa de Israel en España.
La semana pasada el ejército sionista ordenó a Irlanda que retire a sus fuerzas de paz de un puesto avanzado en la frontera con el Líbano mientras continúa su invasión del país. La solicitud se dirigió a la sede de la FINUL y a los países que aportan tropas, entre ellos España, que respondió afirmativamente acuartelando a sus soldados.
Esto significa que el área controlada por España se ha convertido en zona de combate. Desde esta zona es desde donde Israel está lanzando su poder de fuego bajo la cobertura de un histórico pacto no escrito entre Hezbollah y la FINUL, en el que la milicia se comprometía a no atacar las zonas administradas por la ONU. Lo que no contemplaba es que los territorios ocupados por las llamadas «tropas de interposición» fueran utilizados por los israelíes, lo cuál pone en la diana a las tropas españolas, que más temprano que tarde comenzarán a causar bajas.
Según explicó el medio especializado The Diplomat, el propósito de los cascos azules españoles nunca ha sido la de «interposición» entre Israel y Líbano: el objetivo de la misión UNIFIL ha sido siempre anticipar los movimientos de Hezbolá y limitar sus acciones (realizan operaciones conjuntas con Líbano para evitar el lanzamiento de cohetes a Israel). Pero este nuevo movimiento del ejército sionista convierte a las tropas españolas en carne de cañón y en su propia avanzadilla de choque.
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