AlJazeera                                                                                                                          13/12/24

Al menos 36 personas, muchas de ellas miembros de una misma familia, murieron en el ataque israelí a un refugio palestino.

Las autoridades palestinas han dicho que al menos 36 personas murieron en un ataque israelí contra el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de Gaza, mientras Israel continúa realizando ataques devastadores en toda la franja.

La Oficina de Medios del Gobierno en Gaza calificó el ataque del jueves como una “masacre bárbara y atroz”, señalando que la mayoría de los muertos pertenecían a la familia al-Sheikh Ali.

“El ejército de ocupación [israelí] sabía que se trataba de un bloque residencial con muchos edificios de apartamentos que albergaban a docenas de civiles, niños, mujeres y personas desplazadas”, afirmó la oficina.

Los médicos dijeron a la agencia de noticias Reuters que el fuego israelí alcanzó una oficina de correos en Nuseirat que albergaba a familias palestinas desplazadas, así como casas cercanas.

Las fotografías del lugar muestran a niños pequeños cubiertos de polvo y sangre entre los escombros de un edificio derrumbado.

En Gaza, no es raro que los ataques aéreos maten a numerosos miembros de una misma familia, mientras la guerra de Israel continúa en su segundo año.

En octubre de 2024, cuando se cumplía un año de la guerra, los ataques israelíes habían aniquilado por completo al menos 902 familias enteras en la Franja, según la Oficina de Medios del Gobierno en Gaza.

Durante toda la guerra, las instalaciones y edificios que albergan a familias desplazadas han sido atacados por las fuerzas israelíes, que a menudo afirman, sin apenas pruebas, que están siendo utilizados como centros de operaciones del grupo armado palestino Hamás. Las autoridades israelíes aún no han hecho comentarios sobre el ataque del jueves en Nuseirat.

Los centros de salud , los periodistas y los trabajadores humanitarios también han informado que han sido blanco persistente de las fuerzas israelíes desde que comenzaron los combates en octubre de 2023, cuando Hamás lanzó un ataque mortal contra el sur de Israel que mató a unas 1.100 personas, la mayoría de ellas civiles.

Desde entonces, los ataques israelíes han matado a más de 44.800 palestinos en Gaza, más de la mitad de ellos mujeres y niños.

El jueves, el grupo de vigilancia Airwars, que evalúa los daños causados ​​a los civiles por los ataques aéreos, publicó un informe que afirma que la campaña de Israel en Gaza fue “de lejos el conflicto más intenso, destructivo y fatal para los civiles” que jamás haya registrado.

El informe concluyó que, durante el primer mes de la guerra, el número de civiles muertos por ataques israelíes en Gaza fue casi cuatro veces mayor que el número de muertos en “cualquier conflicto que Airwars haya documentado desde su creación en 2014”, durante un período de tiempo comparable.

Los expertos y grupos de derechos humanos también dicen que el número de muertos en Gaza probablemente sea muy inferior al real, con miles más enterrados bajo montañas de escombros y los servicios de salud de la Franja luchando por mantener sus operaciones .

El ataque del jueves a Nuseirat golpeó una zona mayoritariamente residencial en uno de los ocho campos de refugiados históricos de Gaza, establecidos en 1948 después de la expulsión forzada de palestinos de áreas cercanas, a menudo llamada la Nakba o «catástrofe» .

Fue uno de los varios ataques que se produjeron en Gaza durante el día. En otro campo de refugiados, Jabalia, las fuerzas israelíes dispararon contra Saeed Jouda, un destacado médico que trabajaba en el Hospital Kamal Adwan, cuando se dirigía a atender a los pacientes. Murió como consecuencia de ello.

Se estima que 1.057 trabajadores sanitarios han muerto desde el inicio de la guerra. La Oficina de Prensa del Gobierno en Gaza también destacó las tensiones que sufre el sistema médico del enclave en sus declaraciones del jueves.

“Este último crimen coincide con el plan de la ocupación israelí de derribar el sistema de salud en la Franja de Gaza, ejerciendo una presión masiva sobre los equipos médicos”, afirmó la oficina de prensa.

“A esto se suman los continuos ataques a hospitales y centros médicos, dejándolos fuera de servicio. Además, la ocupación impide la entrada de medicamentos y suministros y equipos médicos como parte del crimen de genocidio”.