Fuente: https://elsudamericano.wordpress.com/2019/12/15/intelectuales-y-tartufos-por-julio-antono-mella/ Julio Antono Mella 15.12.19
https://elsudamericano.wordpress.com/2019/12/15/intelectuales-y-tartufos-por-julio-antono-mella/
Revista «JUVENTUD», núm. VI, marzo de 1924
Con el tiempo las grandes palabras, que expresaban grandes ideas, se han ido corrompiendo como ríos que encontrasen cerrados sus desagües propios. El torrente se convierte en pantano, la verdad en mentira, porque el torrente, como la verdad, necesita del movimiento constante, de la agitación fecunda.
Libertad. Igualdad. Fraternidad. Patria. Derecho. Son bellas palabras aún que fueron grandes ideas ayer. Hoy,libertad es el permiso de una casta a esclavizar a otras. Igualdad, el abrazo que se dan al asesinarse mutuamente los hombres en las luchas fratricidas. Fraternidad, la camaradería de los miserables esclavizados por un mismo amo.Patria, el huerto donde los pocos comen los frutos que los más cultivan. Derecho, la defensa de los más fuertes, al saciar sus apetitos.
Una nueva palabra va entrando en la clasificación anteriormente expuesta, en el rango de las palabras tambor, diríamos asi, por tener mucha sonoridad y estar vacías como los parches guerreros.
Esta palabra es: intelectual.
Al patricio inculto, al señor feroz, al clérigo taimado, al noble vanidoso, al militar fatuo, ha venido a sustituir al momento presente el intelectual rastrero. Pretende bajo un nombre, que encierra una gran idea, establecer una nueva forma de tiranía tan odiosa como la del patricio, la del señor, la del clérigo, la del noble, la del militar. Concentra en sí todos los vicios capitales de los antiguos amos, más el refinamiento de su cultura que le permite con gran hipocresía aparentar que no los tiene formando así sus legiones de prosélitos.
Ha triunfado y ocupa todos los puestos altos de la vida, no los puestos cumbres.
Una montaña es una cumbre, un carrousel es una altura.
Están en las academias, en las universidades, lo mismo entre los profesores y rectores que entre los alumnos, y en los puestos, del gobierno han encontrado su mejor habitación. Son como las pulgas en el órgano auditivo de los perros.
Intelectual es el trabajador del pensamiento. ¡El trabajador!, o sea, el único hombre que a juicio de Rodó merece la vida; es aquel que empuña la pluma para combatir las iniquidades, como otros empuñan él arado para fecundizar la tierra, o la espada para libertar a los pueblos, o los puñales para ajusticiar a los tiranos.
A los que denigran su pensamiento esclavizándolo a la ignorancia convencional, o, a la tiranía oprobiosa no debe llamárseles jamás intelectuales. Guardemos las bellas palabras, que son pocas, para las cosas grandes, que son más pocas todavía.
A los que venden las ideas como las hijas de la alegría sus cuerpos impuros, no les llamemos intelectuales, si fuesen del sexo femenino ya habríamos encontrado el epíteto; llamémosles tartufos, pero nunca intelectuales.
Intelectual fue Prometeo, tartufo Hermes. Intelectual Demóstenes, tartufo Alejandro. Intelectual Catilina, tartufo, mil veces tartufo, Cicerón. Intelectuales los poetas y filósofos e historiadores y tribunos de la Revolución Francesa, tartufos los poetas y filósofos e historiadores (tribunos no podían existir) de la época del llamado Rey Sol.
En el mes pasado dos figuras simbolizaron a los intelectuales y tartufos. A los últimos: Benavente, el arlequín comediógrafo. A los primeros: Unamuno, el gladiador de la pluma.
El autor de Los intereses creados al recibir la condecoración con que el gobierno premia su mediocridad servil, exclama: «¡No sé cómo hay quien dice que en España no hay libertad… !» Mientras tanto el ex-Rector de Salamanca, grita su palabra, a nadie se doblega, a todos ataca, se diría que su pluma quiere convertir a España en un nuevo Judío Errante, quiere hacerla caminar, para ver si de esa manera la hace vivir. Y el gobierno lo condecora con el laurel del destierro, como premio a su actividad sublime.
Uno se arrodilla al recibir la condecoración palatina, el otro se dispone a rifar su cruz de latón como quien rifase un buen ejemplar de la raza canina en una feria.
En la América, también en los últimos días, hemos visto a los intelectuales en funciones de su sacerdocio. Vasconcelos al dirigirse a los estudiantes peruanos, ridiculiza y conmueve el solio del trono capitalista del más rastacuero y sanguinario de los tiranos americanos, Leguía.
Ingenieros llama a este simio y al bisonte [1] de Venezuela; «los dos ascos de la náusea continental».
Varona, el Maestro de la juventud universitaria de Cuba, lanza su palabra condenatoria desde las páginas de nuestra revista.
Palabras que podrán ser anuladas en estos momentos; pero que la juventud sabe oír y guardar, como quien guarda un puñal en el pecho, para el «tiempo futuro que será mejor» tiempo, en que la juventud de hoy gozará el triunfo «por haber perseverado en un propósito noble y levantado».
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Nota:
1] Se refiere a Juan Vicente Gómez, tambien llamado “Juan Bizonte”
(*) Es textual: publicada en la revista Pensamiento Crítico, n° 39, pp. 39-41. La Habana. Cuba. Abril de 1970