Inicia diálogo entre Gobierno colombiano y disidencias de las antiguas FARC-EP

TeleSUR

En este primer ciclo, ambas delegaciones deben definir los asuntos que se abordarán durante los diálogos, aunque ya en reuniones previas en Venezuela acordaron que el proceso «abogará por cambios y reformas democráticas». Foto: Cancillería Venezuela


24 de junio de 2024 Hora: 12:47

El diálogo se retoma después de que se aprobara la ‘ley de paz total’ en Colombia, que pretende permitir la renegociación a quienes se salieron del acuerdo.

Representantes del Gobierno colombiano y la autodenominada «Segunda Marquetalia», disidencias de las antiguas FARC-EP dejaron abierto este lunes en Caracas, capital de Venezuela una nueva ronda de la mesa de dialogo entre ambas partes.

Las delegaciones instalaron formalmente la mesa de diálogo de paz del primer ciclo de negociaciones, que se prevé dure cinco días, en los que se abordará el desescalamiento del conflicto y las condiciones para la convivencia pacífica, entre otros asuntos.

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En una declaración conjunta, ambas delegaciones anunciaron que, a partir del martes y hasta el próximo sábado, tienen previsto desarrollar «los temas específicos de la agenda de diálogo de paz, definir los protocolos de la negociación y anunciar las primeras decisiones sobre medidas» para «contribuir a avanzar en el desescalamiento del conflicto».

El Gobierno venezolano, sede y garante de los diálogos dijo saludar «con satisfaccion el inicio del proceso de diálogos de paz entre el Gobierno de la Republica de Colombia y la Segunda Marquetalia, como parte de la politica de paz total que impulsa el Presidente Gustavo Petro Urrego».

Caracas enfatizó que «expresa su irrestricto apoyo a todas las iniciativas y acciones que conduzcan a la paz de Colombia». Saludó, asimismo, la presencia de las delegaciones de Cuba y Noruega, que junto a Venezuela participan como países garantes, así como a las instituciones acompanantes de la Mesa de Diálogo.

Venezuela en su condición de país sede de este primer ciclo de negociaciones, dijo reiterar su «compromiso de seguir trabajando vigorosamente por la reconciliacion de nuestra amada Colombia y hacer de nuestra América Latina y el Caribe un territorio de paz, unión y prosperidad».

Por su parte, el representante de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Héctor Fabio Henao, afirmó que esta mesa de diálogo es un paso importante para alcanzar la paz en el país neogranadino.

Venezuela, Cuba y Noruega, países garantes del diálogo entre el Gobierno de Colombia y la disidencia de las FARC Segunda Marquetalia, «saludaron con satisfacción el inicio de las negociaciones entre ambas partes», lo que consideran «un paso importante para lograr la paz» en el país andino.

Los tres países, así como las instituciones acompañantes -la Conferencia Episcopal colombiana y el representante especial del Secretario General de Naciones Unidas-, agradecieron «la confianza depositada» en ellos y expresaron su «compromiso con el proceso que hoy inicia y la construcción de la paz en Colombia», según una declaración conjunta, leída por Henao.

En su intervención, el jefe de la delegación de la autodenominada Segunda Marquetalia, Walter Mendoza, expresó su aspiración de que el Estado colombiano «cumpla con los acuerdos que se presentan en la mesa de dialogo que se celebra en Venezuela».

Asimismo, ratificó lo que llamó el «compromiso de la Segunda Marquetalia, para alcanzar la paz y el cese de la violencia en Colombia», incluso cuando este grupo ya formó parte de los acuerdos de paz alcanzados en 2016, en La Habana.

Por su parte, el comandante en Jefe de la Segunda Marquetalia, alias Iván Márquez reconoció los esfuerzos del presidente colombiano Gustavo Petro «para garantizar el bienestar social del pueblo», y recordó que «siempre es preciso persistir por la paz y la soberanía».

Dijo «la Segunda Marquetalia surge por la traición del Estado [colombiano] y por las conspiraciones para matarme a mí y a otros dirigentes guerrilleros», ante lo cual, expresó «habían razones para declararse en rebeldía», y aun así dijo tener «toda la voluntad para alcanzar acuerdos».

Entretanto, el consejero comisionado de Paz de Colombia, Otty Patiño, dijo confiar en la implementación de zonas fronterizas de Paz entre Venezuela y el país andino, ya que, afirmó «La paz en Colombia influye sobre Venezuela y viceversa».

Abundó que «el planteamiento con la Segunda Marquetalia es una gran innovación», refiriéndose al desescalamiento del conflicto lo cual valoró que «es mucho más sabia que los ceses al fuego».

Al cierre del acto, el canciller de Venezuela Yvan Gil enalteció «la disposición entre el Gobierno colombiano y la Segunda Marquetalia para instalar una nueva mesa de diálogo» y aseguró que «el Estado venezolano no escatimará en su disposición para alcanzar la paz en el país hermano».

Asimismo, Gil puntualizó que «el principal desafío de las delegaciones es la de sortear cualquier intento de sabotear los acuerdos de paz».

Por último valoró que «esto es posible por la disposición al diálogo entre ambos gobiernos», refiriéndose a los Gobiernos colombiano y venezolano que organizaron este proceso.

El diálogo se retoma después de que se aprobara la «ley de paz total» en Colombia, que pretende permitir la renegociación a quienes se salieron del acuerdo.

En este primer ciclo, ambas delegaciones deben definir los asuntos que se abordarán durante los diálogos, aunque ya en reuniones previas en Venezuela acordaron que el proceso «abogará por cambios y reformas democráticas para el beneficio de la población, partiendo de la construcción de paz con soluciones políticas en las que la prioridad sean los territorios».

En un comunicado, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, saludó con satisfacción el inicio del proceso de diálogos de paz, como parte de la política de paz total que impulsa el mandatario colombiano, Gustavo Petro.

El texto expresó su «irrestricto apoyo a todas las iniciativas y acciones que conduzcan a la paz de Colombia».

Reiteró asimismo su compromiso, en su condición de país sede de este primer ciclo de negociaciones, de «seguir trabajando vigorosamente por la reconciliación de nuestra amada Colombia».

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