Este artículo critica la cobertura de la realidad política de EEUU por parte de los mayores medios de información en España, que presentan la democracia de tal país como una de las más desarrolladas a nivel internacional, y que solo ahora se encuentra amenazada por las políticas del nuevo gobierno de Trump, presentándolo supuestamente como el único responsable de una de las mayores crisis políticas que EEUU haya sufrido.

El artículo detalla que Trump no es la causa, sino la consecuencia de tal crisis política que antecede a su gobierno actual. Una de las mayores causas de esta enorme crisis, ha sido la movilidad global del capital (empresas industriales y de servicios), desde finales del Siglo XX y principios del XXI, en busca de salarios muy bajos en países de bajo nivel económico, y la movilidad global del mundo del trabajo mediante el incremento de la inmigración desregulada que facilita el abaratamiento de los salarios. Estas políticas neoliberales globalizadoras han reducido enormemente la capacidad adquisitiva de la clase trabajadora (la clase mayoritaria en la población estadounidense) y ha aumentado la riqueza de la clase empresarial alcanzando una polarización sin precedentes (no solo de raza y género, sino también por clase social, de lo cual no se habla) , causa de las enormes protestas contra el gobierno federal, promotor de tales políticas, y que Trump está ahora intentando canalizar para conseguir sus propios objetivos, astutamente presentándose a sí mismo y al Partido Republicano como defensor de la clase trabajadora, lo cual no deja de ser cuestionable dadas sus políticas sociales y laborales y su escasa sensibilidad democrática. De ahí la importancia de que aparezcan movimientos anti-establishment neoliberal que hagan propuestas radicales y factibles orientadas a las clases populares y particularmente a la clase trabajadora, incluyendo aquella que ha votado a Trump.

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