Fuente: https://www.wsws.org/es/articles/2023/06/06/pers-j06.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws Arun Kumar, Patrick Martin 06.06.23
El accidente ferroviario más mortal en India en más de un cuarto de siglo ha matado a casi 300 pasajeros y dejado más de mil heridos. Es una tragedia que ha horrorizado al mundo y puesto de relieve la negligencia criminal de la infraestructura básica por parte del régimen ultraderechista del primer ministro nacionalista hindú Narendra Modi y los Gobiernos capitalistas que lo precedieron.
Tres trenes colisionaron en el distrito de Balasore, al extremo este del estado de Odisha la noche del viernes, incluyendo dos trenes de pasajeros de alta velocidad que iban en direcciones contrarias y un tren de carga lleno de mineral de hierro. La estación Bahanaga Bazar en Balasore tiene cuatro vías, dos principales y dos aleatorias a los lados. El tren Central Coromandel Express de Chennai en el sur a Howrah en el este viajaba a 128 km/h en una vía principal y el Superfast Express viajaba de Howrah a Bengaluru a 126 km/h en la otra línea principal.
Según un funcionario ferroviario, el Coromandel Express en dirección norte fue desviado de la vía principal a una aleatoria, donde colisionó con un tren de carga lleno de mineral de hierro estacionado, que “absorbió todo el impacto de la colisión al estar tan cargado”. Otro funcionario dijo que 12 de los 22 vagones del tren de pasajeros fueron descarrilados por la colisión y algunos fueron arrojados en la vía del Superfast Express que se dirigía hacia el sur e impactó con ellos antes de descarrilarse también.
Aún no se sabe por qué el tren en sentido norte fue cambiado de vía, pero la colisión está siendo atribuida a una señal incorrecta o un aparato de señalización averiado. Antes de cualquier investigación, el Gobierno de Modi sacó provecho de los reportes iniciales para culpar a los trabajadores ferroviarios a nivel local para distraer de cómo sus propias políticas contribuyeron al desastre.
Derramando lágrimas de cocodrilo ante la enorme pérdida de vidas, el primer ministro Narendra Modi se apuró para manifestar su “angustia” por el accidente. “Quienquiera que halla cometido el error, será sujeto a acciones fuertes”, declaró, dejando en claro que buscarán chivos expiatorios que castigarán para encubrir las décadas de negligencia por parte de sucesivos Gobiernos.
En realidad, la clase gobernante india y Modi como su actual representante son indiferentes a los pasajeros aplastados y desmembrados por la colisión. La mayoría eran trabajadores migrantes de los estados de Bengala Oeste, Bihar y Jharkhand que trabajaban en Chennai y regiones aledañas. Otros eran pacientes que regresaban tras recibir tratamiento en los hospitales privados del sur de India.
Los reportes describen una escena infernal con cuerpos desmembrados por doquier. Se podían ver rescatistas escalando sobre los trenes destruidos para romper las puertas y ventanas con sopletes cortadores, mientras los residentes locales intentaban liberar a cientos de pasajeros atrapados en los vagones.
Un sobreviviente del Coromandel Express, Ramesh, dijo a ABP Nadu: “Cuando ocurrió el accidente, todo el tren se sacudió y todos nos caímos. Era imposible procesar lo que ocurría. Cuando salimos del vagón, estábamos impactados al ver varios vagones descarrilados y algunos que habían colisionado con otros vagones”.
Recordando la horrible escena, Ramesh dijo que muchos quedaron atrapados entre los restos destrozados del tren. Los lugareños corrieron inmediatamente en busca de ayuda y empezaron a rescatar a la gente. Finalmente, la policía y los profesionales médicos llegaron al lugar.
El ministro de Ferrocarriles de Modi, Ashwini Vaishnaw, dijo el domingo que el motivo del accidente fue “un cambio en los enclavamientos electrónicos” utilizados para evitar colisiones y que una investigación demostraría “quién fue el responsable de ese error”. Pero las estadísticas de muertes en la red ferroviaria india demuestran que no hay ni “errores” ni “accidentes”, sino que la responsabilidad recae en los sucesivos Gobiernos.
A pesar del horrible saldo de víctimas el viernes, pero hay otras tres catástrofes ferroviarias con cifras aún mayores en la historia de India, entre ellas la de 1995, cuando murieron unas 358 personas en una colisión entre el Purushottam Express y el Kalindi Express cerca de Firozabad, en Uttar Pradesh, al norte del país.
Peor aún es la cifra diaria de víctimas mortales entre los pasajeros arrojados de los trenes, la mayoría desde los techos de los atestados vagones de pasajeros, y las personas muertas en las vías, arrolladas por trenes que circulan a gran velocidad. Según las cifras más recientes, en 2021 murieron 16.000 personas en 19.000 accidentes en el sistema ferroviario indio. Esto supone un promedio de 49 accidentes en los que mueren 45 personas cada día.
En un intento de apaciguar la creciente indignación por la negligencia oficial, Modi anunció un pago ex gratia de 200.000 rupias (2.427 dólares) para los familiares de los fallecidos y de 50.000 rupias para los heridos del Fondo Nacional de Ayuda del Primer Ministro (PMNRF, por sus siglas en inglés). Es una gota de agua en el mar para un Gobierno que gasta actualmente 6,33 billones de rupias (76.800 millones de dólares) en el ejército, el tercer mayor presupuesto de guerra del mundo, solo por detrás de Estados Unidos y China.
Aunque el Gobierno de Modi y las autoridades estatales intentan desesperadamente encubrir su propia responsabilidad, está claro que décadas de negligencia y recortes de gastos han provocado una grave erosión de las infraestructuras ferroviarias y de las medidas de seguridad necesarias.
Un informe publicado en el Hindu el 31 de mayo, solo dos días antes del accidente del viernes, cuyo titular era “El aumento de los accidentes de tren preocupa a los Ferrocarriles Indios”, afirmaba:
La Junta de Ferrocarriles abordó recientemente la cuestión de los operadores de locomotora que trabajan más horas de las prescritas, lo que pone en peligro la seguridad de las operaciones ferroviarias. Según las normas, las horas de servicio de la tripulación no pueden superar las 12 horas en ningún caso, dijo el funcionario, quien no quiso ser citado. … Preocupada por el aumento de los accidentes de tren en toda la red ferroviaria, la Junta de Ferrocarriles ha pedido que se tomen medidas urgentes para cubrir las vacantes y reducir las largas jornadas de trabajo de los operadores de locomotora.
Existen tecnologías avanzadas para evitar los “errores humanos” y los “fallos de señalización”, pero no se han implementado de forma generalizada. Los funcionarios ferroviarios han admitido que el sistema contra colisiones “Kavach” no estaba disponible en la ruta donde se produjo el accidente del viernes.
En cualquier caso, la experiencia de los trabajadores ferroviarios de muchos países es que, incluso cuando se introduce la tecnología más moderna, no se utiliza para hacer más seguro el funcionamiento del ferrocarril, sino para aumentar las ganancias de los patrones ferroviarios y sus financiadores. Este fue el propósito del Sistema de Precisión en la Programación Ferroviaria (PSR), introducido en los últimos años tanto en Estados Unidos como en Canadá, que se ha utilizado para reducir al personal ferroviario a la condición de siervos industriales, al estar obligados a estar en guardia 24/7.
La actitud del Gobierno de Modi ante la carnicería en el sistema ferroviario del país refleja la misma cínica indiferencia hacia la vida de los trabajadores pobres que ha demostrado ante la pandemia del COVID-19. Se dejó morir a millones de personas por la política criminal del régimen patronal de no aplicar las medidas sanitarias necesarias.
En todo el mundo, el impulso frenético hacia la guerra imperialista y el afán de lucro de la élite gobernante han conllevado una negligencia colosal en la construcción y el mantenimiento de infraestructuras. Esto se refleja en desastres como el accidente ferroviario de Tempi, Grecia, en el que murieron 57 personas, en su mayoría estudiantes que regresaban de sus vacaciones, y el descarrilamiento de un tren de Norfolk Southern en East Palestine, Ohio, que envenenó el aire, el agua y el suelo de una pequeña ciudad con productos químicos transportados en los vagones cisterna del tren.
En India, donde los ferrocarriles son propiedad del Estado, se da el mismo proceso. El Gobierno de Modi ignora los servicios públicos, que son cruciales para millones de trabajadores y pobres de las zonas rurales: el sistema ferroviario transporta la asombrosa cifra de 8.400 millones de pasajeros por año. Mientras tanto, el Gobierno ha estado derrochado enormes cantidades de dinero en armamento militar, incluyendo drones altamente sofisticados, aviones de guerra, tanques, misiles y armas nucleares, ya que se ha unido al imperialismo estadounidense en su campaña de guerra contra China.
Todos los principales partidos burgueses de la India comparten la responsabilidad de este programa de militarismo y guerra contra la clase obrera nacional. El Partido del Congreso, actualmente en la oposición, ha gobernado el país por la mayor parte del tiempo desde la independencia en 1947, y ha ignorado de igual forma la seguridad básica del sistema ferroviario indio.
El Partido Comunista de India (Marxista) o CPM, por sus siglas en inglés, de tendencia estalinista, pronunció una crítica moderada a la negligencia hacia la seguridad en los trenes, pero ha apuntalado los mandatos del Partido del Congreso y las coaliciones que no incluían al BJP por tres décadas, siendo en parte responsable del desastre. Los estalinistas son defensores tan férreos del capitalismo indio como el Partido del Congreso y el BJP.
El último desastre ferroviario subraya la necesidad de una lucha política por el socialismo que anteponga las vidas y las necesidades sociales urgentes de los trabajadores al afán de lucro. Esto exige intensificar la lucha por esclarecer las cuestiones políticas principales que enfrenta la gran clase obrera india y construir una alternativa revolucionaria, una sección del Comité Internacional de la Cuarta Internacional.
(Publicado originalmente en inglés el 4 de junio de 2023)