Fuente: https://www.telesurtv.net/bloggers/El-Coronavirus-en-Honduras-Emergencia-y-Continuismo-Se-mezclan-20200416-0001.html?utm_source=planisys&utm_medium=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_campaign=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_content=37 Ricardo Arturo Salgado Bonilla 16 abril 2020
Un mes después de que aparecieran los primeros casos de COVID 19, priva un escenario de terror masivo, desinformación y manipulación. De hecho, el régimen dispuso desde el primer momento de una estrategia de comunicación (antes que una para enfrentar la crisis). Esa estrategia manda que el dictador solo anuncie “buenas noticias”, y que el conteo de tragedias quede a cargo de personajes secundarias. En este caso, el medico que ahora hace grandes esfuerzos para convertirse en animador de TV en cada Cadena Nacional.
No puedo hablar sobre temas médicos (al menos no mas que el resto de ciudadanos). Si se que los modelos matemáticos, suelen ser bastante precisos, y dependen de los datos con que son alimentados. Si la calidad de los datos es buena, esos modelos son poderosas herramientas para la toma de decisiones. En Honduras, son los médicos los que se han dedicado a aplicar ciencia a la toma de decisiones din tener opción de decidir nada. El problema es saber las intenciones de la dictadura.
Debemos admitir, como ya lo menciono un medico local, esta enfermedad es nueva, y el conocimiento sobre la misma es aun escaso, y no hay datos suficientes sobre los detalles de su comportamiento. Si es interesante que los países mas afectados sean los mas industrializados, y que el brote se ha dado en el invierno. Existe el factor de radiación ultravioleta del sol, que es enemiga letal de todos los virus. Sin embargo, no podemos generalizar, partiendo del caso de Guayaquil, que tiene un clima tropical.
Todos estos temas están vinculados al tema de la emergencia. Sin embargo, los hechos, todo lo que ha actuado el régimen, parece dirigido a usar la emergencia para fines diferentes a la salud de los hondureños. Iniciemos por el confinamiento obligatorio, con flexibilizaciones definidas por la Seguridad del Estado, parece mas un ensayo de control social, que un ejercicio de salubridad.
El país se encuentra militarizado, en estado de excepción, y no son los especialistas quienes dirigen un plan contra la propagación del virus. La situación ha presentado una oportunidad dorada para fortalecer el autoritarismo, y extender el control de las elites sobre los factores de la economía que aun no se encuentran bajo su dominio.
Las leyes aprobadas están dirigidas a la privatización masiva de las tierras en favor del capital especulativo. Simplemente, los campesinos no podrán con la carga financiera de los famosos créditos blandos, y simplemente, estaremos frente a la expropiación masiva de tierras. Todo indica que también apuntan a la privatización completa del sector salud, que luce desbordado, justo antes de que llegue lo peor.
Igual ruta esta establecida para el sector telecomunicaciones, cuyo manejo ha quedado en manos de CONATEL (exacto esa donde esta el expresidente del TSE), para otorgar concesiones, extenderlas, etcétera. Este es un proyecto de saqueo masivo, cuyos resultados son incalculables, aun por aquellos apóstoles del monetarismo, que aun buscan la formula de mantener las cadenas.
El manejo de la crisis tiene dos partes: la del terror masivo, manteniendo a la gente en vilo sobre si la enfermedad avanza o no, dándole señales cruzadas. Un día la pandemia, es noticia, pero ocultan los muertos, aunque se las arreglan para crear la duda en todos sobre el hecho de que hay muchos mas de los que el régimen admite. Esto no es ocultamiento de información; es manipulación deliberada para mantener el shock. La corrupción aflora, pero, esta vez, misteriosamente, se revela con gran rapidez, y la fuente es la mismísima administración pública. Difícil creer que esos números torcidos fueran publicados por error.
La otra parte de la estrategia, es no dar ningún alivio a la mayoría de la población. Aunque el régimen sabe que tanto los asalariados del sector formal, como las personas del sector informal, están en gran endeudamiento, desde mucho antes de que llegara la pandemia. El pagar alquileres, telefonía, celular, servicios básicos, etcétera, corta drásticamente su resiliencia frente a las medidas. La dictadura tiene ciertamente la disposición de enfrentar violentamente cualquier brote de convulsión social, para eso si está bien preparado.
Por ahora, el aislamiento ha permitido al régimen calcular todas sus capacidades logísticas para un escenario de guerra, no de pandemia. Control económico del país por las elites y sometimiento total de la población, inmovilizada entre el miedo y el hambre, incapaz de moverse a la organización. Aquí queda a la vista el bajo desarrollo informático al que tiene acceso nuestra población, que utiliza las redes para expresar su histeria, pero no para organizarse.
El otro asunto importante, es que, con la cuarentena, la dictadura ha logrado confinar a su oposición. Siendo que los partidos políticos son instituciones electorales, no políticas, su capacidad de acción se encuentra literalmente desmantelada. Los sectores sociales se han portado mas bien tímido, reprochando, como hace mucho rato, sin éxito, la corrupción, dejando de lado la inminente imposición de un continuismo basado absolutamente en la fuerza, bajo un estado de emergencia justificado mundialmente.
Juan Orlando Hernández anda en franca campaña política para continuar en la presidencia. Puede ser con elecciones o sin ellas. Esta claro que, en este momento, la mayoría piensa que “no es momento para hacer política”, una posición ingenua y conveniente a la dictadura. Nótese que las ambiciones de otros miembros del bipartidismo, pasan a segundo plano. De hecho, la democracia liberal, será la primera víctima de la pandemia. Por esa razón, el Congreso Nacional, deja de lado cualquier ambición electoral, y se alinea en el propósito de aislar y confinar la oposición.
Si somos coherentes, veremos que la denuncia de corrupción a lo largo de esta década ha servido para que el régimen gane “inmunidad de rebaño”. Cada día hay mas denuncias, y el impacto de las mismas es cada vez menos relevantes. La otra cosa notable es que los reportes de la corrupción han sido filtrados, de forma dosificada, por la misma inteligencia de los militares. El resultado es que la gente ha volcado su protesta contra la corrupción, mientras era desmantelado el sistema de salud pública, se privatizaban todos los bienes del estado, y la desigualdad descarnada quedaba como algo natural.
El confinamiento de la oposición ha sido mas evidente con el “apagón” mediático sobre las propuestas emanadas de los partidos, especialmente la de LIBRE, que es ahogada en el medio de un montón de discusiones irrelevantes provocadas bajo las ordenes de los especialistas en propaganda que ahora llevan la dirección del país.
También parece confinado el pensamiento de los académicos, y solo los que le sirven al régimen opinan. Formalmente nadie hace un examen sistemático de los cambios políticos que se están produciendo, y que nos afectaran de forma aun mas dramática que el Golpe de Estado de 2009 o los fraudes electorales.
En definitiva, lo que esta claro es que la dictadura no esta interesada ni en salvar vidas ni empleos, Las muertes por el COVID 19 es un precio que esta dispuesto a pagar. Su preocupación esta en controlar las masas en su descontento. Los supervivientes no tendrán ningún alivio del régimen. Mientras, al encierro, se le suma la angustia de las llamadas de los cobradores de las transnacionales y los bancos, que también dejara una marca en nuestra moral.
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