Fuente: https://www.alasbarricadas.org/noticias/node/44124 Lun, 06/07/2020 – 11:50
Os dejo una pequeña conversación que he tenido con un grupo de solidarias en tiempo de coronavirus, en su mayor parte mujeres hijas del cortisol. El cortisol es una hormona que se libera ante el estrés, y la adrenalina ante el peligro, y estas mujeres tienen mucho cortisol y mucha adrenalina. La que lleva la voz cantante es la Cuquita (nombre real), así que lo he puesto en primera persona.
Relato
Que contemos para alasbarricadas, claro. Os describo el barrio por encima. Barrio obrero, castigado por la heroína y el urbanismo franquista, con bloques de cuatro plantas sin ascensor, donde hoy día habitan migrantes, ancianos solitarios, precarios, mientras los autóctonos má afortunados migran unos cientos de metros más arriba, a pisos más caros pero igualmente cutres. Llega la pandemia. Declaran el Estado de Alarma.
Resultado: impacto brutal completo en familias que cobran salario social, que complementan en negro. Gente de la Sumergida que se queda sin nada. Ancianos solos sin poder recibir ayuda ni llevar carrito de la compra ni supervisión familiar o de trabajo social. Falta de acceso e inequidad a recursos de asistencia social, psicológica, laboral… Brecha social y digital galopante. Niños sin ordenador a los que les mandan montañas de deberes. Padres y madres volviendo a estudiar la ESO. Los Trabajadores Sociales, ni saben ni contestan. Suspenden todas las citas, las evaluaciones, el Ayuntamiento ni se sabe, los teléfonos no se cogen y el sueldo se lo mandan a casa.
Así que se inicia el conato de organización solidaria. Los voluntarios/as: poquísimos. Gente que sepa hacer la o con un canuto, mínima. Me refiero a que nadie sabe resolver problemas. Años de delegación en partidos tienen este resultado. ¿Cómo contactan las primeras familias en situaciones delicadas con nosotros? Pues nos las derivan organizaciones de las que surgieron cuando el 15-M, o gente del barrio que saben que «nos ocupamos» de eso, ya que pusimos carteles con teléfonos de contacto. Y nos cayó el Diluvio. Porque resulta que el Banco de Alimentos del OPUS está en el centro, lo cual implica 2,40 € de autobús… ¿Cómo va un viejo? ¿Cómo se apaña una madre con tres niños? ¿Se ponen a hacer colas bajo el sol de tres horas? ¿Y que te vean tus vecinas? Luego hay ONGs que te cobran una cuota de veinte o treinta euros por entregar la comida que les da el Banco de Alimentos gratis. Por la gestión, creo. No pongas esto del final que se cabrean.
Así que agotamiento semanal para conseguir juntar al menos para 200 familias, lo cual supone, mínimo, 960 litros de leche y casi 1000 pavos en frescos y otros casi 1000 entre legumbres y desayunos. El lunes si hay pasta vamos comprando a la frutería de barrio donde vamos encargando graneles de legumbres y kilos y kilos de fruta y verdura fresca. La espalda reventada. Martes y jueves se reparte, miércoles también, nunca paseos en vacío y recorrer cestas solidarias de negocios barriales a ver si cayó algo o no. Mirar la lista de familias y ¡horror! con cuantos kilos de arroz largo, legumbres, medias de huevos, pepinos, pimientos y hostias en vinagre, pañales, toallitas, etc., hacen falta para la semana y a lo largo de la misma, agotarte en muchas ocasiones pa conseguirlo. Estar con las ancianas era importante, porque mucha gente mayor estaba aterrorizada, pensando que iba a morir sola, sin atreverse a asomar la nariz… Ah, los martes suele llegar Cáritas en coche con mucha leche, y a veces pañales, a veces tomates, te lo sueltan y arreando.
Recursos: donaciones particulares, alguno puso hasta 700 pavos, fondo de Resistencia de los Inútiles: dan ayuda psicológica y consejos en vez de alimentaria a gente joía, paternalismo burgués de bobos de Pudrimos que dejan 20€ en una frutería pagada sin pensar en que hay que recogerla y repartirla, menos da una piedra, (¡ESO MEJOR NO LO PONGAS, QUE ERES UN CABRÓN!), más señoras anónimas sensibilizadas con temas migratorios que dejan pasta en donde hace falta sin que nadie sepa. Más los sablazos a comerciantes.
Repartir en Estado de Alarma. Eso afectaba al principio, cuando quienes se dicen de la Idea no eran capaces de cruzar mil quinientos metros para arrimar comida al hambriento, por estar acojonados. Pues no nos pillaron nunca. No recibimos multas, pero los «voluntarios» sí que andaban apollardados y ni para portes en coches. Valientes ilegalistas. Tenías que sacarlos a rastras, iban mirando para todas partes como si nos fuera a embestir un rinoceronte… Agotador. ¡No pongas eso! Luego te vas acostumbrando a dar la brasa. No había mascarillas, nos las cosieron mujeres solidarias. Trajes bacteriológicos para las visitas a los ancianos también caseros. Guantes desinfectados con lejía una y otra vez. Limpieza de picaportes. Limpieza de todo. Hasta los ajos limpiábamos si sospechbamos. Y acompañamiento de ancianos. No se contagió nadie. Ni uno de los que atendimos. Y la gente que atendía a los viejos de servicios sociales o de la iglesia, desaparecidos por miedo a contagiarse. A nosotros no nos pasó nada teniendo precauciones. Mascarillas lavables y cambiándolas cada vez… Eso sí, alucinaciones por la lejía, que se te mete en los sesos.
Lo bueno era que los Policías estaban desaparecidos prácticamente todo el Estado de Alarma. Ponían controles quince minutos y se iban. Salir del coche esa peña uniformada, para nada. A las 20.00h no se les veía la nariz. Sólo en las últimas 3-4 semanas dando por culo a chavales pidiendo papeles. En cambio se la suda peña pedo en audis. Policías sí, dando por saco a gente con perros, o menores migrantes cuando la Fase III panchamente separados tres metros en un parque… Siendo migrantes… ¡Zaka, a dar por saco!
En cuanto a propaganda: dinamizar estúpidas redes sociales, leer comentarios despreciables de peña que no muev el culo, desesperar, bloquear, bloquear, bloquear, y seguir pensando… Lo de los comentarios era muy, muy penoso. Y las soluciones gubernativas, como la renta mínima… ¡Jajajajajaja! Es una risa nerviosa, explícalo. Explica cómo pedirla y lo que te dan, y cuándo llegará.
Resultados. Puff. Pos muchas familias migrantes con peques en primaria dejaron de pagar 10€/semana en fotocopias pal cole porque se las conseguimos gratis, no tuvieron que hacer deberes en el nokia, los niños del vecindario no iban cagaos, muchos contactos y mucho compartir el pan con los que nada tienen, bastante más agradable y llevadero que intentar explicarle a la «izquierda» porqué hace falta champú del pelo. A muchos se les consiguió asesorar en procesos administrativos de regularización, les conseguimos mascarillas solidarias de paño quirúrgico de buenas relavables incluso en el puto primer mes cuando no había de nada, ya en segunda fase conseguimos hasta las infantiles. Asesorías de alquiler y subarrendamiento, meter papelones horribles porque las TS no contestaban, inventar para padres con papeles y niños sin papeles a los que había que solicitar ayudas… Lo normal que te encuentras en un barrio obrero. En fin. Magia. Acariciamos perros, encantamos niños, llevamos gusanitos a todos ellos… Cuando te relacionas en este ambiente… No prefiero otra compañía, volver al mundo real es una locura.
Lección: Si queréis destruir el Estado salid a la calle, que sólo se destruye lo que se sustituye. Ponlo todo bonito y queremos leerlo antes de publicarlo, que sabemos que eres un mariconazo (1).
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NOTA: (1) Lo sé lo sé