La experiencia de pasadas intervenciones de la ONU en Haití fue un desastre. De 2004 a 2017, la ONU desplegó más de 11.000 efectivos de los llamados «fuerzas de paz», lo que resultó en graves violaciones de derechos humanos y actos de corrupción, y sólo contribuyó a profundizar la violencia y la inestabilidad en el país.

En lugar de gastar 200 millones de dólares en una intervención militar, pedimos a Estados Unidos que redirija esos fondos hacia reparaciones, para reparar el daño a Haití, que ha sufrido durante muchos años la ocupación extranjera. En lugar de enviar tropas armadas, estos fondos pueden mitigar los problemas reales que enfrenta Haití, como la inseguridad alimentaria, la falta de atención médica y de acceso a la educación.

Entregaremos esta petición al Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara del Congreso de Estados Unidos, para rechazar esta nueva injerencia y mayor militarización en Haití.