Fuente: http://loquesomos.org/hacia-un-capitalismo-autoritario/ Marta Haserrea
Marta Haserrea. LQS. Abril 2020
Aplicaciones de control en sus móviles, muestre su identificación, ¡renuncie a sus libertades por un bien superior! Sea, por su bien se lo decimos, un buen español…
Dice la OMS que las causas de mortalidad del nuevo coronavirus son la vejez, la inmunodeficiencia y la pobreza, en ese orden. Además, un número (indeterminado, que debería dejar de serlo) de las muertes son consecuencia de la desatención médica debido al desborde de los servicios sanitarios. Canalla el virus que viene a atacar a los ya atacados, a los ya desatendidos, se llama COVID-19, pero bien podría llamarse Fondo Monetario Internacional.
Miserables, hasta sádicos, todos esos políticos, la derecha criminal, que han privatizado y recortado, burlándose de las trabajadoras de lo público, haciendo de todo ello su seña de identidad y ahora cargan contra el gobierno sin el menor pudor ni vergüenza.
Miserables los que les han votado y ahora culpan sólo al gobierno de ser responsable de la incapacidad de los servicios públicos, como si ellos no fueran también culpables de dejarse arrastrar por ese mito de la libertad neoliberal.
Nos llenan las calles de militares, de policía, como si un Estado Fuerte lo constituyera un ejército y no su Sociedad. Maquillan, distorsionan, el trágico resultado del desmontaje del Estado de Bienestar con propaganda militar. Si no hay médicos, material, respiradores, ¡¡no sufras!!, ¡contempla con orgullo patrio a los cuerpos de seguridad! Desfiles y uniformes, multas, muchas multas, abuso policial. ¡¡Ciudadano, denuncie a sus vecinos!! Aplauda, aplauda a las trabajadoras que enviamos a sacrificar, no porque no merezcan aplausos, sino porque si les dicen “héroes”, lo de “explotadas y precarias” ya nadie lo oirá. Aplauda al rey, felicite a don Amancio, que tributar no tributarán, pero que por cada diez respiradores que te roban, te regalan una limosna que adorna una barbaridad, que asesinan niños en Yemen, explotan y esclavizan niñas en Pakistán, pero, ¡qué alto dejan a España en sus reuniones financieras de sociedad! No se mueva, no se infecte, ¡salvo si se lo exige el patrón! No pise la calle, ¡insurrecto!, pero rebosen el metro, amontónense por el IBEX, que a ese no se le puede enchufar a ningún respirador. Aplicaciones de control en sus móviles, muestre su identificación, ¡renuncie a sus libertades por un bien superior! Sea, por su bien se lo decimos, un buen español.
Inútiles, nuevamente hooligans de la necedad, los que siguen defendiendo a capa y espada a un gobierno que poco hace por defender a nuestra clase social, que no tiene el valor de intervenir hospitales privados (actualmente sólo el 20% de la sanidad privada está al servicio público y se desconocen las condiciones de la cesión), que no tiene el coraje de deshacer los recortes en Sanidad y reequipar plantas hospitalarias clausuradas y se dedican a montar tienditas de campaña, sobre todo por adornar, que no se atreve a intervenir industrias y fábricas y ponerlas a trabajar al servicio social, que se dedican a cambio a agradecer a la patronal sus “favores” y apelan a la “buena voluntad”. Eso NUNCA fue el socialismo. Un gobierno que toma unas medidas que nada van a hacer por evitar que la recesión económica, que ya ha empezado, la paguemos nuevamente los de siempre, la Clase Trabajadora.
Esta “mala racha” no es una crisis capitalista más. Pareciera leyendo a algunos estos días que este “contratiempo” es, solo, una “reforma laboral” con otra crisis socioeconómica más. Yo no puedo dejar de pensar que en estos muertos hay un punto de inflexión, que, si la economía se resiente, lo hace aún más, irreversiblemente, la Sociedad, que es la propia Biología la que ha venido a mostrar que la perdurabilidad en el planeta, nuestra existencia, es también una Cuestión de Clase.
“Todos somos soldados”, nos dicen, sin ocultar siquiera que necesitan recurrir a la cultura de la Guerra para salir airosos de este desborde sin igual, que esta no es una crisis dentro del capitalismo, sino una crisis del capitalismo como tal.
El foco mediático siguió el recorrido de la pandemia desde China, seguido de Irán, luego Italia, España y Estados Unidos. Estados colapsados sobre una situación que ya estaba de por sí acelerada y desgastada NO es un escenario casual. Es el desnudo del “primer mundo”, se cierran fronteras en el sentido inverso al habitual, el orden establecido se desvanece, no lo pueden parar. Hay más que lucha de clases en todo esto, hay un conflicto de intereses entre facciones de la burguesía internacional, es decir, otra nueva, nos lo vienen ya rato diciendo, “Guerra Mundial”. La economía de posguerra no implica solo precariedad para la mayoría social, implica también reordenación del mapa geoestratégico, otro organigrama de los dueños del Capital, otra manera de Control Social.
Las palabras del presidente español implorando “un nuevo plan marshall de reconstrucción económica tras esta nueva guerra mundial” son una llamada desesperada que, “de no ser atendida, visibilizará la inutilidad de la unión europea”. Todavía hay quien piensa que la cuarentena pasará y que volveremos a nuestras vidas con normalidad. No se encierra y se detiene el mundo, como bajo un bombardeo, para retomar la Historia en el punto en el que se quedó. ¿Memorándum? ¿La Unión Europea en descomposición formal? ¿Partición oficial de la Europa del Norte y del Sur? Porque reconozcámoslo, partida, de facto, ya lo está. ¿China adelanta a EEUU? ¡Oh!, ¿quién ganará? Y…¿nuestro Estado de Bienestar?, sí, ese que se desvanece como ceniza desde la caída del Muro, ¿será esto la puntilla definitiva para darlo por terminado? ¿Qué falta le hace a la burguesía ya?
Nos equivocamos en la Izquierda si creemos que podemos permitirnos, también esta vez, igual que todas las demás, limitarnos a negociar ERTES, denunciar despidos, hablar de falta de financiación pública, de crisis de cuidados, de ausencia de protección social. Tenemos mucho más como tarea, mucho más.
Extractivismo, calentamiento global, exterminio de Pueblos Originarios, basura nuclear, ganadería intensiva, transgénicos y monopolio, gases de efecto invernadero, contaminación química, racismo estructural, te matan por ser mujer, fosas comunes para inmigrantes en el mar, vacunas (¡de pago!), tests (¡sólo para población exclusiva!), familias sin ningún ingreso (ya de antes y ahora más), el alquiler sin pagar, te sacan de tu tierra, te desahucian de tu hogar, cuarentena en favelas infestas, el Abuelo en alpargatas tiene que salir a robar, Genocidio de Clase, Colapso Global.
Pocas veces fue tan necesario poner en práctica que Nuestra Clase Social tiene en su seno dar la vuelta al proceso de Destrucción de la Humanidad. Lo que está en cuestión no es solo la economía, es la relación con el planeta, y con Nosotras mismas, nuestra propia condición biológica, nuestra Subsistencia más allá. Ser Anticapitalista es más que nunca una necesidad, no una alternativa.
“El viejo mundo se muere, el nuevo tarda en aparecer, y en ese claroscuro surgen los monstruos”. Gramsci no dijo que los monstruos pudieran matarnos de neumonía, pero, o planteamos esta crisis histórica como lo que es, una crisis del capitalismo en su globalidad, o el único Nuevo Mundo posible será un Capitalismo aún más Autoritario, un Capitalismo Regenerado con un mayor grado de Control Social.
Y mientras se reparten los beneficios de otra nueva victoria, te harán creer que te vigilan por tu Seguridad.
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