Este próximo sábado en Xixón una nueva manifestación tomará las calles para exigir la libertad de las condenadas de ‘Las 6 de La Suiza’ y para defender los derechos sindicales de tod@s
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Manifestarse en la calle, repartir octavillas y compartir alegatos con un megáfono, hechos que se pueden circunscribir al desarrollo de una normal y habitual acción sindical, acaban siendo brutalmente penalizadas por un Juzgado de lo Penal xixonés y ratificadas por el Tribunal Supremo
“…El Juzgado de 1ª Instancia de Gijón condena a tres años y medio de prisión a siete de los sindicalistas por delitos de coacciones y obstrucción a la justicia, y una indemnización de más de 150.000 euros a la empresa…”
Este caso confirma la progresiva regresión en derechos y libertades más básicas que estamos viviendo por todo el estado español. Yo sólo es un tema sindical, va contra la legítima protesta social o la libertad de expresión.
Nuestro compañero Francisco Javier Rodríguez Amorín ha conversado con ‘Las 6 de La Suiza’, a pocos días de la nueva marcha solidaria de Xixón:
“Este verano la CNT ha conseguido algo histórico de tanto valor como la unidad sindical, que se materializará el 28 de septiembre en la manifestación que tendrá lugar en Xixón. Desde la UGT hasta Solidaridad Obrera, pasando por los sindicatos de Euskal Herría y Catalunya, todos los sindicatos se han unido para plantar cara a esta sentencia y a sus consecuencias…”
¿Quiénes son las 6? Queremos saber algo sobre ellas
Somos seis personas, 5 mujeres y un hombre, condenadas a 3 años y medio de prisión y a 130.000€ de indemnización por unos hechos acaecidos hace más de 7 años. No hay nada especial en nosotras, somos como cualquier persona de nuestra edad que comparta una visión del mundo y de cómo posicionarse ante él. Trabajamos, estudiamos, tenemos proyectos de vida en conjunto, algunas hemos tenido criaturas…
¿Qué implica la sentencia del Tribunal Supremo? ¿Hay recurso posible? ¿En qué momento se encuentra el proceso?
La ratificación del Tribunal Supremo implica que la condena es firme, por lo que se abre paso al procedimiento de ejecución de la misma. Esto no es óbice para que sigamos planteando la lucha en los juzgados. Ahora toca plantear recurso al Tribunal Constitucional y, si no obtuviéramos una respuesta positiva, al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Os condenan a tres años y medio de cárcel y a pagar una indemnización de más de 130.000 euros. ¿Cómo valoras la condena?
Nos llama poderosamente la atención cómo dedica un párrafo a excusarse diciendo que los hechos juzgados no se corresponden con una acción sindical para, a continuación, pasar a relatar hechos exclusivamente sindicales y terminar condenando subsidiariamente a un sindicato. Es llamativa también la cifra de indemnización en concepto de “daños morales” y cómo extiende estos no sólo al empresario, sino a toda su familia. Animamos a hacer un ejercicio comparando esta con otras sentencias en las que los daños morales fueron inequívocamente más graves.
¿Cuál es la situación familiar en la que quedan si entran en prisión?
Algunas compañeras tienen hijos menores; todas tenemos pareja, proyectos de vida en común y familiares que nos preocupa dejar solas fuera.
¿Qué implicaciones crees que tiene esta sentencia para el conjunto del movimiento obrero y de la clase trabajadora?
Han abierto una nueva línea de interpretación en la que se obvia el contexto sindical o social de los hechos. Es como si se condenara por secuestro a un empresario que obliga a hacer horas extras a sus empleadas, o por coacciones a un casero que te pretende subir el alquiler. Sospechamos que se aplicará a cualquier colectivo que proteste por cualquier motivo que no sea del agrado de los poderosos.
¿Crees que el caso se hubiera desarrollado de la misma manera si en lugar de CNT se tratase de otro sindicato? ¿Los métodos del sindicalismo combativo resultan más molestos que la manera de proceder habitual desde la burocracia de los grandes sindicatos?
No creemos que se ataque a la CNT por el mero hecho de ser la CNT, sino por una práctica concreta de movilizaciones, llevadas a cabo por y para las personas afectadas, para defender los derechos en un sector desprotegido como es el de la hostelería. Cualquier otra organización que hubiera adoptado estas tácticas con éxito -que son inherentes al sindicato, pero no exclusivas- habría afrontado las mismas consecuencias.
¿La CNT se ha enfrentado anteriormente a situaciones parecidas, o este ataque a la libertad sindical marca un cambio?
La CNT, y otras muchas organizaciones, han vivido montajes jurídico policiales desde que el movimiento obrero existe. Sin embargo, sí que percibimos un salto cualitativo: A diferencia de otros casos en el pasado, en este no hay una discrepancia sobre lo que dicen que hicimos y lo que hicimos. La sentencia reconoce que lo que se llevó a cabo fueron manifestaciones pacíficas y negociaciones con la empresa. Lo que cambia es el marco de interpretación de estos hechos, en el que se obvia que es un conflicto sindical y se nos juzga como si fuésemos una organización criminal que hiciéramos esto por motivos personales. A pesar de esta interpretación, la misma sentencia acaba condenando a la CNT subsidiariamente. Es decir, que en primer lugar aclara que no está juzgando acción sindical, pero acaba condenando a un sindicato.
Os condenó un juez poco amigo de sindicalistas e insumisos a la mili. ¿Es momento de hacer campaña contra una justicia y unos juristas poco sociales y poco justos?
Nunca ha dejado de ser el momento; hay casos, como este, que alcanzan más relevancia mediática -por ser especialmente sangrantes-, pero injusticias como esta se cometen a diario a lo largo y ancho de los juzgados de todo el mundo. Deberíamos estar trabajando en alternativas al punitivismo, que sean, por un lado, eficaces y sobre todo, que atiendan realmente a las necesidades de las personas que se ven involucradas en conflictos.
¿Sentís indefensión ante la justicia?
Obviamente, sí. Pero tampoco es algo que nos sorprenda demasiado. Sabemos que, cuando es necesario, la justicia pasa de cumplir un papel de regulación de la convivencia más o menos predecible a uno de corrección punitivista de comportamientos no deseados por las élites. Cuando esto pasa, la justicia se convierte en un pretexto que da apariencia de legalidad a unos fines que están marcados en la agenda oculta.
¿Cómo valoráis el apoyo social?
Es impresionante. Sin él, no podríamos haber enfrentado estos largos 7 años de proceso ni lo que nos queda por vivir. Y es precisamente esta respuesta social, la de la solidaridad, la que contrarresta los efectos de la represión y nos ayuda a, sabiéndonos arropadas, mantenernos firmes en nuestros principios y asumir las consecuencias que han previsto para nosotras.
¿Tenéis pensada alguna iniciativa para ampliar la solidaridad y frenar este ataque al conjunto de la clase trabajadora?
Ya las hay; por un lado, este verano la CNT ha conseguido algo histórico de tanto valor como la unidad sindical, que se materializará el 28 de septiembre en la manifestación que tendrá lugar en Xixón. Desde la UGT hasta Solidaridad Obrera, pasando por los sindicatos de Euskal Herría y Catalunya, todos los sindicatos se han unido para plantar cara a esta sentencia y a sus consecuencias.
Además, en el ámbito jurídico, se ha creado la plataforma Abogacía en defensa de la acción sindical, en el que un grupo de juristas analizan el caso y las respuestas desde el mundo jurídico.
A nivel territorial, en Asturies, se ha conformado el grupo de sofitu (en asturiano, apoyo) a las 6 de La Suiza, que ha conseguido unir a cientos de personas de diferentes sensibilidades y tradiciones políticas para darnos apoyo, cuidarnos y defendernos de los ataques sufridos.
#6DeLaSuizaLLIBERTÁ #CompañeresNunTaisSoles #FacerSindicalismuNunYeDelitu
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