Fuente: https://www.afribuku.com/ha-llegado-el-momento-de-abandonar-la-descolonizacion/ Anye-Nkenti Nyamnjoh* 18 ENERO, 2023
La descolonización se ha convertido en una palabra de moda acrítica y condescendiente utilizada para controlar lo que significa ser africano, argumenta un nuevo y agudo libro.//
La descolonización, como proyecto intelectual, ¿perjudica a los estudios sobre África? ¿Debería abandonarse? Según Olúfẹ́mi Táíwò, la respuesta a ambas preguntas es afirmativa. En su libro Against Decolonisation: Taking African Agency Seriously (Hurst/African Arguments, 2022), el filósofo sostiene que deberíamos limitar nuestro uso de «descolonización» a lo que él considera su significado original —y mucho más claramente delimitado—: el autogobierno en política y en la economía.
Cuando la idea de «descolonización» se convierte en omnipresente y se aplica a todas las ideas -desde la filosofía a la literatura, pasando por la teoría política-, esta corriente no se toma en serio la capacidad de acción africana, argumenta Táíwò. Atrapa inútilmente a los intelectuales en nociones de autenticidad, nativismo y atavismo. Esta versión de la «descolonización«, afirma, es una especie de xenofobia intelectual. Hace de su misión la purga de cualquier idea de procedencia extranjera; «cualquier cosa que esté presente mientras duró el colonialismo está irremediablemente mancillada por la huella colonial y, por tanto, no puede tener cabida en el mundo más allá del colonialismo». Un proyecto así pone al colonialismo en un pedestal. Convierte unas pocas décadas de la historia africana en un poderoso indicador supremo, la lente a través de la cual se ve toda la vida poscolonial.
Este enfoque erróneo, según Táíwò, infla la importancia del colonialismo de dos maneras. En primer lugar, no distingue entre los cambios que formaban parte del proyecto colonial y los que fueron meramente fortuitos. En segundo lugar, socava la capacidad de acción africana al descartar la capacidad de los africanos para asimilar y apropiarse de las ideas. Presupone con condescendencia que si los africanos ven valor en el pensamiento extranjero, debe ser porque sus mentes siguen colonizadas. Gran parte de la frustración de Táíwò proviene del modo en que ciertas narrativas de la descolonización convierten a los africanos en «subalternos permanentes» a los que se les prohíbe apropiarse y domesticar ideas de otras partes del mundo, como han hecho los humanos desde tiempos inmemoriales.
Otros teóricos se han hecho eco de las intervenciones críticas de Táíwò en Against Decolonisation. En Sudáfrica, donde se habla mucho de descolonización, Jonathan Jansen ha cuestionado la tendencia a tratar a África y al Sur Global como intrínsecamente periféricos. Utiliza la idea de distintos «regímenes de conocimiento» —de los que el colonialismo es uno de tantos— para advertir de la reducción de problemas complejos a una única fuente. Los debates en el seno de la teoría del Sur también ponen en entredicho la narrativa de un Norte global omnipotente y un Sur global impotente al ofrecer descripciones detalladas de cómo se ejerce la capacidad de acción en una economía global del conocimiento desigual.
El filósofo Paulin Hountondji también desaprueba las ideas que esencializan la africanidad. Su objetivo es, en cambio, abrir «la posibilidad de una pluralidad de tradiciones filosóficas y de objetos de investigación a los que el filósofo africano pueda recurrir, no haciéndole prisionero de ninguna prescripción identitaria sobre cómo deben ser los enfoques y los temas «auténticamente» africanos». En otro lugar, Souleymane Diagne ha defendido el tratamiento de la africanidad como una cuestión abierta, subrayando la importancia de un proceso continuo de » traslación» en el desarrollo de una noción de «universalismo lateral». Y también se podrían invocar los llamamientos de Achille Mbembe a «desustancializar la africanidad», un tema que resuena con las reimaginaciones afropolitanas de la africanidad como fenómeno transcultural.
Estos debates plantean cuestiones clave sobre la interacción de las orientaciones nacionalistas y cosmopolitas de la africanidad en la vida intelectual. ¿Celebramos lo que Francis Nyamnjoh ha descrito como la «incompletud» del ser y la «permanencia de la deuda y el endeudamiento» que exige la convivencia? ¿O buscamos dividir y clasificar las ideas y las personas en enclaves rígidamente delimitados en función de la raza, la nación, la etnia, la geografía, etc.?
Me parece que una cuestión importante que plantea Táíwò es la posibilidad de un «universalismo crítico» y, si para ello es necesario, abandonar el vocabulario de la descolonización. Por universalismo crítico entiendo la creencia de que un compromiso significativo con África en todas sus especificidades puede incluir la búsqueda de objetivos universales y el descubrimiento de conceptos y valores comunes. Un proyecto que, tomando prestado a Michael Cronin, es sensible tanto a las patologías de la diferencia —que corren el riesgo de separatismo al confundir contacto con contaminación— como a las patologías del universalismo —que corren el riesgo de borrar la alteridad y ejercer violencia contra ella—.
Para Táíwò, la narrativa de la descolonización es inadecuada para este proyecto porque renuncia a la «unidad de la humanidad». Puede que algunos no estén de acuerdo con este y consideren que su caracterización de la descolonización es una caricatura poco halagüeña de la misión de tomarse en serio los silencios y borrones inducidos históricamente. Sin embargo, las ideas que Táíwò critica están presentes y son reconocibles. Llegan tan lejos, como he experimentado, como afirmar que los africanos deberían renunciar a los nombres «ingleses» porque constituyen una subjetividad colonizada. Este argumento sólo puede funcionar, como afirmaría Táíwò, si trata las prácticas de denominación como singularmente coloniales o decoloniales.
Against the Decolonisation es una intervención rigurosamente combativa en la aplicación de la descolonización al pensamiento y a las ideas. Aunque el autor opta por abandonar por completo este proyecto, su argumento general se entiende mejor como una advertencia contra la fetichización de la descolonización como palabra de moda, animando a los lectores a no dar por sentado su significado. En mi opinión, Táíwò ofrece una crítica clara de la descolonización como confinamiento, aunque otros significados del término son posibles y deseables. No obstante, su advertencia contra el encierro intelectual, por el que sólo ciertos temas, tonos y modos de expresión están al alcance de los africanos, tiene un importante significado ético. Destaca cómo la descolonización intelectual puede caer en una política de pertenencia en la que los límites de la africanidad sean vigilados y cuestionados. En medio del clamor actual por descolonizar esto y aquello, Against the Decolonisation invita a los lectores a interrogarse críticamente sobre los límites de la africanidad.
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*Anye-Nkwenti Nyamnjoh es investigador principal en la Universidad de Ciudad del Cabo, donde trabaja en el aprovechamiento de las humanidades africanas en los debates éticos en torno a las tecnologías sanitarias nuevas y emergentes.
Este artículo forma parte de una serie de reseñas de libros en colaboración con Debating Ideas.
Artículo publicado bajo licencia Creative Commons.
Traducido por: Alejandro de los Santos Pérez