Fuente: https://literafricas.com/2023/06/14/ha-fallecido-ama-ata-aidoo-y-que/
El pasado 31 de mayo nos dijo adiós la escritora Ama Ata Aidoo (Ghana, 1942), considerada una de las grandes figuras de las literaturas africanas, que puso a la mujer en el centro de su trayectoria vital y literaria.
Cuando muere una persona que ha dedicado su vida a escribir, lo primero que suele acudir a la cabeza son las obras que han salido de su mano y que hemos leído, después las que nos quedan por leer. Con Ama Ata Aidoo se produce, en cambio, algo más parecido a un torbellino porque estamos hablando de la desaparición de una persona que perteneció a la primera generación de mujeres escritoras del continente africano con todo lo que ello conlleva. Es decir, de una verdadera titana.
Las vidas de aquellas personas que se dedican a la escritura, excepto si han escrito su propia biografía y, aun así, suelen permanecer también sumidas en profundos vacíos. A la hora de fallecer es cuando con más ahínco se intenta recuperar su paso y su tiempo. Pero lo que recordamos de verdad es cómo nos sentimos fascinados ante la plasmación por escrito de ese revelado de vida que nos han querido mostrar, el conjunto de poderosas voces y retazos de historias que han dejado como estela. Asomamos, entonces, tímidamente la cabeza lectora con la intención de regresar al buceo entre líneas de tinta de sus obras, a la espera de poder apresar el hermoso y vacilante vuelo de la mariposa que se han desvivido por consignar.
Volvemos a sus páginas en una excursión sin brújula aparente que nos permita otra vez el encuentro. Para poder encarnarnos por unos momentos en una vida soñada y recreada que sabemos tiene tanto de lo que nutrirnos.
Por eso, entre muchas otras razones, leemos. Y al hacerlo acabamos de saber que hay alguien ahí fuera que analiza como nadie, se revuelve como nadie y lanza palabras certeras como nadie.
Ama Ata Aidoo fue de esa estirpe de escritoras que ahora, hoy, no podemos dejar de admirar. Ejemplo contracorriente y fiel a su escritura, a su arte. A pesar.
Lúcida como pocas era una fina analista de lo que acontecía en un presente sembrado por un pasado sangrante y un futuro por llegar, que ella magistral presagiadora, gritaba advirtiendo. Poder, chico, Poder. Y todo lo hacía desde la única manera que ella concebía para cualquier mujer: desde su propia fortaleza.
Ahora, hoy, podemos saber gracias al rescate de ese breve ensayo que es Colegas indeseadas y esclavas decorativas el doloroso ostracismo inicial en el que estuvo sumida como escritora. En una entrevista con María Frías que se puede leer también en línea, reaccionaba con furia al afirmar cómo se la buscaba para hablar sobre cuestiones de género, pero cómo nadie mostraba interés alguno por su obra literaria. ¡Y ese hiriente vacío crítico ante la publicación de su primera “novela”! que suponía la muerte en tanto persona creativa. ¡Y esa constatación de la zona 0 en la que quedaban los personajes femeninos en las obras literarias de tantos colegas masculinos!
Ese silencio que se prolonga todavía tan cerca nuestro. De ella, a pesar de su importancia y de poseer una interesantísima obra, tan solo se puede leer en castellano una “novela” (ella misma se negaba a denominarla así y prefería decir que era “una ficción en cuatro capítulos”) Nuestra hermana aguafiestas, que ha aparecido hasta dos veces en este blog, y el ensayo mencionado.
A estos títulos, de una trayectoria que abarca desde la poesía al teatro, se sumará una nueva publicación este mismo año, que se espera para septiembre, la colección de relatos bajo el título Aquí no hay tregua (No Sweetness Here, 1970) fruto del trabajo de Marta Sofía López, traductora de los dos trabajos anteriores, esta vez junto a Maya García Vinuesa y de la mano de la editorial Cambalache.
Porque uno de los mejores reconocimientos que se pueden hacer es leerla y difundirla. Porque ante una personalidad de su envergadura cualquier aporte que se quiera esbozar se queda corto de manera inexorable. Así, los espacios como este tan solo pueden realizar un pequeño pero necesario homenaje a una escritora valiente y rompedora, inteligente y resiliente, política y visionaria. A una que era capaz de escribir una historia corta de solo tres páginas y mostrarte un mundo entero, como han dicho.
¡Qué escritora! Desde el siglo pasado, estrujando sus entrañas y su mente para cuajar obras que desbarataran, que nos pusieran en marcha, que nos cambiaran los cajones donde guardamos nuestras cosas. Deconstruyendo. Pura condición nerviosa que puntúa donde debe indagar, que revienta cuando la opresión ya no se aguanta. Que muestra el desencuentro entre nuestros mundos constatando una realidad que tanto nos cuesta enfrentar y superar.
¡Qué mujer! Siempre en la brecha, levantando las máscaras de la fiesta de disfraces, inspirando y cuidando de otras mujeres escritoras, abriendo nuevos caminos, activa, haciendo, mostrando que somos más, mucho más que lo que los demás creen que somos. Agitándose y levantando olas repletas de ignominias, tantas y de tan variadas clases, que deben cesar.
Y de ahí al infinito de estrellas, con la misma escalera que usaba Bessie Head, con la misma fuerza que regaló Buchi Emecheta, escribiendo todas la carta más larga, agria a veces, pero con la intención de superar las fronteras, para encontrarnos, debatir y aprendernos mutuamente.
¿Será que cada vez que ella tomaba la palabra teníamos la certeza de que sería para desplantarnos a todos, hombres y mujeres, de nuestra confortable e injusta realidad?
El 31 de mayo ha fallecido Ama Ata Aidoo.
… ¿Y nada?
Nuestra hermana aguafiestas (Our sister killjoy, 1977) Traducción y prólogo: Marta Sofía López. Editorial Casa África, 2014.
Nuestra hermana aguafiestas / Colegas indeseadas y esclavas decorativas Traducción y prólogo: Marta Sofía López. Editorial Cambalache, 2018.