Grecia no quiere los blindados estadounidenses ni aunque se los regalen

mpr21                                                                                                                              Redacción

 

Desde 1945 Estados Unidos ha construido  su hegemonía sobre numerosas herramientas económicas, políticas, militares e ideológicas. Una de ellas ha sido la venta de armas: Estados Unidos suministraba a sus peones todo el armamento de que pudieran pagar, con préstamos y arriendos.

Como en cualquier otro mercado, en el de armas también hay superproducción y el productor, que son las empresas estadounidenses del ramo, a través del gobierno, tienen un programa para deshacerse del material excedentario, que se llamada EDA (Excess Defense Articles).

El gobierno de Washington actúa como capitalista colectivo para ajustar la oferta a la demanda y transferir los excedentes de produccion a sus peones políticos del mundo entero, como Grecia.

Desde que ingresó en la OTAN en 1952, Grecia es uno de los mayores clientes del mercado armamentista de Estados Unidos. Pero hasta eso está cambiando. El Estado Mayor griego acaba de rechazar una oferta estadounidense de vehículos de combate de infantería Bradley. La negativa se refiere a 164 vehículos blindados, de los cuales 62 se ofrecen de forma gratuita en el marco del programa EDA.

En otras palabras, Grecia no quiere esos blindados ni aunque se los regalen. Estuvieron mucho tiempo almacenados y requieren una costosa renovación. Algunos incluso habían sido “canibalizados”, es decir, despojados de piezas esenciales para mantener otros vehículos en servicio. Es una práctica habitual en la gestión de flotas militares.

Era un regalo envenenado. Grecia es un país que arrastra los pies desde la crisis de 2009. Sólo tiene dinero para pagar sus deudas con los bancos alemanes y el costo estimado para la remodelación y modernización de los Bradleys supera con creces al presupuesto asignado.

La negativa griega podría acelerar una tendencia ya perceptible: el fortalecimiento de la cooperación militar con los demás países europeos. En 2017 la Unión Europea lanzó la PESCO (Cooperación Estructurada Permanente) que, bajo unas siglas anodinas, encubre el rearme.

Alemania ya ha suministrado 40 vehículos Marder en el marco de un intercambio, mientras que Francia ofrece 120 VBCI usados. Estas opciones se alinean con la Iniciativa Europea de Intervención, lanzada en 2018, que tiene como objetivo planificar una estrategia de guerra común a los distintos países europeos.

El proyecto de “brújula estratégica” de la Unión Europea, aprobado en 2022, es otro ejemplo.

La negativa de Grecia a comprar los Bradley estadounidenses podría considerarse, pues, como un paso hacia una mayor integración estratégica de Europa. También resalta el papel de la crisis económica sobre el rearme, incluso frente a ofertas aparentemente generosas.

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