La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que avala el plan de 20 puntos del presidente estadounidense Donald Trump para Gaza viola las normas fundamentales del derecho internacional y, por lo tanto, es jurídicamente inválida, según declaró a Middle East Eye un destacado experto en derecho internacional.
El lunes, el Consejo de Seguridad aprobó la Resolución 2803, que respalda la creación de una fuerza internacional de estabilización y otorga a Trump el control supremo de Gaza.
También se menciona a su «consejo de paz» como la entidad que supervisará la implementación del plan durante un período de dos años. La participación del ex primer ministro británico Tony Blair en este proceso ha sido ampliamente difundida.
Ralph Wilde, destacado académico y profesional del derecho internacional, declaró a MEE que la resolución intenta codificar la «tutela» sobre Gaza, un acuerdo colonial que viola el derecho de los palestinos a la autodeterminación.
«La tutela llevada a cabo por los estados individuales en la época colonial fue una farsa interesada invocada de mala fe, que servía de coartada para racionalizar el dominio colonial, que podía justificarse como una ‘misión civilizadora'», dijo Wilde, hablando desde Ramallah, en los territorios palestinos ocupados.
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«Pero la consecuencia de las luchas de liberación colonial tras la Segunda Guerra Mundial fue la adopción en el derecho internacional del derecho a la libre determinación. Esto supuso un repudio al régimen de tutela.»
Wilde, profesor de Derecho Internacional en la UCL, es autor de un libro premiado sobre administración territorial internacional y tutela internacional de personas. Afirmó que le han comunicado que su libro se está utilizando como «manual» para la tutela de Gaza.
«Esto me horroriza», dijo.
Wilde afirmó que el concepto de » tutela sobre personas » fue adoptado por los europeos para el dominio colonial sobre África en la Conferencia de Berlín a finales del siglo XIX; por la Sociedad de Naciones después de la Primera Guerra Mundial para los territorios del Mandato Británico , incluido el Mandato Británico de Palestina; y por la ONU después de la Segunda Guerra Mundial para los Territorios en Fideicomiso y todas las demás colonias no de asentamiento .
“La tutela presupone un mundo dividido entre personas ‘infantiles’ consideradas incapaces de cuidarse a sí mismas —una caracterización que ahora se aplica al pueblo palestino de Gaza— y ‘adultos’ —Donald Trump, Tony Blair y otros— considerados capaces de gobernar no solo sobre su propio pueblo, sino también sobre otros”, dijo.
El año pasado, Wilde argumentó ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en nombre de la Liga Árabe, que el derecho legal del pueblo palestino a estar libre de la ocupación israelí es incondicional.
El tribunal adoptó su punto de vista en su histórica opinión consultiva del 19 de julio de 2024, condenando la ocupación israelí de Gaza y Cisjordania como intrínsecamente ilegal y reafirmando el derecho incondicional del pueblo palestino a la autodeterminación.
‘Sustituir a un administrador fiduciario abusivo por otra forma de administración fiduciaria no es autodeterminación y sería ilegal’.
– Ralph Wilde, experto en derecho
«Reemplazar a un administrador fiduciario abusivo con otra forma de administración fiduciaria no es autodeterminación y sería ilegal», dijo a MEE.
Aunque los representantes palestinos acepten el plan, este seguirá siendo ilegal, argumentó, del mismo modo que Oslo pareció legitimar ciertos elementos de la ocupación ilegal de Cisjordania.
Cualquier supuesto “acuerdo” de este tipo que permita la tutela sobre la Franja de Gaza palestina sería “nulo”, explicó, porque fue posible gracias a una coerción flagrante —el uso ilegal de la fuerza, la agresión, ejercida en el territorio palestino capturado y controlado desde 1967— y pretende habilitar algo, la tutela, que viola una norma fundamental del derecho internacional, a saber, el derecho a la libre determinación.
Incumplimiento de las facultades legales
Wilde también explicó que el Consejo de Seguridad de la ONU no ha «legalizado» la administración fiduciaria a través de su autoridad ejecutiva en virtud del derecho internacional.
Señaló que, si bien es cierto que el Consejo de Seguridad de la ONU tiene la facultad, en virtud de la Carta fundacional de las Naciones Unidas, de otorgar autoridad legal a actos que de otro modo serían ilegales, sus decisiones al respecto son vinculantes para todos los Estados miembros. Asimismo, recordó que en el pasado el Consejo pretendió otorgar autoridad legal a las administraciones fiduciarias internacionales en Bosnia y Timor Oriental.
Sin embargo, Palestina no es un Estado miembro de la ONU, porque el propio Consejo de Seguridad no puede ponerse de acuerdo para admitirla debido a la amenaza de un veto estadounidense.
Además, el poder del Consejo de Seguridad está limitado por los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, Artículo 1, que establece que el ajuste y la solución de controversias deben llevarse a cabo «de conformidad con los principios de justicia y el derecho internacional».
Este no es el caso en la Resolución 2803 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Gaza.
«Dado que la administración fiduciaria no se ajusta a la norma jurídica internacional de libre determinación, y esta norma tiene carácter imperativo (fundamental e inderogable), al pretender autorizar dicha administración, el Consejo actúa extralimitándose en sus competencias legales —ultra vires— », afirmó. «Por consiguiente, la autorización es nula».
Wilde afirmó que la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU recuerda lo que hizo el Consejo de la Sociedad de Naciones hace más de un siglo, contraviniendo su propio Pacto, cuando pretendió permitir que un fideicomiso del Reino Unido implementara el compromiso de la Declaración Balfour de establecer un Estado judío en Palestina, en lugar de implementar la creación de un Estado palestino, como lo exigía dicho Pacto.
La supuesta autorización otorgada al Reino Unido para hacer esto era igualmente nula, afirmó Wilde, quien hizo esta observación en su presentación ante la CIJ el año pasado.
«Del mismo modo que entonces, la tutela ha vuelto aquí en Palestina, y, de nuevo, con un carácter potencialmente británico en la figura de Tony Blair, también, una vez más, el órgano ejecutivo de la organización mundial está intentando legalizar esto actuando más allá de los límites legales de su instrumento constitutivo», dijo.
La resolución de la ONU fue aprobada por 13 votos a favor y ninguno en contra, con abstenciones de China y Rusia.
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