La Flotilla Global Sumud, red de activistas que buscan romper el asedio israelí contra Gaza, denunció la víspera que la entidad sionista israelí, haciendo uso de mentiras, intenta impedir su llegada con ayuda humanitaria a aquel territorio palestino, concebida para aliviar los sufrimientos de los civiles y, de paso, visibilizar los crímenes de la ocupación, que desde octubre de 2023 asesinó a más de 65.200 personas, en su mayoría mujeres y niños.

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A través de un comunicado, los activistas manifestaron que “la exigencia de Israel de ‘atracar y transferir’ la ayuda forma parte de su continuo bloqueo a Gaza. Su historial de interceptar buques, bloquear convoyes y restringir rutas demuestra que su intención no es facilitar la ayuda, sino controlarla, retrasarla y denegarla”.

Recordaron que, desde mayo pasado, Israel solo permite la entrada a Gaza de 70 camiones de ayuda humanitaria cada día, en lugar de los 500 o 600 que exigen las Naciones Unidas para proveer de alimentos, agua, medicinas y otros productos de primera necesidad a una población agotada por los bombardeos, el desplazamiento forzado o la hambruna.

La Flotilla acusó a la entidad sionista de utilizar el bloqueo para infligir un castigo colectivo al pueblo palestino, que desea contar con su propio Estado y emanciparse de la opresión de los ocupantes. Asimismo, instaron a la ONU y otros organismos internacionales a actuar de manera enérgica para poner fin al bloqueo israelí y asegurar la vida de civiles, personal médico y trabajadores humanitarios.

 

El lunes, Israel anunció que no permitirá a la Global Sumud Flotilla llegar a la Franja de Gaza y reiteró que cualquier entrega de suministros debe realizarse a través del puerto de Ascalón, desde donde el Gobierno israelí asegura que distribuirá la ayuda humanitaria.

El Ministerio de Exteriores israelí sostuvo en un comunicado que “la Flotilla fue organizada por Hamás para servir sus propios objetivos” y recalcó que no aceptará la “violación ilegal del bloqueo marítimo”, impuesto desde 2007 y cuestionado internacionalmente por su carácter violatorio del derecho internacional.

“Si los participantes quieren entregar ayuda humanitaria y no apoyar a Hamás, deben descargarla en Ascalón. Desde allí será llevada a la Franja de Gaza”, agregó el comunicado, en el que Israel instó a los activistas a “no infringir la ley” y aceptar la propuesta de “transferir pacíficamente” la asistencia.

La Flotilla de la Libertad y la Flotilla Global Sumud, redes de activistas que buscan romper el asedio a Gaza, han intentado en múltiples ocasiones llegar por mar al enclave palestino.

En junio, el barco Madleen con 12 activistas y reporteros a bordo fue interceptado en aguas internacionales y su tripulación deportada. Un mes después, en julio, el barco Handala, con 21 activistas de 12 países, corrió la misma suerte.

En esta ocasión, las embarcaciones de la Flotilla Global Sumud —que cuenta con delegaciones de 44 países— zarparon con el objetivo de realizar la mayor misión marítima contra el bloqueo en sus 18 años de vigencia. La organización denunció que sus barcos han sido espiados con drones y atacados en aguas de Túnez el 9 y 10 de septiembre.

Israel ha catalogado a los miembros de la flotilla como “terroristas” y ha advertido que no permitirá la entrada de ninguna embarcación en lo que califica como “zona de combate activo”.

El ejército israelí mantiene que estas operaciones buscan evitar que la ayuda llegue a manos de Hamás, mientras que los organizadores insisten en que su misión es estrictamente humanitaria.