“Experimento PSOE”: La depauperación absoluta de la juventud vasca por Justo de la Cueva

El Sudamericano

(Este texto es el capítulo 3 del libro de Justo de la Cueva, COMUNISMO O CAOS: LA DEPAUPERACIÓN ABSOLUTA DE LA JUVENTUD VASCA (Carta abierta a una joven vasca que hace unos días quemó un autobús en Pamplona), finalizado el 20 de agosto de 1996).

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La depauperación absoluta de la juventud vasca (III). El “experimento PSOE” al servicio del Capital mundial

Pero vayamos a lo nuestro. Toma nota: trece años y unos meses del falso “socialismo” de Felipe González, trece años y unos meses del criminal y siniestro “experimento PSOE” al servicio del Capital mundial, han dado al Estado español el récord europeo de tasa de empleo eventual: alrededor del 35% sobre el total, lo cual ¡multiplica por tres el porcentaje medio de la Unión Europea!. Con el feroz resultado de que hoy en el conjunto del Estado español uno de cada tres trabajadores empleados no ha conseguido sumar un año de antigüedad en el trabajo y suman dos millones y medio los que no llevan ni cinco meses en su actual puesto de empleo.

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Este domingo de agosto en que reviso estas páginas antes de entregárselas a mi editora leo en la prensa un titular que reza: “Un millón de contratos son inferiores a un mes. La precariedad se ha disparado entre los asalariados con contrato temporal”. Debajo del cual hay una información donde se señala que en los cinco primeros meses de 1996 alrededor de un millón de las nuevas colocaciones han sido con contratos de menos de un mes de duración y casi otro millón con duración entre un mes y seis meses. Explicando que “No es que se creen tantos empleos como parece indicar el número de colocaciones, sino que dos, tres, cuatro o cinco personas ocupan durante un año un mismo puesto de trabajo”.1

Preguntémonos tú y yo qué es lo que los capitalistas sacan con todo este ajetreo. En primer lugar han sacado algo con lo que venían soñando años y años, algo que era característico de cuando el capitalismo era (sin disfrazarse con maquillajes y Relaciones Públicas como hace hoy) abierta y descaradamente salvaje en los siglo XVIII y XIX. Han sacado algo que largas, heroicas y sacrificadas luchas sindicales habían conseguido eliminar o hacer muy difícil en Europa: el despido libre de los obreros sin indemnización, legalmente establecido. La nueva legislación sobre contratos temporales con la que los canallas diputados del PSOE y los canallas Gobiernos PSOE han flagelado a la clase obrera del Estado español tiene para los capitalistas la ventaja substancial de que el día en que acaban los dos trimestres, el trimestre, el mes o las semanas o los días para los que han contratado al eventual, lo echan a la calle sin tener que pagarle una peseta de indemnización. Además de que, encima, esos Gobiernos PSOE se han dedicado a regalar dinero del Estado (dinero de los obreros que son quienes más impuestos pagan) a los empresarios que hicieran contratos temporales de esos (ya sea en subvenciones en dinerito contante y sonanteya sea perdonándoles impuestos o cuotas de la Seguridad Social) con diversos truquitos y jugarretas: contratar gente joven o gente vieja, «enseñar» oficios, prometer que quizá algún día les harían fijos, etc., etc.

Ahora bien, esas primeras y muy importantes ventajas económicas se multiplican porque ese poder de despido libre sin indemnización concedido al empresario por la ley (llamada “socialista” para más escarnio) aumenta muy considerablemente un fenómeno decisivo del que tendré que hablarte mucho en esta carta: la sorda coerción del sistema, la sorda coerción del capital. Se llama sorda porque, sin necesidad de que se lo griten recordándoselo todos los días los policías o los capataces o el mismo empresario (aunque no pocos empresarios lo hacen así), el trabajador eventual sufre la constante presión, la constante amenaza, la constante coerción de saber que cuando acabe su corto plazo de tiempo de trabajo contratado será despedido sin indemnización salvo que al empresario le dé la gana renovarle el contrato.

Lo eficaz de la sorda coerción del sistema es que “para que al empresario le dé la gana” el trabajador se siente y se ve obligado a ser dócil, a ser sumiso, a ser “obediente”, a alargar su horario de trabajo y a realizarlo en fines de semana y festivos sin cobrar las horas extras, a rendir más y más aumentando sus ritmos de esfuerzo, a ahorrarle dinero al empresario prescindiendo de gastos necesarios para la seguridad o la higiene en el trabajo, a mostrarse “complaciente” con las agresiones sexuales si es mujer, a no exigir ni invocar sus derechos admitiendo en silencio que se vulneren o ignoren. Todo lo cual aumenta su explotación y los beneficios del empresario.

Es verdad que la sorda coerción del sistema funciona también sobre los trabajadores fijos (porque ellos también tienen que comer y dar de comer a sus allegados y en la economía-mundo capitalista para comer hay que tener dinero y para tener dinero hay que trabajar y aunque seas fijo te pueden despedir si planteas problemas o no rindes lo que te exigen) pero entenderás bien cómo se aumenta sobre los eventuales. Seguro que conoces a alguien que tiene que aguantar así.

Pero, por encima de todas esas ventajas para el empresario, lo que es absolutamente decisivo y fundamental es que, como todo el mundo sabe, esos empleos-basura se pagan peor que los empleos-empleos, que los empleos fijos. Casi la mitad menos: un 41% menos de media los empleos temporales que los empleos fijos. El año pasado el Instituto de Estudios Fiscales (que depende del Ministerio de Hacienda de España) publicó un informe que clarifica el papel del empleo eventual en la depauperación absoluta del proletariado. Según ese informe el hecho de que nada menos que TRES millones de asalariados sólo consigan empleos de corta duración, alternados con estancias en el paro, conduce a que sus ingresos anuales terminan siempre sumando menos que el salario mínimo interprofesional.2

ESE ERA PRECISAMENTE EL OBJETIVO CRIMINAL DE TODO ESTE ASUNTO. Conseguir romper esa defensa trabajosa y duramente pagada con más de un siglo de lucha obrera: el salario mínimo interprofesional. Lo que ha perseguido, y tristemente ha conseguido, ese criminal “experimento PSOE” al servicio del Capital mundial es recuperar la tasa de ganancia del capital, cuya caída es la señal infalible de la actual pavorosa crisis mundial de la economía-mundo capitalista. Para ello se necesitaba ampliar y aumentar, intensificar lo que es el resultado histórico del capitalismo: la depauperación absoluta del proletariado, el empobrecimiento absoluto del proletariado.

SE NECESITABA PAGAR CADA VEZ MENOS DINERO A LOS OBREROS EXIGIENDOLES CADA VEZ MAS TIEMPO, MAS FUERZA DE TRABAJO. Pagarles menos y hacerles trabajar más.

Por favor, lee ahora muy despacio y con mucha atención: lo que caracteriza al “experimento PSOE” es su sinuoso y engañoso diseño y su desarrollo paulatino por fases en el tiempo. Una bajada brusca, seca, pura y dura por decreto o por ley del salario mínimo interprofesional acompañada de un aumento brusco, seco, puro y duro también por decreto o por ley del número de horas de trabajo habría sido, aunque muy deseable y satisfactorio para el Capital mundial, desaconsejable para sus intereses. Porque podría haber provocado una peligrosa resistencia obrera.

Por eso el “experimento PSOE” ha operado paulatinamente, por fases. Primero ha utilizado la angustia provocada por la existencia de los millones (2.349.000) de parados que había en el Estado español en diciembre de 1982 para romper el carácter de obligadamente fijo e indefinido que, ¡ASÓMBRATE¡, tenían hace catorce años los contratos de trabajo no sólo de tus padres sino los que firmaban tus hermanos mayores o tus tíos jóvenes al empezar su vida laboral. El “experimento PSOE” rompió eso haciendo el chantaje de que “más vale tener un contrato eventual, temporal, que estar en el paro”. Y dando la vergonzosa y embustera justificación de que “hay que animar a los empresarios a crear empleos y para eso hay que dejarles que usen a los obreros como se usan los pañuelos de papel: usar y tirar”.

En un segundo momento, en una segunda vuelta de tuerca, el “experimento PSOE” ha permitido que a los trabajadores temporales o eventuales se les pagara legalmente menos que los salarios mínimos trabajosamente conseguidos tras años de luchas obreras y fijados por la ley o los convenios. Para ello hubo de nuevo especiosas y embusteras justificaciones, trucos como el de que eran trabajos “donde se aprendía” o “donde se hacían prácticas”, promesas incumplidas de que “al que rindiera le harían fijo”. Hubo de nuevo inmundas declaraciones del mismísimo Felipe González usando a los parados al capitalista modo (explicado por Marx) de «ejército de reserva del Capital». Diciendo, por ejemplo, que más le vale a un joven cobrar unas pocas pesetas que no cobrar nada. Por eso él ha hecho que a los jóvenes, por el mero hecho de serlo, se les pague menos que a los que a su lado hacen el mismo trabajo.

El tercer momento, la tercera vuelta de tuerca, ha consistido en la criminal complicidad del Gobierno del PSOE con los rapaces y feroces empresarios al hacer la vista gorda, al mirar hacia otro lado, ante todas las brutales irregularidades e ilegalidades cometidas todos los días por los empresarios contra las personas contratadas como eventuales o temporales aprovechando el aumento de la sorda coerción del sistema que implica la temporalidad del contrato.

Sucede que al autorizar la eventualidad el Gobierno PSOE no ha tomado una elemental precaución mínimamente exigible si hubiera obrado de buena fe: la de reforzar las inspecciones de trabajo. Ha fingido creer que bastaba con los sindicatos y los Tribunales. Ha fingido ignorar que una mujer o un varón que trabaja en una de los millones de empresas pequeñas sin sindicato organizado (en un bar, en un comercio, en una oficina, en un pequeño taller, en un hotel, en una fábrica pequeña), a quien le vence el contrato en unas semanas o unos meses y que depende de la caprichosa voluntad de su empresario para no irse a la calle difícilmente puede arriesgarse a reclamar sus derechos. Y así han aumentado monstruosamente los abusos de los que te hablé antes al explicarte el mecanismo de la sorda coerción del sistema.

Ha sido así como el “experimento PSOE” ha supuesto hacer realidad algunos de los más locos sueños de los explotadores empresarios españoles: relanzar e incrementar la depauperación absoluta del proletariado, pagar cada vez menos por cada vez más tiempo, más fuerza de trabajo.

La guinda para destruir más trabajo fijo y substituirlo por empleo inestable y precario explotando más aún al trabajador, la ha puesto el “experimento PSOE” en su etapa final fomentando un fenomenal negocio capitalista nuevo en estas tierras: ha concedido a varias multinacionales y algún grupo local patentes de corso para hacer y explotar unos modernos esclavos laborales. Patentes para ETTs, para Empresas de Trabajo Temporal que ya en 1995 han contratado en el Estado español a 320.000 trabajadores y facturado 64.000 millones de pesetas. El nº 2 de Jauregui, el viceconsejero de Trabajo Fernández Etxegaray, forofo de las ETTs, explicó que una ETT paga de media 400 pesetas por hora a un titulado superior mientras que ella cobra 1.300 pesetas por esa hora a la empresa a la que le alquila su moderno esclavo.3

¿Lo ves?. ¿Es negocio o no es negocio?. La belleza y la elegancia de este bello y nuevo negocio es que, a diferencia de la esclavitud en las plantaciones sureñas USA, estos modernos esclavistas no tienen que gastarse nada en capataces ni en vigilantes de sus esclavos para que no se escapen ni en látigos para que acepten esos miserables pagos ni en comida para mantenerlos mientras no trabajan o cuando están enfermos.

Porque es “la mano invisible del mercado capitalista” la que mantiene a esos modernos esclavos en paro y necesitados de “ganar lo que sea” y la mano visible de los empresarios la que cada día con más frecuencia se niega a dar trabajo a esos esclavos si no es a través de los negreros, a través de las ETTs. Y, además, supremo ahorro, entre contrato y contrato esos infelices eventuales se preocupan, aunque no cobren nada de ningún lado, aunque nadie les pague nada, de comer (o no) por su propia cuenta. O por la de su madre. Que madre no hay más que una.

Este, exactamente éste, después de decir todas esas horribles cosas que llevo dichas de los beneméritos empresarios, es el momento en que (para que no nos tachen de demagogos) tendríamos tú y yo que hacernos una pregunta. Esta: dada la terrible situación de paro existente ¿deberían o no deberían los parados sensatos que no estén infectados del virus rojoseparatista besar el suelo que pisan esos santos, esos benefactores, esas almas caritativas que así les buscan trabajo, obteniendo el lógico beneficio compensador de sus desvelos?.

En fin, dejémonos de bromas que no está el horno para bollos.

Nos falta reseñar el toque final absolutamente genial del “experimento PSOE” (absolutamente genial para el Capital mundial y absolutamente horroroso para ti y para los demás jóvenes vascos). Ese toque final genial consiste en que esta “nueva” depauperación absoluta del proletariado se ha realizado mediante la depauperación absoluta de la juventud.

Números cantan: en el tercer trimestre de 1994 la Encuesta de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística señalaba que eran el 34,3% de los asalariados del Estado español los que padecían la situación de tener contrato temporal. Pero eran el 76,5% de los asalariados del Estado español de 16 a 26 años de edad los contratados temporalmente.4

Bestial porcentaje (TRES DE CADA CUATRO) que hoy, dos años después, ya tiene que ser bastante más alto. Recuerda que ahora el 95% o más de los contratos son temporales. De forma que ese veintipoco por ciento de jóvenes con contrato indefinido existía en 1994 integrado por los jóvenes que habían sido contratados así seis, siete o nueve años antes. Antes del feroz proceso de precarización.

Te repito que diseñar así el bestial “experimento PSOE” de la depauperación absoluta de la juventud supone un toque genial para el Capital mundial. Porque así paulatinamente, casi sin que la gente se diera cuenta, año tras año, ha ido precarizando al proletariado del Estado español sin que éste ofreciera resistencia. Y porque ya hace años que el volumen alcanzado por los trabajadores en precario infrapagados actúa como chantaje eficaz para que los domesticados sindicatos españoles UGT y CCOO acepten que el conjunto de sus sindicados vayan siendo pagados cada vez menos, vayan perdiendo poder adquisitivo, aunque todavía lo disfracen con subidas anuales que son bajadas reales porque no cubren la subida de los precios.

Es un toque tan genial como el que supone que toda esta bestialidad capitalista la haya hecho un Gobierno llamándose socialista, apoyándose en millones y millones de votos de proletarios alienados. De quienes creían estar votando socialista cuando sólo padecían las secuelas de su castración mental a manos de la dictadura franquista y de su prolongación juancarlista.

Por supuesto, el “experimento PSOE”, que ha sido ese éxito genial para el Capital mundial, no ha cumplido NINGUNA de las promesas que mintió al proletariado del Estado español cuando anunciaba las brutales medidas que ha ido tomando. Por ejemplo: no ha cumplido su promesa de reducir el paro. Al revés, lo ha aumentado con un millón y cuarto más de parados sobre los que se encontró el PSOE al llegar al Gobierno.

Consiguiendo así el “éxito” de que en 1995 hubiera menos gente con trabajo que veinte años antes cuando ahora hay una población cuatro millones más grande. Y ello mientras que la precarización y la baja de las remuneraciones han servido para mejorar la tasa de ganancia del capital al destruir empleo fijo y convertirlo en eventual más barato y no para resolver el paro como se prometió.5

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NOTAS:

1. Carlos Sánchez: “Un millón de contratos son inferiores a un mes. La precariedad se ha disparado entre los asalariados con contrato temporal” en EL MUNDO DEL PAÍS VASCO, 11.8.1996, página 49
2. Alvaro Tizón: “El 94% de los contratos se firman con una duración de menos de 6 meses” en EL MUNDO DEL PAÍS VASCO, 14.2.1996, página 29.
3. Juanjo Basterra: “Un 20% de las ETTs operan en la CAV” en EGIN, 28.2.1996, página 22
4. Tomo los datos del lúcido análisis “Situación de la gente joven en el mundo del trabajo” de LAB GAZTEAK, multicopiado, de junio de 1995.
5. Los parados han pasado en el Estado español de ser 2.349.000 en diciembre de 1982 a sumar 3.579.340 en diciembre de 1995. De hecho en diciembre de 1995 había menos gente con trabajo (12.142.000) que veinte años antes en 1976 (12.514.400). Si se tiene en cuenta que en 1995 hay casi cuatro millones más de habitantes que en 1975 (39.790.967 frente a 35.899.091) se valora mejor el “éxito” del “experimento PSOE”. De 1988 a 1994 la tasa de temporalidad subió del 23 al 34% y los empleos temporales aumentaron en un millón (de 1,9 a 2,9 millones) pero los empleos asalariados sólo tuvieron un aumento de 300.000 en esos seis años mientras que los parados aumentaban en casi 900.000.
Las fuentes son Censos y Padrones y también: Alvaro Tizón y francisco Justicia: “El desempleo ha crecido un 52% en los trece años que el PSOE lleva al frente del Gobierno” en EL MUNDO DEL PAÍS VASCO, 21.2.1996, página 40; Servimedia: “En 1976 había en España un millón de personas ocupadas más que en 1994, según el CES” en LA VANGUARDIA 27.8.1995, página 73.

 

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