“El fútbol no puede contribuir a legitimar la ocupación y el exterminio del pueblo palestino”. En estos términos se han expresado 13 eurodiputados en la carta mandada este jueves 15 de febrero a la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) y a la Unión de Federaciones Europeas de Fútbol (UEFA).

La misiva solicita la expulsión “inmediata” de las competiciones internacionales de la selección nacional israelí y de los clubes, como “medida de presión ante el asesinato de más de 30.000 civiles palestinos en Gaza”. El texto de la carta recuerda que tanto FIFA como UEFA “afirman promover mediante el fútbol los valores de igualdad, respeto y los Derechos Humanos. Sin duda, hoy en Gaza todo ello está siendo violado”.

En declaraciones a la prensa, el promotor de la iniciativa, el eurodiputado español Manu Pineda, ha asegurado que es una medida “perfectamente aplicable”, citando el caso de la Sudáfrica del apartheid —suspendida por la FIFA en 1962—, o más recientemente el caso de Rusia, suspendida por FIFA y UEFA tras la invasión de Ucrania.

En este sentido, Pineda ha señalado que no se pueden aceptar “dobles varas de medir”. “El fútbol tiene una gran proyección internacional y no puede ser un escaparate para quien está cometiendo una masacre contra el pueblo palestino”, ha valorado.

La carta ha sido firmada por los eurodiputados españoles Manu Pineda, María Eugenia Rodríguez Palop, Miguel Urbán, Idoia Villanueva y Esther Sanz del grupo de The Left; el liberal Javier Nart (Renew) y Ana Miranda por Greens/EFA. También ha sido rubricada por los eurodiputados irlandeses Mick Wallace, Clare Daily, Cris MacManus y Luke Flanagan; el belga Marc Botenga; y el independiente alemán Martin Buschmann.

La pelota en el tejado de FIFA y UEFA

Además de esta iniciativa, la semana pasada las 12 Federaciones de Fútbol de Asia Occidental (que agrupa a los principales países de Oriente Medio) solicitaron una suspensión temporal del combinado israelí.

Cualquier decisión relacionada con la suspensión de participaciones deportivas debe ser adoptada por el Consejo de la FIFA, presidido por Gianni Infantino, y al Comité Ejecutivo de la UEFA, dirigido por el eslovaco Aleksander Čeferin.