Sábado.5 de julio de 2025
Francesca Cicardi / Víctor Honorato
Son numerosas, y algunas muy conocidas, las multinacionales tecnológicas, de la construcción, armamentísticas o del ocio que aparecen en un nuevo informe de la relatora especial de la ONU para Palestina, Francesca Albanese, en el que detalla cómo las empresas han contribuido y se han beneficiado de la ocupación israelí, de la expulsión de la población palestina de sus tierras y, en última instancia, de la limpieza étnica.
“En Palestina, históricamente, las empresas han impulsado y facilitado el proceso de desplazamiento y reemplazo de la población árabe”, dice el informe. Pero este fenómeno se ha acelerado desde el 7 de octubre de 2023, cuando Israel lanzó su brutal guerra de castigo contra Gaza –en la que ha matado a más de 57.000 personas–. En los pasados 21 meses, empresas de distinta naturaleza, tamaño y procedencia “han contribuido a acelerar el proceso de desplazamiento y reemplazo” de los palestinos tanto en la Franja como en la Cisjordania ocupada.
“Las entidades que anteriormente permitieron y se beneficiaron de la eliminación y el borrado de Palestina dentro de la economía de la ocupación, en lugar de desvincularse, ahora están involucrados en la economía del genocidio”, sostiene el documento.
El informe elaborado por Albanese identifica ocho sectores clave que han estado operando de forma separada o interdependiente, primero “a través de los pilares centrales de la economía colonial de desplazamiento y reemplazo”, y que, desde el 7 de octubre, se han adaptado a “las prácticas genocidas”.
Estas son algunas de las entidades que aparecen en el informe, aunque éste advierte de que son solo “una fracción de una estructura mucho más profunda de participación corporativa que se lucra y permite violaciones y crímenes” en Palestina. “La complicidad expuesta en este informe es sólo la punta del iceberg”, advierte.
El sector militar
La industria militar ha sido fundamental para la ocupación y la destrucción de Palestina, así como para la opresión y expulsión de la población. “Las alianzas internacionales que proporcionan armamento y apoyo técnico han mejorado la capacidad israelí para perpetuar el apartheid y, recientemente, para sostener su ataque contra Gaza”, reza el informe.
La empresa estadounidense Lockheed Martin juega un papel crucial para dotar a Israel de la flota de aviones de combate F-35, junto con al menos otras 1.650 empresas, incluida la italiana Leonardo S.p.A y ocho Estados (que el informe no identifica). En la guerra de Gaza, los F-35 y F-16 de Lockheed Martin “han sido fundamentales para dotar a Israel de una potencia aérea sin precedentes para lanzar unas 85.000 toneladas de bombas”.
Además de los cazabombarderos, los drones y otros aparatos no tripulados han sido armas muy utilizadas en la Franja. Estos han sido desarrollados y suministrados por las israelíes Elbit Systems (privada) e Israel Aerospace Industries (estatal) con el apoyo de un gran entramado de entidades, por ejemplo, el Massachusetts Institute of Technology o la FANUC Corporation de Japón (que ofrece maquinaria robótica para líneas de producción de armas).
El gigante de la logística y el transporte marítimo Maersk ha llevado armamentos y piezas de armas a Israel desde octubre de 2023.
El sector tecnológico
“La represión de los palestinos se ha automatizado progresivamente y las empresas tecnológicas proporcionan infraestructura de doble uso para integrar la recopilación masiva de datos y la vigilancia, al mismo tiempo que se benefician del campo de pruebas único para la tecnología militar que ofrece el territorio palestino ocupado”, explica el informe.
La empresa IBM está presente en Israel desde 1972 y desde 2019 ha operado y actualizado la base de datos central de la Autoridad de Población e Inmigración, “lo que permite la recopilación, el almacenamiento y el uso gubernamental de datos biométricos sobre palestinos y apoya el régimen discriminatorio de permisos de Israel”. Este régimen de permisos es el que impide el acceso y la entrada de la población palestina a determinadas zonas controladas por Israel.
Desde 1991, Microsoft ha desarrollado su principal núcleo fuera de Estados Unidos en Israel. Sus tecnologías están integradas en el servicio penitenciario, la Policía israelí, universidades y escuelas e incluso en los asentamientos ilegales. También ha integrado sus sistemas y tecnología civiles en el Ejército israelí y ha adquirido empresas emergentes israelíes de ciberseguridad y vigilancia.
Microsoft, Alphabet (Google) y Amazon otorgan a Israel acceso a sus tecnologías de almacenamiento de datos en la nube e Inteligencia Artificial, lo que mejora el procesamiento de datos, la toma de decisiones y las capacidades de vigilancia y análisis.
La multinacional Palantir, que también ofrece sus servicios a las agencias federales de EEUU, ha expandido su apoyo al Ejército israelí desde octubre de 2023. Según el informe, “ha proporcionado tecnología de vigilancia policial predictiva automática, infraestructura de defensa esencial para la construcción y el despliegue rápidos y a gran escala de software militar, así como su Plataforma de Inteligencia Artificial, que permite la integración de datos del campo de batalla en tiempo real para la toma de decisiones automatizada”.
El sector civil
Las operaciones militares israelíes dependen de equipos de fabricantes internacionales para “desarraigar” a los palestinos de sus tierras, ya sea para demoler sus viviendas, infraestructuras fundamentales como carreteras o para destruir las tierras de cultivo y su sustento. Desde octubre de 2023, “esta maquinaria ha sido fundamental para dañar y destruir el 70% de las estructuras y el 81% de las tierras de cultivo en Gaza”.
La multinacional Caterpillar es la que viene suministrando el equipo para demoler las casas e infraestructuras palestinas. Junto con varias empresas, Israel ha desarrollado uno de los modelos de excavadoras de Caterpillar para convertirlo en “un armamento básico automatizado y controlado a distancia” que ha sido desplegado en casi todas las actividades del ejército desde el año 2000. Desde octubre de 2023, la maquinaria de Caterpillar ha sido empleada para demoliciones masivas de casas, mezquitas y hospitales e incluso para “enterrar vivos a palestinos heridos”, según el informe.
También la maquinaria pesada de la coreana HD Hyundai y del conglomerado sueco Volvo ha sido empleada desde hace tiempo en la destrucción de propiedades palestinas. Desde 2007, la maquinaria de Volvo se ha utilizado para arrasar áreas palestinas en Jerusalén Este (la parte de la Ciudad Santa ocupada por Israel) y Masafer Yatta (la zona de la Cisjordania ocupada cuya historia relata el documental ganador del Oscar en 2025 ‘No other land’). La maquinaria de ambas empresas ha contribuido a la destrucción de núcleos urbanos gazatíes, como la ciudad de Rafah.
El sector de la construcción
Después de destruir la vida de los palestinos, un gran número de empresas han contribuido a construir el reemplazo de la población autóctona de los territorios ocupados.
La maquinaria pesada de las señaladas Caterpillar, HD Hyundai y Volvo ha sido empleada también para la construcción de asentamientos ilegales durante una década, al menos.
La construcción, ampliación y legalización de los asentamientos y de los llamados puestos de avanzada se ha incrementado notablemente desde la formación a finales de 2022 del actual Gobierno ultraderechista, liderado por el primer ministro Benjamín Netanyahu. Según el informe, entre noviembre de 2023 y octubre de 2024, Israel estableció 57 nuevos asentamientos y puestos de avanzada con maquinaria, materias primas y apoyo logístico por empresas locales e internacionales.
El informe también señala las empresas que construyen la infraestructura necesaria para los asentamientos y para conectarlos entre sí, dividiendo el territorio ocupado y segregando a los palestinos. Entre ellas, está la empresa vasca Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), que trabaja en el Tren Ligero de Jerusalén (JLR) entre la parte judía de la Ciudad Santa y los asentamientos ilegales. Tras la publicación del informe, Amnistía Internacional ha vuelto a reclamar en un comunicado que CAF abandone la construcción del tren ligero “y cualquier licitación impulsada por el Gobierno de Israel”. “No puede seguir mirando para otro lado e incumplir las recomendaciones internacionales”, denuncia.
Además, algunas inmobiliarias internacionales actúan en los asentamientos, vendiendo propiedades a compradores israelíes y extranjeros. Keller Williams Realty LLC es una de ellas.
Los recursos naturales: agua, gas, carbón y petróleo
Los dos principales acuíferos de los que los palestinos obtienen el agua los gestiona en régimen de monopolio la empresa pública estatal israelí Mekorot. Esto resulta en precios inflados y en que el suministro no esté siempre disponible.
Esta situación es aún más acusada en Gaza, donde el acuífero costero no reúne los estándares de calidad para el consumo, según la Organización Mundial de la Salud. El agua se convierte así también en una “herramienta para el genocidio”, según detalla el informe. En el primer semestre tras los atentados del 7 de octubre de 2023, el suministro se rebajó al 22%, lo que dejó a la ciudad de Gaza sin agua durante el 95% del tiempo.
Al igual que con el agua, el suministro de electicidad de los territorios palestinos depende casi por entero de Israel. Según la Agencia Internacional de la Energía, el 70% de la generación del país viene del gas natural, que explota en buena medida la petrolera estadounidense Chevron. Esta extrae el recurso de los campos de Leviatán y Tamar en el Mediterráneo en colaboración con la israelí NewMed Energy —que es a su vez filial del grupo Delek, señalado por el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU por sus malas prácticas—.
Delek recibió permiso de Marruecos para la exploración de petróleo en aguas del Sahara Occidental, a lo que no tiene derecho por carecer de soberanía sobre la antigua colonia española. El mix energético se completa con carbón colombiano, extraído de minas pertenecientes a la estadounidense Drummond y la suiza Glencore, y que ha llegado a Israel pese a que en 2024 el Gobierno colombiano vetó la exportación al país hebreo.
La británica BP, por su parte, ha recibido licencias para explorar las aguas del mediterráneo vinculadas a Palestina que Israel explota ilegalmente. Tanto BP como Chevron son propietarias parciales del estratégico gasoducto que conecta Israel con Azerbaiyán, país cuyos controvertidos usos militares en la última guerra con Armenia han sido soslayados por los socios europeos. El combustible de los aviones de guerra israelís los suministra Paz Retail and Energy, cuyos orígenes se remontan al mandato británico de Palestina.
El sector agrícola
El mayor conglomerado alimentario de Israel es Tnuva, de capital mayoritariamente chino a través del grupo Bright Food. El informe señala que esta compañía compra productos a kibutz y asentamientos agrícolas y se ha aprovechado sin contemplaciones, por ejemplo, de la destrucción israelí de la industria láctea de Gaza, que representó pérdidas para la economía local de hasta 43 millones de euros.
La empresa Netafim, especializada en sistemas de riego por goteo, pertenece al 80% al grupo de matriz mexicana Orbia. Netafim ha permitido la explotación intensiva del agua y el terreno de Cisjordania y ayudado a la extensión de cultivos israelíes en el valle del Jordán, mientras el 93% del terreno de los palestinos no tiene acceso al riego, según recuerda el documento.
Logística, comercio minorista y turismo
Grandes gigantes de la logística como el danés Maersk transportan mercancías de todo tipo a Israel sin cortapisas, mientras que algunas cadenas de supermercados, entre las que el informe cita a la multinacional francesa Carrefour, operan directamente en las colonias.
Las plataformas Airbnb y Booking incluyen entre su oferta de alojamientos los de las colonias israelíes. Booking multiplicó por más de tres los anuncios para Jerusalén este en los 12 meses tras los atentados del 7 de octubre de 2023. Airbnb, que también ha multiplicado sus operaciones en la región, alega que dona parte de lo que factura por su actividad en los territorios ocupados a fines benéficos, extremo que el informe califica de propaganda humanitaria para enmascarar la “usura colonial”.
La banca, la gran facilitadora
El estudio indica que los bancos BNP (Francia) y Barclays (Reino Unido) dan cobertura a la explosión del presupuesto militar del Gobierno israelí al garantizar la emisión de deuda pública. Grandes capitanes de la gestión de activos como Blackrock, Vanguard y PIMCO (propiedad de la aseguradora Allianz) están entre los principales compradores de esos bonos. Blackrock, en concreto, tiene intereses en múltiples otras empresas de variopintos sectores que tienen negocios con Israel, incluidas muchas de las tratadas en otras secciones del informe. Otra aseguradora con amplios intereses israelíes es AXA.
El estudio se fija igualmente en vehículos de inversión de Estados, como el fondo soberano noruego o el de la región canadiense de Quebec, e incluso en instituciones educativas: el reputado Instituto Tecnológico de Massachussets tiene programas de investigación armamentística financiados por Israel, mientras que el programa marco de la UE Horizonte Europa “facilita activamente la colaboración con instituciones israelíes, incluidas las que son cómplices del genocidio y el apartheid”.