Fuente: https://mpr21.info/estados-unidos-provoca-a-china/ mpr21
Algunos tenían puestas muchas esperanzas en la última reunión entre Biden y Xi Jinping. Las tensas relaciones entre ambos países no auguran nada bueno, sobre todo para los grandes negocios.
No diremos que la entrevista no ha servido para nada. Por ejemplo, se han restablecido de las comunicaciones militares de alto nivel entre los dos países, lo cual siempre es una buena noticia porque el ambiente en el Mar de China Meridional era cada vez peor.
Pero la venta de armas a Taiwán es una provocación descarada a la que Estados Unidos no ha querido dar marcha atrás y la declaración de Biden llamando a Xi “dictador” ha sido la guinda del pastel. No es la causa sino la consecuencia de una frustración. Una pataleta. Los chinos no han tragado con sus buenas palabras, que acabaron siendo malas.
En la conferencia de prensa que siguió a más de cuatro horas de intercambios entre Biden y Xi, la pregunta de un periodista sobre el carácter dictatorial del presidente chino provocó una respuesta directa de Biden. Reafirmó su opinión al describir a Xi Jinping como un “dictador”, justificando la etiqueta por las diferencias fundamentales en el sistema de gobierno entre los dos países. Esta repetida declaración, aunque no es nueva, provocó una respuesta vehemente del gobierno de Pekín, que calificó la descripción como “extremadamente errónea”.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, habló de una “manipulación política irresponsable”, poniendo de relieve la fragilidad de las relaciones y los riesgos vinculados al fracaso. Esos comentarios, añadió, dañan las relaciones entre China y Estados Unidos y no aportan ningún beneficio. La respuesta, que no mencionaba directamente a Biden, subraya la importancia de las palabras en la diplomacia internacional.
Las críticas veladas de Mao Ning a quienes buscan sembrar discordia entre China y Estados Unidos sugieren una clara desaprobación de las declaraciones de Biden. La intensidad de la reacción china indica posibles dificultades para la continuación de las conversaciones iniciadas durante la reunión.