Revista Diálogos do Sul Global
Por Wisam Zoghbour*, para Diálogos del Sur Global, desde Gaza
La escena de destrucción en el Campo de Refugiados de Jabalia, al norte de la Franja de Gaza, después de la retirada de las fuerzas ocupantes, parece como si un terremoto hubiera golpeado todos los rincones del pequeño campo. Esta escena es la imagen más destacada y prominente en la mente de las personas, y las palabras pueden fallar al describirla.
El olor a muerte permea el aire y la escena de destrucción se manifiesta en todos los lugares del Campo de Refugiados de Jabalia, en sus calles, callejones y pasajes, como resultado de la descomposición de algunos cuerpos de los mártires. No se puede encontrar ninguna persona pasando por el campo, ya sea una casa, un apartamento, un edificio o una tienda, que no haya sido afectada por la destrucción.
Sin embargo, la característica predominante de las fuerzas ocupantes es el asesinato, la destrucción, el vandalismo, la intimidación y el tormento infligido a cada palestino y a sus bienes, para aterrorizarlos y forzarlos al desplazamiento y a la expulsión, especialmente después del fracaso de los intentos de hambre, sed e intimidación.
Todos aquellos que encontré durante mi visita al Campo de Refugiados de Jabalia, el 31 de mayo de 2024, después de la retirada israelí, expresaron su determinación de resistir y regresar, a pesar de lo que ocurrió allí, y su insistencia en permanecer y reconstruir, a pesar de la magnitud del crimen.
La magnitud de la gran destrucción en el Campo de Refugiados de Jabalia refleja el profundo odio de Israel hacia el campo, especialmente porque el campo fue el mismo que presenció el inicio de la Intifada de las Piedras en 1987, y el mismo que infligió y causó grandes pérdidas al enemigo israelí en cada incursión o invasión, y el mismo que enseñó al enemigo lecciones de sacrificio y redención.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) informó haber recibido, en las últimas semanas, informes impactantes de Jabalia sobre niños muertos y heridos mientras buscaban refugio en sus escuelas. Los informes hablaban sobre la destrucción de sus oficinas debido a ataques aéreos israelíes y su saqueo por soldados israelíes. La UNRWA hizo un llamado para el fin de los ataques a sus instalaciones y para que los países del mundo actúen para responsabilizar a los perpetradores de los crímenes israelíes.
La política de doble rasero y la hipocresía internacional en relación con lo que está sucediendo en la Franja de Gaza, con sus crímenes de genocidio y crímenes contra la humanidad, reflejan la falsedad de la comunidad internacional y su apoyo ciego al lado de la ocupación y de los criminales en detrimento de las víctimas. Confirma la incapacidad de las organizaciones internacionales y de las Naciones Unidas para proporcionar protección internacional al pueblo palestino.
Lo que sigue sucediendo en la Franja de Gaza viola el derecho internacional humanitario, los principios de los derechos humanos y las resoluciones legítimas del derecho internacional, y alcanza el estatus de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, según lo descrito por el Tribunal Penal Internacional. Son crímenes de genocidio, de acuerdo con las órdenes emitidas por la Corte Internacional de Justicia, lo que requiere que el Tribunal Penal Internacional actúe rápidamente, emitiendo órdenes de arresto contra Netanyahu, Galant y su equipo de guerra para que enfrenten el castigo por lo que cometieron contra nuestro pueblo y contra la humanidad en su conjunto. También requiere que la Corte Internacional de Justicia acelere la aplicación de las órdenes para obligar al Estado de Ocupación a cesar la guerra de genocidio en la Franja de Gaza y permitir la entrada de ayuda humanitaria, la apertura de pasos fronterizos y garantizar la reconstrucción de lo que fue destruido por la ocupación.
Wisam Zoghbour, periodista en el norte de la Franja de Gaza y miembro del Secretariado General del Sindicato de Periodistas Palestinos.
Edición: Alexandre Rocha
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