Fuente: https://www.telesurtv.net/bloggers/Es-Milei-el-tapado-de-los-globalistas-20231201-0001.html?utm_source=planisys&utm_medium=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_campaign=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_content=31 Germán Gorraiz López 1 diciembre 2023
La nueva estrella del firmamento neoliberal argentino, Javier Milei, se habría convertido en el vivo reflejo de la incongruencia trumpiana y habría conseguido suplir su bisoñez en la gestión pública así como el desconocimiento de su programa electoral con el impacto mediático de sus intervenciones públicas. Así, se habría convertido en una “rara avis» que consigue desarbolar cualquier estrategia opositora que sea mínimamente racional, al tiempo que adolecería de serios tics autocráticos.
Milei y el neoliberalismo económico
La economía argentina estaría asfixiada por el estratosférico monto de su deuda, estimada en cerca de 406.000 millones de dólares en julio del 2023.
En consecuencia, el expresidente Mauricio Macri (2015-2019) aceptó en 2018 los postulados del Fondo Monetario Internacional para asegurarse un préstamo económico estimado en cerca de 57.000 millones de dólares, quedando de paso Argentina como rehén del FMI.
Dicho monto resultaba inasumible para el Banco Central de Argentina, que dispondría de unas limitadas reservas líquidas de dólares, por lo que Argentina y el FMI habrían iniciado negociaciones para reestructurar el monto total de la deuda, no siendo descartable una quita de la deuda argentina por el FMI con la contrapartida de severos recortes del gasto público por el Gobierno de Milei.
Así, siguiendo los dictados de Macri y del establishment económico argentino, Milei implementará las tradicionales recetas neoliberales de supresión o drástica reducción de impuestos para atraer a incontables empresas nacionales y extranjeras, así como un drástico recorte de gastos del Estado en becas, desempleo, jubilación y comedores sociales.
Igualmente, procederá a privatizar la educación y la sanidad en aras de la sacrosanta libertad de elección, condenando de paso a los centros educativos públicos a convertirse en guetos obsoletos y a la sanidad pública al hacinamiento y a la saturación. Las recetas neoliberales en el plano económico tendrán como efectos colaterales el incremento desmesurado del desempleo y del trabajo precario, la progresiva pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, la supresión del derecho a la huelga y el incremento galopante de la economía sumergida y de los índices de pobreza de una población obligada a vivir hacinada en inmundas viviendas e improvisadas favelas.
Sin embargo, según el Banco Central Argentino, la inflación en Argentina seguirá desbocada en el 2023 (superior al 130 por ciento) lo que provocará la pérdida de competitividad de los productos argentinos con la consiguiente constricción en las exportaciones e incremento del déficit comercial, lo cual desembocará en una tasa de paro desoladora del 13 por ciento prevista para el 2024. Una inflación descontrolada conlleva la pérdida de poder adquisitivo de trabajadores y pensionistas, la contracción del consumo interno, la desincentivación del ahorro y búsqueda de rentas fuera de las actividades productivas, lo que podría desembocar en una desertización productiva incapaz de satisfacer la demanda de productos básicos.
Igualmente, la economía argentina estará más expuesta a una posible apreciación del dólar y la reversión de los flujos de capital asociados, lo que podría reeditar la “Década perdida de América Latina” (década de los 80). Ello conllevará un notable incremento de la inestabilidad social, que tendrá a los sindicatos Confederación General del Trabajo (CGT) y Central de los Trabajadores de la Argentina de los Trabajadores (CTA-T) como puntas de lanza de la lucha callejera, al aumento de las tasas de pobreza (cerca del 40 por ciento de los argentinos rozaría el umbral de la pobreza) y un severo retroceso de las libertades democráticas.
Entrada de Argentina en la órbita de EE.UU.
Dada la miopía política del FMI al no aplicar una quita a la deuda argentina heredada de la etapa neoliberal de Macri, el presidente Alberto Fernández inició un acercamiento a Rusia y China para estimular las transacciones comerciales mutuas, así como atraer inversiones que se antojan imprescindibles para reflotar la maltrecha economía argentina.
Así, Fernández le ofreció a Vladimir Putin la posibilidad de ser «la puerta de entrada a América Latina» y durante su encuentro con Xi Jinping confirmó la adhesión al Proyecto de la Franja y Ruta de la Seda, que podría significar para Argentina la escalofriante suma de 24.000 millones de dólares en inversiones y dejar de pivotar en la órbita de Estados Unidos.
Ello encendió las alarmas en la administración Biden, quien manifestó su seria preocupación por la creciente presencia de China y Rusia en el país y en especial por la posibilidad de que China instalara una base militar conjunta con Argentina en Ushuaia, a cambio de respaldo financiero chino para instalar un gigantesco centro logístico en la provincia de Tierra del Fuego.
En consecuencia, tras el triunfo de Milei, asistiremos al alejamiento de Argentina de los países Brics tras la entrada de Buenos Aires en la Alianza del Pacífico y el veto a las inversiones chinas, así como a la instalación de una base conjunta EE.UU.-Argentina en Ushuaia para controlar el tráfico de megacontenedores por el paso de Drake, lo que aunado con la futura instalación de una base seudocientífica de Gran Bretaña en las islas Shetland del Sur, asegurará el control marítimo por el eje angloestadounidense de dicha ruta, que será la alternativa al Canal de Panamá.
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