La más reciente declaración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, irrumpió inesperadamente en el panorama político hondureño al manifestar su apoyo al candidato del Partido Nacional y considerar como «casi comunista» a Salvador Nasralla, quien hasta el momento contaba con el apoyo de la propia Embajada estadounidense en Tegucigalpa. Esta acción expone las profundas divisiones en el seno de las fuerzas que buscan mantener el statu quo en el país centroamericano.

Para Gilberto Ríos el mensaje de Trump resulta totalmente inesperado. Mientras la encargada de negocios, Colleen Hoey, había estado orientando las fuerzas tradicionales, el bipartidismo, hacia el Partido Liberal, considerado con mayores posibilidades de captar el voto independiente, Trump se decantó por la formación política ligada al expresidente Juan Orlando Hernández, quien fue condenado en junio de 2024 a 45 años de prisión por la Justicia de Estados Unidos.

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Ríos indicó que esta maniobra del presidente norteamericano no solo choca con la estrategia de la diplomacia in situ, sino que también contribuye activamente a la división de la derecha en Honduras. El candidato del Partido Nacional arrastra una estela de descrédito, haciendo improbable que el voto independiente se sume a su causa, por lo que el tuit o X de Trump, más que ayudar, debilita la posición de sus oponentes.

Mientras tanto, la candidata del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), Rixi Moncada, mantiene una postura de firmeza y dignidad, reiterando el mismo discurso de transformación estructural que el movimiento ha defendido por 16 años. El dirigente de LIBRE, Gilberto Ríos, destacó que esta propuesta, que apunta a la democratización de la economía y a atacar los problemas sociales estructurales, genera una evidente desesperación en los grupos de poder ligados al capital transnacional.

El miedo de estos grupos reside en que sus candidatos tradicionales no logran concitar el apoyo popular, lo cual evidencia la crisis terminal del bipartidismo. Ríos argumentó que el Partido Liberal y el Partido Nacional, que históricamente representaron la expresión política del país, se convirtieron a partir de la década de los noventa en meros instrumentos del capital financiero internacional, reflejando la crisis estructural de Occidente y distanciándose cada vez más del pueblo.

Ríos concluyó enfatizando que LIBRE demostró ser la verdadera mayoría electoral en las urnas en cuatro ocasiones, siendo el problema histórico no ganar los comicios, sino el reconocimiento de sus victorias. El panorama de la derecha es complejo, pues ya no cuentan con el control de la policía ni del ejército, lo que lleva a la dirigencia de LIBRE a prever un triunfo contundente de Moncada este domingo, que solo podría ser alterado por un «arrebato violento de Estados Unidos» o la acción de grupos irregulares.