mpr21 Redacción
A diferencia de Zelensky, cuyo mandato ha caducado, Putin convocó elecciones en plena guerra y las ganara por goleada. Los medios occidentales reaccionaron de la manera acostumbrada, igual que en Venezuela. No hay nada peor que una bofetada de realismo.
Putin no necesitó manipular las elecciones porque la situación interna del país, especialmente para los trabajadores, no puede ser mejor. Los salarios se han disparado desde el comienzo de la Guerra de Ucrania. Han aumentado un 14 por cien. Es la primera vez en la historia que ocurre algo parecido.
Las sanciones tampoco han perjudicado el nivel adquisitivo de los salarios porque no hay paro, sino todo lo contrario. La escasez de mano de obra ha provocado una competencia de las empresas privadas con las públicas para atraer mano de obra.
La tasa de desempleo, que oscilaba entre un 7 y un 8 por cien en 2022, se encuentra ahora en un nivel récord en la era postsoviética, del 2,6 por cien.
Se espera que los salarios reales sigan aumentando un 3,5 por cien este año, junto con un aumento del 3 por cien en el ingreso real disponible. Como consecuencia de ello, Rusia se encuentra repentinamente en medio de un auge espectacular del consumo del 25 por cien, dice Financial Times.
El aumento explosivo de los salarios se deja sentir en muy amplios sectores sociales y está mejorando espectacularmente las vidas de los trabajadores rusos.
Los tejedores que ganaban entre 250 y 300 dólares al mes en rublos en diciembre de 2021 ahora pueden ganar 1.400 dólares al mes. El salario medio de los camioneros ha aumentado un 38 por cien respecto al año pasado. Un mensajero puede ganar 200.000 rublos al mes (más de 2.000 euros).
Al mismo tiempo, las sanciones y los controles de capital rusos han provocado una caída de los precios. Los controles de capital han apuntalado el dinero que atesoran los más ricos, contribuyendo al crecimiento del sector del lujo. En Moscú y San Petersburgo el ambiente es versallesco, propio de vividores.
Antes los millonarios compraban mansiones en Chipre o en los Balcanes; ahora el dinero se queda dentro.
En Estados Unidos los restaurantes cierran y en Rusia abren. Rostic’s, la cadena rusa sucesora de KFC, planea abrir 100 nuevos locales este año. El consumo de café para llevar nunca ha sido tan alto como hoy. Hay una explosión del comercio electrónico.
El turismo interno también está en auge. Un trabajador de una agencia de viajes comenta que debido a las sanciones, la demanda de vuelos internos ha aumentado significativamente a pesar del aumento de los precios de los billetes de avión. “Por primera vez para las aerolíneas resulta rentable volar dentro de Rusia”, comenta.