Juan López Torres
No estoy seguro de que alguna vez en la historia los ejércitos hayan sido lo que se dice, defensores de sus respectivas patrias o pueblos. En España, por ejemplo, caben muchas dudas. Cuando las tropas napoleónicas nos invadieron, el ejército español se dividió y sólo una parte de él defendió nuestra integridad territorial. Otras guerras en las que participó fueron coloniales y no parece que puedan calificarse precisamente como patrióticas. Lo que se conoció como La Victoria de 1939, de la que aún se sienten nostálgicos algunos militares, fue contra sus propios compatriotas, e incluso contra compañeros de armas. Sorprende que un ejército que presume de hacer todo por la patria se pueda haber sentido orgulloso de haber vencido a una parte de ella.