Mientras los palestinos siguen muriendo de hambre
“No habrá electricidad, no habrá comida, no habrá combustible… todo está cerrado. Estamos luchando contra animales humanos y estamos actuando en consecuencia”. – El exministro de defensa israelí y criminal de guerra buscado internacionalmente Yoav Gallant, 9 de octubre de 2023
El viernes, el enviado especial de EE.UU. para Oriente Medio Steve Witkoff y el embajador estadounidense en Israel, Mike Huckabee, visitaron Gaza en representación del presidente Donald Trump.
En publicaciones en redes sociales antes y después del viaje, Witkoff y Huckabee afirmaron que el propósito era “descubrir la verdad” (Huckabee) y obtener un “entendimiento claro” (Witkoff) sobre la hambruna masiva en Gaza. En realidad, el propósito del viaje fue encubrir y oscurecer el programa deliberado y planificado de hambruna masiva llevado a cabo por Israel con el total apoyo del gobierno estadounidense y sus aliados imperialistas.
Los funcionarios del gobierno de Trump fueron fotografiados llevando chalecos antibalas. Witkoff usaba una gorra negra con el lema “Make America Great Again” (Haga Estados Unidos Grande Otra Vez) mientras se reunía con funcionarios israelíes y contratistas privados.
Desde el inicio de la campaña de limpieza étnica de Israel hace casi 22 meses, el gobierno israelí ha restringido gravemente la entrada de alimentos, electricidad, medicinas y otros bienes básicos al enclave asediado y en gran parte destruido. Esta campaña de hambruna se intensificó tras la imposición de un bloqueo israelí el 2 de marzo, que impidió la entrada de prácticamente todos los alimentos, combustibles, medicinas y otros suministros humanitarios, incluidos fórmula para bebés.
Los resultados de esta campaña de hambre han sido, como era de esperarse, horrendos. Millones de personas alrededor del mundo han visto imágenes y videos de cuerpos demacrados, de madres y bebés. El viernes, el Ministerio de Salud de Gaza confirmó que tres personas más, incluidos dos niños, murieron de hambre y desnutrición en las últimas 24 horas.
El pasado martes, la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria emitió una alerta urgente advirtiendo que prácticamente toda la población de Gaza, es decir, 2,1 millones de personas, enfrenta niveles extremos de inseguridad alimentaria. Esto incluye a medio millón de personas en “Catástrofe (Fase 5 del IPC)”, lo que se caracteriza por “una carencia extrema de alimentos, hambruna, indigencia y muerte”.
Para encubrir esta operación de exterminio, que está provocando una indignación generalizada entre millones de personas, incluyendo muchos trabajadores que votaron por Trump creyendo sus mentiras de que sería un “presidente de paz” decidido a terminar con las guerras, el jueves y viernes, el enviado de Trump, Witkoff, y el embajador Huckabee visitaron un centro de distribución donde se tomaron fotografías y se reunieron con funcionarios israelíes.
En declaraciones a Fox News el viernes, Huckabee, un sionista cristiano de extrema derecha, presentó a la Gaza Humanitarian Foundation (GHF), respaldada por EE.UU., que comenzó a distribuir alimentos limitados en cuatro sitios a partir de mayo, como el ejemplo máximo de éxito.
“Mire, esto es lo que vimos”, dijo Huckabee. “El programa alimentario de la GHF está funcionando, está funcionando muy bien. De hecho, hoy cruzamos la marca de más de 100 millones de comidas entregadas en dos meses.”
Si bien hay muchas razones para dudar de esta cifra, aun si fuese cierta, 100 millones de raciones para 2,1 millones de personas repartidas en 60 días equivalen a aproximadamente 0,79 comidas por persona por día, es decir, menos de una comida diaria para cada adulto y niño en Gaza. En otras palabras, Huckabee está respaldando abiertamente y elogiando un programa que proporciona comida en cantidades tan pequeñas que no bastan siquiera para mantener la vida, mucho menos para mejorar la salud en condiciones de asedio y desplazamiento forzado.
La jactancia de Huckabee es prueba de que el objetivo de la visita de los funcionarios estadounidenses no era descubrir la “verdad,” sino proporcionar cobertura política para la administración Trump, el gobierno israelí y la GHF, todos ellos implicados en crímenes de lesa humanidad.
En redes sociales y entrevistas, Huckabee afirmó que Hamas es responsable de la hambruna, robando “hasta 80 por ciento de los alimentos,” una mentira desmentida por el propio ejército israelí, que dista mucho de ser un árbitro neutral, la semana pasada .
La GHF emplea contratistas, incluidos muchos exmilitares estadounidenses, para supervisar los sitios de distribución junto con las fuerzas armadas israelíes. Antes de ser efectivamente expulsada de Gaza por Israel, la UNRWA operaba 400 sitios de distribución y proveía alimentos y ayuda humanitaria desde hacía aproximadamente 75 años. La GHF opera solo cuatro sitios, todos ubicados en zonas donde el ejército israelí lleva a cabo operaciones militares activas.
Según las Naciones Unidas, desde que la GHF comenzó a operar en mayo de este año, al menos 1.373 personas que buscaban ayuda han sido asesinadas, de las cuales 859 fueron asesinadas cerca de los sitios gestionados por la GHF. Otras 514 han sido asesinadas a lo largo de las rutas de los convoyes alimentarios, según las agencias de la ONU.
El carácter criminal de esta operación burocrática de hambre forzada ha motivado a un excontratista de la GHF a hablar públicamente. En múltiples entrevistas con medios estadounidenses e internacionales la semana pasada, Anthony Aguilar, exboina verde del ejército de EE.UU., ha condenado explícita y contundentemente esta operación de hambruna.
En una entrevista con el medio independiente Breaking Points esta semana, Aguilar dijo: “¿Somos cómplices y participamos en crímenes de guerra? Sí”.
Aguilar fue uno de los primeros contratistas estadounidenses desplegados en Gaza con la GHF. Confirmó que él y otros contratistas armados están siendo enviados a la zona de guerra con “visas de turista”.
Dijo que los cuatro sitios de distribución están ubicados en áreas donde Israel conduce operaciones activas bajo la llamada Operación Carros de Guerra de Gedeón. Los sitios están a varios kilómetros de distancia de muchas personas, lo que obliga a los hambrientos y enfermos a caminar por horas bajo el sol ardiente solo para tener la posibilidad de recibir algo de ayuda. Debido a que el agua es “demasiado pesada” y “costosa”, Aguilar dijo que no se distribuye en los sitios.
Los sitios no fueron creados para brindar ayuda humanitaria, sino para crear líneas de fuego despejadas para el ejército israelí y los contratistas privados. Aguilar confirmó que los contratistas y las FDI controlan a la multitud con granadas aturdidoras, gases lacrimógenos y munición real, en lugar de utilizar carteles o altavoces.
“Es el uso de la fuerza más brutal y desproporcionado que he visto en toda mi carrera militar, y estuve desplegado muchas veces”, relató.
Aguilar narró el asesinato de Amir, un niño pequeño que caminó unos 12 kilómetros para llegar al sitio de ayuda. Al recibir su ración escasa —que Aguilar describió como “sobras”— el niño agradeció a los mercenarios en inglés e incluso besó la mano de Aguilar en señal de gratitud.
Aguilar dijo que, al salir del sitio, otros contratistas comenzaron a lanzar gas lacrimógeno a la multitud, seguido por fuego real del ejército israelí. Conteniendo las lágrimas, Aguilar relató cómo encontró el cadáver del niño entre los muertos ese mismo día.
Dijo que en otro episodio fue reprendido por un contratista estadounidense por oponerse a la orden de un comandante israelí de disparar a tres niños que estaban sentados en un montículo esperando que abriera el sitio de distribución.
Aguilar afirmó que durante su tiempo en Gaza nunca presenció a Hamas robando ayuda, ni vio palestinos armados en los sitios de distribución. Señaló que nunca disparó su arma ni usó una granada aturdidora porque no lo consideró necesario.
Al preguntársele si está de acuerdo con los señalamientos que califican la campaña israelí como “una guerra de aniquilación,” Aguilar respondió: “Sí, es una guerra de aniquilación. Aniquilación del pueblo, aniquilación de la infraestructura, aniquilación de la tierra, aniquilación de todo ser viviente. Sin lugar a dudas.”
(Artículo publicado originalmente en inglés el 2 de agosto de 2025)