UPAL                                                                                                                                          22/ 09/25

Editorial de la Unión Palestina de América Latina – UPAL

El lazo entre el sionismo y sectores evangélicos de América Latina no es espiritual, ni bíblico, ni mucho menos teológico. Es un vínculo político y económico, construido sobre la manipulación de la fe y el negocio de la tierra robada al pueblo palestino.
Los estrategas sionistas entendieron que en nuestra región millones de fieles evangélicos pueden convertirse en un ejército de respaldo político y financiero, siempre que se les venda la ilusión de apoyar al “pueblo elegido”. De allí nacen las peregrinaciones turísticas a Israel, la compra de “parcelas de la tierra prometida”, las donaciones disfrazadas de ofrendas y la propaganda que confunde a Jesús de Nazaret con la ideología colonial del sionismo.

Este vínculo no surge de la fe, sino de la utilización cínica de la religión para justificar la ocupación y el genocidio. Las iglesias evangélicas que caen en este juego se convierten, sin saberlo, en instrumentos de una política extranjera que busca legitimar el despojo del pueblo palestino y silenciar la voz de las víctimas.
No se trata de religión contra religión. Se trata de verdad contra mentira, de justicia contra opresión. El verdadero cristianismo no se alinea con quienes levantan muros, matan inocentes y roban tierras; se alinea con quienes sufren, resisten y luchan por su dignidad.
El pueblo latinoamericano debe desenmascarar esta alianza. Porque el verdadero vínculo no es entre fe y promesa divina, sino entre sionismo y manipulación, entre negocio y engaño. Y porque el auténtico pueblo elegido es aquel que se pone del lado de la justicia.
Unión Palestina de América Latina – UPAL
22 de septiembre de 2025