Como siempre, seguimos obnubilados por lo que nos cuenta el estercolero mediático occidental, ahora muy movido y entretenido con el atentado a Trump. Pero lo interesante no está ahí, sino en otra parte. En China, donde acaba de terminar el Tercer Pleno del XX Comité Central del Partido Comunista.
Quienes, como yo, hace tiempo llegaron a la conclusión de la putrefacción de Occidente y decidimos que había que prestar atención a otras latitudes, que son sobre las que está girando el eje del siglo XXI, de forma especial Eurasia, hemos estado viendo que desde la gran crisis capitalista de 2008 no había habido un evento del PCCh tan secreto como este tercer pleno. Eso significa que lo que se ha cocido en este pleno va a afectar al mundo y no solo a China.
En lo que respecta a China, cuando se pone el énfasis en «la defensa de la soberanía y el desarrollo autosuficiente» (sic) se está diciendo que China se prepara, con fuerza y decisión, para separarse y desvincularse de los mercados occidentales. No por ella, por supuesto, sino porque es la decisión de Occidente, y más si Trump vuelve a ser presidente. Y eso hace que haya que prestar mucha, pero que mucha atención a lo que ocurra en la cumbre de los BRICS de este mes de octubre.
Es habitual en el lenguaje del PCCh las referencias ideológicas, y ahora no solo no han faltado sino que se han reforzado. Así, lo primero que aparece es la referencia la necesidad de «coordinar y promover» en el mundo los «Cinco Principios en Uno» (respeto a la soberanía e integridad territorial de cada país, no agresión, no injerencia en los asuntos internos de otros Estados, igualdad en las relaciones, beneficio mutuo), ya propuestos en 1954 y que se basan en la propuesta de Lenin de «coexistencia pacífica» con los países capitalistas como una estrategia gradual para romper el bloqueo imperialista y llevar a cabo una exploración útil sobre cómo abordar las relaciones entre países con sistemas diferentes.
Ello va en paralelo con la profundización de los «Cinco en Uno» (la construcción económica es la base, la construcción política es la garantía, la construcción cultural es el alma, la construcción social es la condición y la construcción de la civilización ecológica es la base), que es en lo que se basa «el socialismo con características chinas», y, sobre todo, de los «Cuatro Integrales» (construcción integral de un país socialista moderno, profundización integral de la reforma como poderosa fuerza impulsora, estado de derecho integral, gobernanza integral y estricta del partido). Ambos principios están vinculados orgánicamente.
Por lo tanto, este tercer pleno ha decidido «coordinar situaciones nacionales e internacionales, coordinar el desarrollo y la seguridad, esforzarse por promover el desarrollo de alta calidad y promover y planificar aún más las reformas de manera integral, avanzar sólidamente en la construcción de la democracia socialista y el estado de derecho, fortalecer continuamente la propaganda ideológica y cultural, garantizar de manera efectiva los medios de vida de las personas y la protección del medio ambiente ecológico, salvaguardar resueltamente la seguridad nacional y la estabilidad social, promover vigorosamente la defensa nacional y la construcción militar».
Para ello, y reforzando el «sistema económico de mercado socialista de alto nivel», se hace hincapié en «la consolidación y desarrollo inquebrantable de la economía pública«, alentando y apoyando también la no pública como complemento. De forma especial, se indica que este proceso se tiene que centrar en «la educación, la ciencia y la tecnología» (claramente está indicando la respuesta a la guerra lanzada por Occidente, EEUU en particular, contra China en este aspecto). Pero teniendo muy claro que solo se puede fortalecer el sistema teniendo en cuenta que «el pueblo es el dueño del país», por lo que solo se puede defender y mejorar el sistema «encarnando de manera concreta y realista la propiedad del pueblo sobre el país en la vida política y la sociedad». Solo así se puede «llevar adelante el espíritu del estado de derecho socialista, salvaguardar la equidad y la justicia social, y promover integralmente el estado de derecho en todos los aspectos del cambio laboral del país».
Uno de los objetivos para el «desarrollo autosuficiente» es fortalecer la agricultura, por lo que se dedica bastante espacio a abordar el desarrollo de las áreas rurales y reducir la brecha entre estas y las ciudades. Una forma de hacerlo es «mejorar el sistema de servicios públicos básicos, fortalecer la construcción universal, básica e integral de los medios de vida de la gente, resolver los problemas de interés más directos y prácticos que más preocupan a la gente y cumplir constantemente con las necesidades de las personas de una vida mejor», para lo que «es necesario mejorar el sistema de distribución del ingreso, mejorar las políticas prioritarias de empleo, mejorar el sistema de seguridad social, profundizar la reforma del sistema médico y de salud y mejorar el sistema de servicios y apoyo al desarrollo de la población». Esta será la base sobre la que trabaja la ya anunciada planificación del XV Plan Quinquenal (2026-2030).
Esta no es una simple descripción de la transformación de China por sus propias fuerzas sin necesidad, como en Occidente, de saquear y explotar el resto del planeta. Es también una propuesta a estos pueblos del Sur mantenidos en subdesarrollo de la posibilidad de salvar la fase del capitalismo y su terrible sufrimiento. China, que ha experimentado las mismas humillaciones, ha podido asimilar lo que constituye la fuerza y la innovación del capital manteniendo en una jaula las fuerzas destructivas de la planificación, el socialismo y su Estado, su partido. El trabajo está lejos de estar terminado, pero esta agenda de trabajo del comité central del Partido Comunista Chino, precedida y seguida en todo el país por reuniones y debates a todos los niveles sobre el análisis y la implementación, dice lo que es la gobernanza china.
En un contexto de agresión y bloqueo occidental contra todo lo que no es occidental, contra el «orden internacional basado en normas», y del que China es uno de sus máximos exponentes, junto con Rusia, China ha puesto encima de la mesa claramente las prioridades y se ha trazado un plan para abordarlas, tanto a medio (el que será el XV Plan Quinquenal) como a largo plazo. Imagino que el estercolero mediático no dirá nada de este crucial tercer pleno del CC del PCCh o, si dice algo, será en la línea habitual de desacreditar todo lo que hace China e incidir en la bajada del crecimiento (pese a que sigue siendo muy superior al occidental) y demás mierdas habituales.
Está previsto que antes de fin de año se celebre el cuarto pleno, que dará mucha más información de lo que piensa y hace China previendo el futuro. Es más que probable que este cuarto pleno esté más enfocado en cuestiones internacionales y se habrá realizado después de la cumbre de los BRICS.
P.D.- China obliga a Hamás y a Fatah a reunirse en Beijing los días 20 y 21 de este mes para promover la reconciliación.
(Publicado en el blog del autor, el 18 de julio de 2024)